Off the record | El Nuevo Siglo
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Jueves, 15 de Noviembre de 2018
Redacción Política

En la antesala de cumplir, hoy, los primeros 100 días de gestión, el presidente Iván Duque aprovechó la conmemoración de los 60 años del Departamento Nacional de Planeación y la presentación del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, para lanzar una que otra pulla o réplicas muy sutiles. Por ejemplo, en una afirmación que algunos de los presentes interpretaron como una defensa de su gabinete y equipo de altos funcionarios, Duque recordó que el presidente Lleras, padre del DNP, “buscó personas de gran capacidad intelectual, pero al mismo tiempo con esa energía virtuosa de la juventud y la capacidad de tener una visión transformadora en lo microeconómico y en lo macroeconómico”.

 

Ojo a los incendiarios

Al hablar de las bases de su Plan de Desarrollo, el Jefe de Estado fue claro en que “…lo que tenemos que buscar en este momento no es seguir ahondando más las diferencias de los colombianos, no es seguir buscando qué es lo que nos diferencia para promover desde ahí el incendio nacional. Lo que hoy tenemos que hacer es buscar esos hilos comunes, esa agenda común y necesaria que necesita el país”. Y agregó: “Si no entendemos que hay que corregir las fallas del sistema fiscal, para propiciar más inversión, más generación de empleo y mejor remuneración, pensando en la productividad, no vamos a dar ese salto en ingreso. Por eso estos debates no pueden ser ideologizados, porque la derrota a la informalidad no es ni de izquierda ni de derecha, es un deber nacional”.

 

Incómoda herencia

“Yo no me siento cómodo como gobernante en los primeros 100 días, viendo que nuestro país se mantiene en una posición mediocre en indicadores como el de Doing Bussines, puesto 65, puesto 60 en el índice global de competitividad, donde hemos ido perdiendo posiciones. Un puesto también mediocre en lo que tiene que ver con regulación de mercados, puesto 177 en el cumplimiento de contratos, y considerados como uno de los 10 países con más altos costos logísticos en el mundo”, precisó Duque sin mencionar, eso sí, a quien le dejó semejante herencia.

 

Perlas de la herencia

 

Pero en la misma tónica de la ‘herencia’, Duque sí habló de que recibió un “presupuesto desfinanciado en $14 billones”, “un sector energético asumiendo el choque de no recibir la entrada de 2.400 megavatios que estaban proyectados para el año entrante” (crisis de Hidroituango), “causas litigiosas en muchos proyectos de infraestructura (…) un crecimiento exponencial de los cultivos ilícitos, qué pasó de 50.000 a 200.000 hectáreas en los últimos seis años”…

 

Nada de quejas

Para rematar, el Jefe de Estado dijo ayer que “…Y así podría seguir narrando, pero no llegamos a la Presidencia con actitud quejumbrosa, llegamos con la actitud de recibir los retos, de enfrentarlos, de construir en estos 100 días las bases de un Plan de Desarrollo, que espero permita sobre los pactos sectoriales invitar a todo el país a enriquecerlo, ese es el deber que tenemos todos… Hemos sido un Gobierno que más que estar en el foco de las noticias, ha hecho una revisión exhaustiva de todos los ministerios y todos los departamentos, y ha planteado nuevos relacionamientos con las instituciones. Donde prima la transparencia como eje central de la generación de confianza y no vamos a claudicar en ese propósito porque lo ha pedido Colombia y lo queremos dar todos los días en el ejercicio de la administración”.

 

¿Sin retrovisor?

“No más gobiernos que vengan a destruir el legado de los antecesores por diferencias ideológicas, no más gobiernos que vengan a despreciar el trabajo de las políticas públicas que se han construido a través de los años, plantearle a armonía con la agenda internacional y plantear la agenda de mediano y largo plazo es lo responsable… No pretendo buscar aplausos haciendo lo popular, yo pretendo ganarme el afecto del pueblo colombiano mostrando esa diferenciación que es latente en América Latina”, puntualizó.