"Aldea del sida" en China recobra la esperanza | El Nuevo Siglo
Foto Xinhua
Sábado, 10 de Diciembre de 2016
Cao Kai y Gui Juan*

En una mañana soleada de invierno, la gente se reúne en un mercado ubicado frente al comité de la aldea Wenlou. Los vendedores ofrecen chaquetas acolchadas, mantas y bocadillos.

Cerca, un grupo de ancianos observa un estilo local de ópera.

Desde fuera, Wenlou en el distrito de Shangcai de la provincia de Henan, parece una aldea típica del centro de China. Pero las tumbas ubicadas en campos de trigo son un recordatorio sombrío de que los últimos 20 años no han sido nada normales aquí.

Han pasado más de dos décadas desde que una campaña desastrosa de donación de sangre condujo a una epidemia de sida entre los campesinos de Wenlou a mediados de la década de los 90. La tragedia convirtió a Wenlou en la "aldea del sida de China".

Más de la mitad de los 678 infectados fallecieron.

De los más de 3.000 aldeanos en Wenlou, 311 están infectados con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). El más joven tiene 14 años y el más anciano, 70, señaló la jefa de la clínica de la aldea, Cheng Xiaoduan.

Sangre por una causa

Chen Fan de 61 años de edad disfruta de su nueva casa de dos pisos. Su hijo, conductor de un autobús en la cabecera distrital, gastó más de 150.000 yuanes (21.780 dólares) en su construcción.

En 1993, Chen y su esposa acudían a las ciudades vecinas de Xinxiang, Zhumadian y Jiaozuo a vender plasma sanguíneo para obtener dinero para construir su casa. Chen obtenía 45 yuanes por donación en los bancos de sangre. El hombre no recuerda cuántas veces vendió su sangre porque su pequeña parcela donde sembraba trigo y maíz nunca generó dinero suficiente.

La pareja de esposos resultó positiva al VIH en 1999, cuando Gui Xi'en, un especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Zhongnan de la Universidad de Wuhan en la vecina provincia de Hubei realizó un estudio epidemiológico en la aldea. La esposa de Chen falleció cuatro años después.

A principios de la década de los 90, las estaciones ilegales de donación de sangre se instalaron en la zona rural de Henan y ofrecieron dinero a cambio de sangre. Las estaciones extraían plasma que después era vendido a firmas farmacéuticas.

Para los campesinos en aldeas como Wenlou se trataba de una forma fácil de obtener dinero. Pero algunas estaciones eran negligentes en higiene y esterilización. El resultado fue una epidemia de sida que salió a la luz cuando el doctor Gui llegó a la aldea.

Sólo en Shangcai existían 22 albergues y en cada uno de ellos vivían más de 100 personas infectadas con el VIH. En Henan, había 38 de esas aldeas.

A partir del 2000, un creciente número de infectados con el VIH en la aldea empezaron a desarrollar el sida y a morir en grandes números.

Para Liu He de 63 años de edad, el zumbido y explosión de los fuegos artificiales de los funerales siempre era escalofriante. "Cuando escuchaba el sonido de los fuegos artificiales, pensaba que yo sería la próxima", comenta la mujer, sobreviviente del primer grupo que resultó positivo al VIH.

Cuarenta personas murieron en 2003, el peor año, incluido el esposo de Liu. Siete de ellas fallecieron el mismo día, recuerda.    

Nuevas esperanzas

La Dra. Cheng Xiaoduan quedó aterrorizada cuando llegó por primera vez a la clínica de la aldea Wenlou en 2001.

 "Usaba dobles guantes de caucho y dos tapabocas. No me sentaba en la misma silla que los enfermos de sida", admite Cheng.

Wang Ping de 53 años de edad, y a quien se le diagnosticó el VIH en el 2000, dice que sus hijos no comían con ella.

"La simple mención de Wenlou provocaba escalofrío a la gente", comenta Wang. "Durante dos o tres años consecutivos, los jóvenes de la aldea no podían encontrar pareja, tenían que ocultar su identidad cuando salían en busca de trabajo"

Las cosas empezaron a cambiar en 2003, cuando el gobierno comenzó a ofrecer medicamentos antirretrovirales y tratamiento gratuitos a los enfermos de sida en 51 áreas claves de prevención y control del sida.

Entonces, se destinaron más de 200 millones de yuanes para ayudar a las aldeas del sida del país, para construir casas donde alojar a niños que quedaron huérfanos a causa del sida y para mejorar la infraestructura.

El ex primer ministro chino Wen Jiabao visitó Wenlou en 2005 y 2007, lo que contribuyó a disminuir la discriminación contra la gente infectada.

Hoy, la Dra. Cheng se siente cómoda rodeada de pacientes seropositivos y hace parte fundamental de sus vidas.

Aunque gana apenas un salario de 2.000 yuanes, Cheng dice que sus esfuerzos se ven recompensados cuando observa que sus pacientes llevan por fin una vida normal.

*Periodistas de Xinhua