Gobierno y ELN, por mal camino | El Nuevo Siglo
Viernes, 8 de Diciembre de 2017

La renuncia de Juan Camilo Restrepo a dirigir la delegación que negocia con el ELN tomó a todos por sorpresa, aunque el Presidente diga que desde hace varios meses le había expresado su intención de retirarse. La razón aducida es su participación en un tribunal de arbitramento de la Cámara de Comercio de París, pero el mismo Restrepo había dicho, días antes, que esto no interfería con su trabajo en las negociaciones.

La realidad es que desde hace ya algún tiempo el presidente Santos no estaba satisfecho con las actuaciones de Restrepo a quien considera demasiado rígido. Se comenta que Santos impuso el cese al fuego por encima de la voluntad de Restrepo y luego envió a un grupo de izquierdistas, Iván Cepeda, Álvaro Leyva y Ernesto Samper, a hablar directamente con los guerrilleros. Lo extraño es que Restrepo no haya renunciado antes.

El ELN tiene una dirigencia más intransigente que la de las Farc. Timochenko y su grupo, aunque no tan envejecidos como Gabino, Pablo Beltrán o Antonio García, se dieron cuenta de que en la guerra no tenían futuro y prefirieron un acuerdo que, esperan, les permita disfrutar de sus mal habidas ganancias sin pasar sus últimos años en el monte. Los cabecillas elenos, más intolerantes y viviendo cómodamente en Venezuela, quieren obtener aun mayores ventajas que las Farc. Por eso, hasta ahora no renuncian ni a los secuestros ni al tráfico de estupefacientes y cuentan con la asesoría de los farianos.

En mayo último los dos grupos se reunieron en La Habana para que Timochenko les explicara sus negociaciones con el gobierno. Volvieron a reunirse en octubre, en el Ecuador, para tratar de “armonizar” los posibles acuerdos del ELN con los logrados por las Farc. Allí le pidieron al gobierno combatir más decididamente a los que ellos llaman “paramilitares” y que son, en realidad, bandas criminales, a las que califican como “la mayor amenaza para la paz”, pandillas que les compiten en sus actividades de narcotráfico y minería ilegal. En cuanto a los cultivos de coca, se opusieron a su erradicación forzosa “de resultados nefastos”.

Dijo Timochenko que “juntamos esfuerzos y experiencias para construir”. En otras palabras, los hombres de Gabino toman los acuerdos de Cuba como una base para sus pretensiones, de allí las dificultades que ha encontrado Restrepo. Un viejo objetivo del ELN, que no se sabe si se discute en Quito, es reunir una “Convención Nacional”, con cientos de delegados y que desembocaría en la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente para reformar la estructura jurídica del país, lo que en alguna forma obtuvieron las Farc con los acuerdos de Cuba y con menos gente. Con el ELN no vemos posibilidades de acuerdo.