Off the record | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 7 de Noviembre de 2018
Redacción Política

Los carteles ‘manitos’

 

En altas fuentes castrenses se asegura que los carteles mexicanos están enviando a Colombia a integrantes del más alto nivel para que puedan controlar y concretar negocios con las disidencias de las Farc, la guerrilla del Eln y las Bacrim. Incluso las informaciones recogidas en zonas del suroccidente del país dan cuenta de que la guerra entre los carteles del país centroamericano se podría estar trasladando ya a tierras colombianas, y que ese hecho podría estar explicando algunos hechos marcadamente violentos que se estarían registrando en Nariño y Cauca. Lo cierto es que el Gobierno de Duque está esperando a que el próximo 1 de diciembre asuma el presidente manito, Manuel López Obrador, para sentarse con él a delinear un plan de choque de alto nivel para frenar la expansión en Colombia de carteles como los de “Sinaloa”, “Jalisco” y “Nueva generación”.

 

¿“Puesta en escena”?

 

En las toldas de la oposición tienen una particular visión de las contradicciones entre el Gobierno del presidente Iván Duque y el Centro Democrático, con el senador y expresidente Álvaro Uribe a la cabeza. Como se sabe, ambas partes han tenido choques por temas como la consulta anticorrupción, la integración del gabinete, las reformas a los acuerdos de paz y la actual, alrededor de la ampliación del IVA a casi todos los productos de la canasta familiar básica. Un  parlamentario del Polo, en charla informal con un periodista de EL NUEVO SIGLO, advertía este fin de semana que todos esos choques le parecían una “puesta en escena” a que acuden la Casa de Nariño y el uribismo para distraer al Congreso, la prensa y la opinión pública, “poniéndolos a hablar de crisis y desencuentros”, pero en el fondo tienen “una sola agenda” que final e imperceptiblemente se termina abriendo paso.

 

Viceministros “indecisos”

Un experimentado Gobernador se mostró la semana pasada muy preocupado por lo que consideró como “gestión en cámara lenta” de algunos ministerios que –agregó- no “toman decisiones” y todo pareciera que deben consultarlo con la Casa de Nariño y el propio presidente Duque. El Mandatario seccional, en charla informal con reporteros políticos, dijo que días atrás recibió en su departamento a un Viceministro “muy, pero muy joven” que hizo una exposición teórica de lo que estaba buscando su cartera en las regiones, pero que cuando llegó el momento de pasar “a las decisiones sobre obras y programas” no avanzó un solo milímetro y dijo que todo eso debería analizarse en Bogotá, con el Ministro respectivo y hasta en el consejo de ministros de la semana subsiguiente. Vea pues.

 

La no venida de Trump

 

La decisión de la Casa Blanca, el viernes pasado, de suspender la visita del presidente Donald Trump a Colombia que estaba programada para el 2 de diciembre, fue sentida en algunos dirigentes santistas como “aire fresco”. ¿Por qué? Sencillo, porque desde las toldas gubernamentales y la bancada uribista se venía ‘sacando pecho’ porque Trump iba a venir a Colombia a escaso meses de que el presidente Duque asumiera el poder, en tanto que Santos no pudo traerlo al país pese a varios intentos, el último de los cuales se frustró en abril pasado, cuando el Mandatario norteamericano canceló una pasada por Bogotá al regreso de la Cumbre de las Américas, que se realizó en Lima y a la cual el titular de la Casa Blanca canceló también su asistencia. Se dice que algunos alfiles santistas sostienen que cuando no vino Trump a Colombia, en abril, tenía la excusa válida del agravamiento de la crisis en Siria, pero que no pasa lo mismo con la visita programada para diciembre, que aún no es claro por qué se canceló.