Jerome Powell seguirá como presidente de la Reserva Federal de EEUU | El Nuevo Siglo
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Lunes, 22 de Noviembre de 2021
Redacción Economía

Contra todos los pronósticos y rumores, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, decidió mantener a Jerome Powell como presidente del Banco Central estadounidense (FED) para un segundo mandato de cuatro años, mientras que Lael Brainard, la única gobernadora demócrata de la institución, se convierte en vicepresidenta, una elección que marca un deseo de continuidad.

En un comunicado, la Casa Blanca elogió "la acción decisiva del presidente Powell y de la Reserva Federal para amortiguar el impacto de la pandemia y encarrilar de nuevo la economía estadounidense".

Powell ha garantizado el liderazgo "durante un período difícil sin precedentes", mientras que "Lael Brainard, una de las principales macroeconomistas de nuestro país, desempeñó un papel clave en la Reserva Federal, trabajando con Powell para ayudar a alimentar la fuerte recuperación económica de nuestro país", precisa.

Se trata de una decisión delicada para Joe Biden, quien se encuentra en medio de negociaciones en el Congreso sobre sus planes de inversión.

En términos económicos es una de las decisiones más importantes del mandato del Presidente de Estados Unidos.

Jerome Powell, de 68 años, dirige la poderosa Reserva Federal desde 2018. Este abogado y exbanquero de inversiones multimillonario fue nombrado gobernador por Barack Obama en 2012 y presidente por Donald Trump en 2017.


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Confirmación

Su nombramiento debe ahora ser confirmado en el Senado, primero por la comisión bancaria y después en el pleno. Debería tener suficiente apoyo para mantenerse al frente de la FED.

Algunos miembros del ala izquierda de los demócratas adelantaron, sin embargo, que no lo apoyarían por considerar su acción demasiado tímida sobre el cambio climático.

Lael Brainard, la única gobernadora demócrata de la FED, era su principal rival. Biden recibió a ambos en la Casa Blanca a principios de noviembre.

Pero su perfil generaba menos consenso. Sus posiciones a favor de más regulación bancaria y financiera podrían haber provocado un rechazo en el Senado y Biden no podía permitírselo.

El republicano Powell fue nombrado para un primer periodo por Donald Trump, que luego lo criticó.

A los 68 años, este ex banquero de inversiones, un republicano moderado que no es economista de formación, recibió en particular el respaldo de Janet Yellen, su predecesora, a la que Trump no le renovó el mandato, rompiendo una tradición. Con la actual secretaria del Tesoro comparte la voluntad de garantizar un crecimiento más equitativo y reducir la desigualdad que afecta a las minorías negra e hispana.

Los retos

Tras llegar a la FED en 2018, "Jay" Powell, quien fue un alto funcionario del Tesoro bajo la presidencia de George Bush y llegó al cargo de gobernador de la FED con Barack Obama, tuvo que lidiar con la pandemia.

Ahora, cuando la inflación es seguida de cerca en Estados Unidos y los precios suben, la FED, bajo el mandato de su décimo sexto presidente, comenzará a reducir sus estímulos a la economía, empezando por las compras de activos que junto con las tasas de interés ultrabajas formaron parte del arsenal contra la crisis del coronavirus.

En su momento, Trump llegó a lamentar públicamente haberle nombrado al frente de la FED. Powell se abstiene de todo comentario sobre el asunto en sus muy raras apariciones en los medios y en las conferencias de prensa que acostumbra luego de cada reunión del comité monetario.

En 2019, cuando la guerra comercial con China estaba en su apogeo, la economía se frenó, y la FED dio marcha atrás a su política de alzas de tasas iniciada en 2018. Los tipos de interés se ubicaron prácticamente en cero, y llegó la pandemia.

Powell comprende entonces que no hay un minuto que perder. La recesión de 2020 fue la peor desde la Segunda Guerra Mundial. Pero la FED y su presidente lograron limitar los daños y calmar a los mercados financieros.

El organismo implementó nuevas facilidades crediticias y un programa masivo de compras de bonos del Tesoro y otros títulos para asegurar el flujo de fondos al sistema financiero estadounidense. Estos esfuerzos, así como billones de dólares de gastos de reactivación del Gobierno federal, impidieron una recesión más grave y duradera.