Se regula comercio de 8 especies de rayas colombianas | El Nuevo Siglo
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Viernes, 2 de Diciembre de 2016
Redacción Nacional

Ocho especies colombianas de rayas de agua dulce, exclusivas de Suramérica, fueron incluidas en la categoría menos restrictiva de la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).  

Esta decisión contribuye a regular la comercialización de estas rayas, cuya exportación se realiza con fines ornamentales.

La decisión consolidará la información estadística sobre individuos, especies y cantidades exportadas, e impulsará la investigación sobre las poblaciones de rayas de agua dulce.

Rayas de agua dulce de la familia Potamotrygonidae (Potamotrygon constellata, P. magdalenae, P. motoro, P. orbignyi, P. schroederi, P. scobina, P. yepezi y P. aiereba) fueron incluidas en la categoría III de la CITES, que autoriza su comercio internacional con permisos o certificados reglamentarios.

La decisión se tomó luego de la realización de talleres con expertos de países en los cuales se distribuyen estas especies de rayas, análisis de criterios y condiciones de la especie, como parte de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), apoyados por el Programa Regional Amazonia de la Agencia Alemana de Cooperación Técnica (GIZ) y las ONG Humane Society y Defenders of Wildlife.

La determinación permite que, de ahora en adelante, los países a los cuales sean exportadas las especies para uso ornamental (acuaristas), permanezcan atentos y soliciten los permisos requeridos. De esta manera se consolidará el registro estadístico de ejemplares que salen del territorio y definirán cuotas de exportación según la capacidad máxima que soporte la población de especímenes.

Al respecto, María Piedad Baptiste, investigadora del programa Ciencias de la Biodiversidad del Instituto Humboldt (línea de Evaluación de Riesgo de Vida Silvestre), enfatizó en que “estas especies son de lento crecimiento, fecundación baja y maduración tardía, razón por la cual hay que analizar y ajustar las cuotas de exportación, que en nuestro país son más elevadas comparadas con países vecinos como Brasil”.

En este proceso ha sido crucial el trabajo articulado con la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap), quien ve como una oportunidad los beneficios futuros que la decisión traerá consigo en términos de conservación y uso de la especie.

Para Baptiste “esto ayudará a que Colombia ordene el tema y eventualmente se determine el número de especies que pueden exportarse”. La investigadora confirma, además, que el Instituto a través de la línea de Recursos Hidrobiológicos, liderada por Carlos Lasso, trabaja en paralelo con algunas ONG para fortalecer información a través de metodologías que documenten el estado de las poblaciones de especies.

Finalmente, la investigadora -que coordina las Autoridades Científicas CITES en Colombia- consideró que regular el uso de las especies representa una oportunidad y un compromiso de implementación de la Convención CITES para garantizar que el comercio no vaya en detrimento de las poblaciones biológicas.

Son nativas del norte, centro, y este de América del Sur, viviendo en ríos que drenan hacia el mar Caribe, y hacia el océano Atlántico. En general, cada especie es nativa de cuencas fluviales individuales. La mayor diversidad de especies de rayas de río se encuentra en la cuenca del Amazonas.

Las rayas de río poseen una forma casi circular, y varían en tamaño desde la pequeña Potamotrygon schuhmacheri, que solo alcanza los 25 cm de diámetro, hasta la raya de río de cola corta, de la que algunos ejemplares pueden llegar a medir 2 metros de diámetro, y alcanzar pesos de entre 260 y 300 kg.

La superficie superior está cubierta de dentículos (escamas con puntas como dientes). La mayoría de las especies son de color marrón o grisáceo, y con frecuencia tienen patrones distintivos manchados o moteados, pero algunas especies son en su mayor parte negruzcas con contrastadas manchas blancas.

Las rayas de río son la única familia de batoideos completamente restringida a hábitats de agua dulce; pues si bien hay algunas especies de agua dulce de la familia Dasyatidae (por ejemplo Himantura chaophraya) la mayoría de las especies de esa familia son peces de agua salada.

Al ser especies ovovivíparas, el macho copula a la hembra introduciendo en la cloaca uno de los dos pterigópodos y sujetándola con la boca, y a veces esas mordidas dejan marcas que muy pronto sanarán. El cortejo suele darse entre los meses de septiembre a diciembre; la hembra llevará los huevos en su vientre durante dos meses aproximadamente; los nacimientos suelen ocurrir entre noviembre y enero./Mónica Morales, investigadora programa Ciencias de la Biodiversidad