El país entero se encuentra a la expectativa de cómo se llevará a cabo la implementación de los acuerdos de paz, siempre que de ello depende que sea realidad la terminación del conflicto armado con las Farc y se tomen las medidas y acciones para evitar, como sucedió en el pasado, una nueva exterminación de sus gentes por parte de grupos paramilitares. Así también será éste el momento en que de manera eficiente y con acciones, el Estado podrá recuperar las zonas que dejan de tener presencia de la guerrilla e impedir que otros grupos armados por fuera de la ley, se aprovechen de ello y se apoderen de las mismas.
El otro punto importante es que el Gobierno y el Congreso sean conscientes sobre el ahogo que sienten los colombianos frente a la subida de impuestos, haciéndolo inaguantable y siendo por lo mismo prioritario el que se nos muestren cuáles serán las acciones que se lleven a cabo para que el dinero que hace falta a las arcas públicas provenga de los evasores y se les condene al pago de los montos adeudados y a cumplir con los impuestos que les corresponden.

Existe un sentimiento generalizado de fastidio frente a los corruptos que siguen llevándose la plata de los colombianos sin que por ello reciban castigos ejemplares. Es precisamente ese dinero robado el que podría evitar otro incremento de tributos.
Por otro lado, se ha visto a través de los medios de comunicación cómo una gran comisión del Gobierno, la familia presidencial y su equipo de logística y seguridad  durante más de ocho días, han estado en el viejo continente acompañando al señor Presidente en sus múltiples y variados homenajes que van desde el Nobel de paz hasta la Llama de Asís. Si bien han sido un gran honor para el primer mandatario, sería interesante conocer el costo que tendrá que ser trasladado a los impuestos de los colombianos.
Pero volviendo al primer punto, los colombianos tenemos que hacer seguimiento de la implementación de los acuerdos de La Habana pues así como es fundamental su cumplimiento es también muy importante estar pendientes de que la terminación de un conflicto no inicie otro, por una fallida implementación. Y si a todo esto le sumamos el mal año económico que ha sido el 2016, seguramente tendremos que calcular un manejo adecuado sin derroches del erario público que permita que en esta misma época del año 2017 no estemos ante otra reforma tributaria que nos lleve a un país sin estabilidad jurídica ni estabilidad tributaria. Eso está haciendo que los inversores extranjeros se estén yendo de Colombia  y los que veían o tenían a Colombia como país interesante de inversiones cada día dejen de considerarlo como una prioridad en sus proyectos.

Lo importante ahora es pensar en un país que tenga políticas de estado y que ponga todos sus esfuerzos en construir dentro el marco de la justicia social, la equidad y la derrota de la impunidad. Una Colombia mejor para todos los colombianos.