Mauricio Botero Montoya | El Nuevo Siglo
Lunes, 30 de Mayo de 2016

La globalización

 

“Molestia comercial en EU es con México y China”

Estados Unidos, la suma de cincuenta estados, no sería lo que es hoy si cada estado tuviese aduana propia como barrera para el libre movimiento de bienes, servicios, capital y personas.  Esa limitación habría generado unos estados mucho más pobres que otros, y su economía no sería el motor mundial que es hoy. Esa libertad de competencia es y ha sido por mucho una ventaja para lograr el desarrollo general, no obstante las disparidades que unos estados pueden tener frente a sus vecinos. Así comienza su libro el economista, historiador y filósofo, Martin Wolf en “Why Globalization Works”.  Y va mostrando cómo las desventajas regionales se van compensando con la globalización. En el pasado los griegos no lograron forjar un imperio debido a que prevaleció el concepto de total autonomía de las ciudades nación por sobre la unidad de  Grecia. Y fueron arrollados por Roma con su comercio que abarcaba desde  Inglaterra, hasta Egipto. Hoy la tendencia mundial es la de crear vínculos como la Unión Europea, o los mercados ampliados en países asiáticos. Y los diversos intentos en América Latina para crear una economía a escala que pueda competir con las otras asociaciones de libre comercio mundial.

Por supuesto en Estados Unidos hay también una tendencia contraria a la globalización en varias candidaturas presidenciales. Pero ni siquiera Mr. Trump pretende cuestionar el éxito interno de la unidad comercial y monetaria de los cincuenta estados. Su molestia es con México y con China. Es decir, reconoce tácitamente que la unidad de los cincuentas estados en el que él nació fue y es exitosa, pero teme que ese éxito continué hacia el futuro  con alianzas con otros estados como Canadá y México. En los estados perjudicados esa protesta es popular. Pues los mineros viven en torno a sus minas y no simpatizan con los acuerdos mundiales que buscan superar la dependencia en recursos fósiles, petróleo y carbón. Asimismo la industria de automóviles, que buscan mano de obra menos costosa en México, tiene descontentos a los obreros cesantes en Illinois, por ejemplo. Ese descontento es palpable y regional, en cambio las ventajas son generales y menos palpables. La ropa importada sale casi a mitad del precio para toda la población, los alimentos que llegan de todo el mundo aumentan la variedad y disminuyen los costos. Y las compañías de automóviles aumentan empleos en alta tecnología para los nuevos vehículos, lo que permite a USA pasar a la producción de artículos con mayor valor agregado.