Una  propuesta fresca y tropical y que rinde homenaje a las técnicas ancestrales de las tribus indígenas colombianas, Wayúu , Kamsá  e Inga, mezclados con elementos contemporáneos es lo que lanzó al mercado nacional Martín Pescador.

La colección, que incluye prendas y accesorios tanto para hombre como mujer, tiene como eje el color azul en toda su gama, desde el celeste hasta el midnight blue.

Comprometida con la cultura colombiana y su legado, la marca trabaja de la mano con Artesanías de Colombia y los indígenas colombianos de las tribus Wayúu (localizados en La Guajira), Kamsá (ubicados en el Putumayo), Inga (localizados al norte de Nariño)  para crear piezas con acabados únicos.

La tribu Wayúu, reconocida por sus técnicas  textiles en el telar de horqueta, se distinguen por sus tejidos en colores llamativos y porque más que una técnica ancestral, es la forma de expresar la vida tal como la ven, la sienten y la desean los indígenas, es la lectura de sus espíritus en cada hilo.

Las mujeres Wayúu por cultura deben saber tejer y una de las primeras piezas que aprenden hacer al entrelazar los hilos son los pompones, borlas de colores que representan la vida. Si el tamaño del pompón es más grande significa más poder y así va disminuyendo según el rango que represente en la comunidad y los colores son los elegidos para denominar cada etapa de vida. En la nueva colección de Martín Pescador, el Panama Hat ahora vendrá con pompones de colores.

Los Kamsá y los Inga, son comunidades similares, al compartir rasgos culturales, tradiciones y organizativos. Ambas tribus poseen una fuerte relación en sus tejidos, que decoran sus prendas.

Estas dos tribus se juntan, para unificar su tradición centenaria en uno solo tejido, llamado chumbe, el cual es una trama hecha a mano, por mujeres indígenas, que siempre cuenta una historia, por medio de las figuras que van tejidas, ya sea de amor, felicidad, el origen de la vida o sobre la naturaleza. El chumbe ahora va incorporado en la cinta del Panama Hat, para darle un toque más local y artesanal.

Para ellos

La colección masculina está integrada por camisetas fabricadas en algodón Pima, originario del Perú, considerado el de mejor calidad y con la fibra más larga del mundo;  las llamadas poleras que son una mezcla entre una polo y una camisa de fino lino.  Se caracteriza por solo poseer 3 o 4 botones en la parte de la solapa., así como por sus tonos blanco y rosa.

A ella se agregan las pantalonetas en lino con estampados florales inspirados en la fauna nacional, todas ellas en la gama de azul y tonos corales; al igual que las pantalonetas de baño confeccionadas con poliamida en la parte exterior y en el interior está hecha con una malla de nylon de textura suave para facilitar la comodidad. Sus estampados que evocan la fauna y flora colombiana son realizados con estampación digital.

Completan la línea las alpargatas fabricadas con fibras de lino, algodón,  poliéster y estampados tribales así como el icónico “Panama Hat”, el sombrero hecho a mano por artesanos colombianos en paja toquilla o caña flecha. La copa de cada sombrero está rodeada por una cinta de nylon, que viene en cinco colores: vino tinto merlot, azul midnight blue, verde oscuro inglés, negro ligeramente satinado y morado deep purple. A su vez, la cinta posee un detalle especial y sofisticado: herrajes de bronce, bañados en oro o si se desea algo más auténtico, el sombrero lleva una cinta hecha a mano decorada por un  chumbe, tejido de tradición centenaria de las tribus Kamsá e Inga, que describen historias, sentimientos y vivencias de la mujer indígena que lo elabora.

Para ellas

La colección femenina presenta camisones, en blanco y rosa, elaborados en lino y vaporosos que son ideales como salida de baño. Siguen los espadilles o alpargatas, el básico infaltable para el verano, hechas en fibras de lino y poliéster, con correas o tipo gladiador.

Las carteras tienen un distintivo y es que son tejidas a mano por reclusos de la cárcel de Oxaca, en México y tiene broches bañados en oro. Van acompañadas de  pañoletas de seda estampadas con especies endémicas de las aves colombianas.

Finalmente el sombrero se reinventa para ellas con  cintas de colores magenta, naranja, violeta, celeste que se pueden combinar con los tradicionales tejidos chumbes de los indígenas Kamsas e Ingas, que cuentan una historia en cada hilo o con pompones de colores propios de los indígenas Wayúu.