Jaime Pinzón López | El Nuevo Siglo
Miércoles, 16 de Marzo de 2016

EXPECTATIVA Y PREOCUPACIÓN

Ante La Haya

 

LA Corte de la Haya, en las próximas horas, decidirá si es competente para conocer de las dos últimas demandas de Nicaragua contra Colombia, una en referencia al “incumplimiento” de la sentencia del 2012 que parcela el mar y la otra para obtener la extensión de su plataforma continental a más de 200 millas, casi hasta Cartagena.

 

Sobre la primera, desde hace tiempo lo he dicho: la sentencia es inaplicable. Así se declare competente la Corte, solamente mediante Tratados podrán fijarse fronteras marítimas, consultando  a  Estados afectados por el fallo, como Honduras y Costa Rica.  Colombia se ha demorado en sustentar y desarrollar a fondo la tesis.

En cuanto a extensión de plataforma continental la Corte es incompetente y si considera algo distinto estaría contrariando su propia jurisprudencia,  -descartó este punto en los considerandos del 2012- y el tema corresponde a la comisión de Plataformas de la Organización de Naciones Unidas,  a donde también Nicaragua ha elevado su petición.  Cualquier decisión del Tribunal en sentido diferente sería un escándalo, violar la intangibilidad de los Tratados conduce  al desorden mundial.  Si se declarara  competente no puede participar Colombia  en ningún juicio.  Esto deberá comunicarlo de inmediato.  Ojalá que no cometamos más equivocaciones en un asunto de interés vital y saquemos de la gaveta de la diplomacia secreta los conceptos de los  “sabios,” - nacionales e internacionales-  contratados por el gobierno.  

 

Durante treinta y cinco años, sin ser escuchado, solo o en buena compañía, he venido refiriéndome al conflicto y lo hago otra vez porque lo considero deber ineludible. Analizaremos qué dice la Corte, pero urge actuar con lógica,  evitar manipulaciones  y malos consejos. Los medios deben cuidar la exactitud de las informaciones.  Yo no entiendo como luego de cuatro años de la sentencia del 2012 no se haya realizado un debate sobre tan importante cuestión en el Congreso de la República, ni el zig-zag de las reuniones esporádicas de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, ni la ignorancia pública acerca de lo acontecido y por suceder.  Afortunadamente mantenemos un clima de convivencia con el Estado vecino.   Hay que salir del limbo. Una cosa es nítida: No podemos entregar un centímetro de territorio en la Haya y no solo las nuevas fronteras sino los acuerdos para el futuro del mar Caribe, incluyendo los de exploración y explotación, navegación,  cuidado del medio ambiente, pesca, programas contra el narcotráfico e inclusive de cooperación bilateral y multilateral están por definir.   Lo anterior en referencia a los pronunciamientos que se anuncian de la Corte Internacional de Justicia. La solución se encuentra  independiente de ellos, no  limitada a monosílabos de los funcionarios.