Piden urgente viraje económico | El Nuevo Siglo
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Martes, 12 de Diciembre de 2017
Redacción Economía
Un campanazo que alerta sobre lo que puede pasar si no se toman medidas que tienen que ver con el gasto público y se hacen las reformas que el país requiere, es para los analistas la baja nota de la deuda colombiana. 

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Como una advertencia para el buen manejo de la economía colombiana, calificaron los analistas la decisión de la calificadora de riesgo Standard and Poor’s, S&P, de bajar la calificación soberana del país.

Para mantener la calificación soberana en el terreno de grado de inversión será necesario hacer esfuerzos significativos en múltiples frentes. Además de llevar a cabo las reformas estructurales que hagan viable el cumplimiento de la regla fiscal a partir de 2019, será necesario implementar una agenda destinada a incrementar el crecimiento potencial por la vía de la inversión privada y la productividad, así como impulsar decididamente al sector exportador y promover un aumento significativo del ahorro nacional, señala un análisis del departamento de Investigaciones Económicas de Bancolombia.

Pese a la reducción en la calificación, S&P sostiene que la institucionalidad del país y el historial de política económica a favor del crecimiento contribuirán a la estabilidad y la continuidad de las medidas de austeridad luego de las próximas elecciones presidenciales.

En cuanto a los riesgos que podrían llevar a una nueva reducción en la calificación del país en los próximos dos años, S&P resaltó las presiones sobre el gasto por cuenta del proceso de paz y el incumplimiento de las metas de recaudo fiscal, que podrían elevar la deuda pública como porcentaje del PIB.

Además, la firma calificadora reconoce como un riesgo que Colombia enfrente dificultades para acceder a financiamiento externo en el futuro.

De otro lado, entre los factores que podrían llevar a que S&P eleve la calificación soberana de Colombia en los próximos dos años, se destacan una reducción mayor a la esperada en la carga de endeudamiento externo neto, así como una disminución más pronunciada en el déficit del Gobierno central y su endeudamiento, que podría ser propiciado por un incremento en el crecimiento tendencial del país.

 

Profundizar el ajuste

Según el rector de la Universidad del Rosario, José Manuel Restrepo, “la decisión de S&P es un mensaje claro y contundente, y señaló que hay que acatar las recomendaciones que se dan para evitar perder el grado de inversión”.

Para el académico “el choque externo continúa, genera volatilidad, afecta las cuentas externas y es evidente que el país está en desaceleración”.

Sostuvo que hay un menor recaudo por reforma tributaria de 2016, recursos que se deben compensar con ingresos extraordinarios.

Dijo que “no hay duda que en el país hay un problema en el exceso de gasto público y la inflexibilidad para reducirlo e inflexibilidad para subir impuestos”.

El analista señaló que “pese a los anuncios del Gobierno para recortar los gastos, hay que continuar con ese proceso. Hay gastos que son mucho más significativos que la prohibición de viajes o la inversión en publicidad y es el gasto pensional o lo que se traslada al Sistema General de Participación, temas en los que hay que trabajar muy fuerte para evitar que afecten más la economía”.

Señaló que “la reforma pensional es urgente y sostuvo que hay que poner atención a lo que en los próximos días dé a conocer a la Comisión del Gasto que fue nombrada por el Gobierno y que debe rendir su informe”.

Asegura que “los candidatos a la presidencia deben sincerarse en materia económica y dar a conocer al mundo sus planes y proyectos, pues aunque la advertencia de S&P es para 2019, hay que comenzar a trabajar desde ya”.

 

Preocupación

Por su parte Carolina Monzón, de investigaciones económicas del Banco Itaú, “la decisión de S&P cita la debilitada flexibilidad política del país, la incertidumbre sobre las próximas elecciones y los perfiles fiscales y externos debilitados".

Dice la analista que “además, S&P mencionó que la economía de Colombia continúa sufriendo los efectos de los menores precios de las materias primas, lo que se refleja en su alto nivel de deuda externa. La agencia estaba particularmente preocupada por la capacidad de cumplir los objetivos fiscales a partir de 2019 (la regla fiscal tiene un objetivo de déficit nominal del 1% del PIB que se alcanzará gradualmente para 2024 del déficit estimado del 3,7% de este año)”.

La calificadora explicó que “la próxima administración probablemente enfrentará concesiones difíciles entre cumplir la regla fiscal de Colombia, recortar gastos y recaudar nuevos ingresos". "Considerando que esperamos que los déficits fiscales de Colombia disminuyan, los resultados de la reforma fiscal de 2016 han sido más bajos de lo esperado y el cumplimiento del objetivo fiscal se ha basado parcialmente en el recurso a ingresos únicos".

Por su parte, las otras dos principales agencias calificadoras (Moody’s y Fitch) siguen calificando a Colombia un escalón más alto, en BBB. Si bien la deuda soberana de Colombia conserva el grado de inversión, la rebaja de S&P se suma a los bajos niveles de crecimiento.

 

No se perderá grado de inversión

Para Fiducoldex hay que destacar dos temas de importancia en la calificación de la S&P. El primero es el aumento del Outlook de la calificación colombiana de negativo a estable, por lo que la calificadora no estaría considerando volver a reducir el rating del país en el corto plazo con lo que el riesgo de perder el grado de inversión sería bajo.

Hay que tener en cuenta que el grado de inversión se considera desde BBB- hasta AAA, por lo que se debería dar otra baja en el rating para quedar en el llamado grado especulativo.

Recientemente Fitch Ratings reafirmó la calificación del país en BBB con perspectiva estable y Moody’s mantiene hasta la fecha la misma calificación.

Adicionalmente indica la probabilidad de que Colombia pierda su grado de inversión es considerablemente baja, teniendo en cuenta que para esto se debería dar por lo menos 3 movimientos más en la calificación soberana por parte de 2 calificadoras (S&P y Moody’s o Fitch), en un escenario donde todas las agencias tienen una perspectiva estable.

Los analistas consideran que los movimientos de muy corto plazo al alza en las tasas de los TES serían temporales y que el fundamental de calificación no sería suficiente para llevar a los TES2024 a niveles sostenidamente por encima del 6.50%.

Así, un cambio de tendencia al alza en las tasas de los TES respondería más a decisiones inesperadas contractivas de política monetaria de algunos de los principales Bancos Centrales o a una caída de precio del petróleo nuevamente a niveles cercanos a 40 dólares por barril.

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