¿Guiño de Zuluaga a algún precandidato uribista? | El Nuevo Siglo
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Martes, 21 de Noviembre de 2017
Redacción Política
Mientras que algunos piensan que se quedará quieto a la espera de si el candidato único escogido pega, otros afirman que se moverá pues sabe que podría ser el fiel de la balanza de la competencia entre los cinco precandidatos.
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El objetivo principal del Centro Democrático (CD) no es la encuesta entre los precandidatos, sino conseguir un candidato sólido para enfrentarse en la consulta popular de marzo con Alejandro Ordóñez, Marta Lucía Ramírez y eventualmente otros aspirantes provenientes del sector de los cristianos u otras fuerzas sociales.

En ese orden de ideas, el futuro de Óscar Iván Zuluaga sigue gravitando prioritariamente en el escenario uribista, por más que ayer el propio expresidente Álvaro Uribe, mediante comunicado, lo descartó para la contienda de 2018 pero indicó, de paso, que “en el presente y futuro del Centro Democrático, Zuluaga debe desempeñarse en el mayor nivel de jerarquía, máxime en esta hora de la patria que necesitamos unidad de partido, que el doctor Zuluaga garantiza”.

Como se sabe, el excandidato presidencial de 2014, después del propio Álvaro Uribe Vélez, es quien ha alcanzado el mayor número de votos dentro de esta colectividad, al ganar la primera vuelta tres años atrás y perder la segunda, pese a sumar más de 7 millones de votos. De hecho el exministro de Hacienda es el único que ha logrado ese caudal electoral bajo el emblema del CD, ya que las dos votaciones de Uribe para llegar a la Casa de Nariño se hicieron bajo otra personería jurídica.

Esto quiere decir, desde luego, que Zuluaga no es, en absoluto, desestimable. Si bien quedó por fuera de las encuestas internas entre los cinco precandidatos (María del Rosario Guerra, Rafael Nieto, Carlos Holmes Trujillo, Paloma Valencia e Iván Duque), sigue siendo clave en el partido, sobre todo con miras a la consulta popular interpartidista de marzo, el mismo día de los comicios parlamentarios.

Por ahora es claro que quien gane las encuestas sucesivas y eliminatorias que empezaron ayer entre esos cinco aspirantes, será el aspirante único. La pregunta es: ¿será el definitivo?

 

“El que diga Uribe”

No hay que olvidar que, por más encuestas internas acordadas, el candidato de este partido ha estado, sigue y estará determinado, ciertamente, por esa premisa política y electoral que continúa haciendo carrera en los sondeos generales y que aparece como una posibilidad plenamente vigente: “votaré por el que diga Uribe”.

Por lo pronto, Uribe ha quedado circunscrito a los cinco precandidatos que lo vienen acompañando en sus foros y giras, en una campaña paralela a la congresional. Su aspiración, en ese caso, es subir a 25 o 30 senadores y fortalecer la cuota del CD en la Cámara de Representantes. Ya se sabe que de sus precandidatos, la mayoría recalará en la lista al Senado, de modo que frente a su futuro no existe mayor tensión al respecto.

En ese sentido, es prácticamente seguro que de no clasificar a la candidatura presidencial única, tanto Valencia como Guerra y Nieto ingresarán a esa plancha de aspirantes al Senado. Es más, existe la posibilidad de que la contienda en el Centro Democrático se cierre finalmente entorno a Duque y Trujillo, aunque es bastante prematuro señalarlo así, ya que las encuestas hasta ahora conocidas han sido generales y nacionales, y las que el uribismo comenzó ayer serán cerradas a su propia militancia.

Allí cualquier cosa podría pasar. Sin un guiño de Uribe por ninguno de sus pupilos, puede que la diferencia entre ellos continúe siendo muy corta, tal como lo evidencian las encuestas generales, en donde todos, dicho sea de paso, están en la parte baja o el sótano de los sondeos.

No obstante, en los propios corrillos uribistas se dice que Duque ha tomado la delantera, pero hay un reciente repunte de Trujillo, e incluso cierto avance  novedoso de Rafael Nieto.

 

¿Candidato-precandidato?

Ahora bien, según las nuevas reglas del juego, mediante encuestas sucesivas dentro de los integrantes del partido comandado por Uribe, se escogerá al candidato único del uribismo. Pero, en realidad, este será un precandidato de cara a la consulta interpartidista de marzo con Ramírez y Ordóñez, en principio. Hay que ser claros: Uribe quiere y busca imponerse en marzo con su aspirante y liderar la coalición, no ir de segundón en la misma.

El problema radica en qué tanto el candidato escogido por la vía de las encuestas internas suba o no en los sondeos presidenciales de diciembre y enero, tanto frente a la excandidata presidencial de 2014 (que sumó 2 millones de votos en la primera vuelta) y el exprocurador, como ante al resto de candidatos de otros partidos como Germán Vargas, Sergio Fajardo, Gustavo Petro, Clara López, Claudia López, Jorge Robledo y Humberto de la Calle, entre otros.

La meta uribista es que su candidato único marque, al menos, un 10% de los sondeos presidenciales abiertos, pues no sólo sería el candidato único del uribismo sino el que “diga Uribe”. Si ello es así, es posible que ese aspirante único llegue con fortaleza y capacidad de triunfo a la consulta interpartidista de marzo, contando además con todo el arrastre político de una lista parlamentaria liderada por el exmandatario. Hay que apostar a lo seguro pues siempre existe el riesgo de que en esa consulta popular también puedan incidir partidos externos al Centro Democrático, distorsionando los resultados.

Y también cabe la posibilidad de que Ramírez u Ordóñez puedan estar respaldados por una lista de la Nueva Fuerza Democrática, movimiento pastranista sobre el cual el Consejo Nacional Electoral debe decidir si resucita su personería jurídica.

Sea lo que fuere, si el candidato uribista escogido por encuestas no despega razonablemente, la carta de Zuluaga seguirá estando vigente y a ello le apuestan muchos de sus apoyos en el Centro Democrático. No hay que olvidar que cuando, en marzo pasado, suspendió su aspiración por el caso Odebrecht, marcaba 10% en las encuestas y los cinco precandidatos, ni siquiera sumados, han podido igualarlo en seis meses.

Aunque se da por descontado que el exministro no va a hacer absolutamente nada sin la aquiescencia de Uribe, es claro que continúa siendo figura predominante en ese sector político, como lo ratificó ayer Uribe, así su futuro siga determinado por el desarrollo del escándalo de Odebrecht, pese a una absolución inicial del CNE, que no compromete las investigaciones en la Fiscalía.

Siendo así, está por determinarse cuál va a ser el lugar de Zuluaga en la campaña parlamentaria y presidencial uribista. Es un dirigente todavía joven, podría reservarse para el 2022 o asumir prontamente el más alto cargo en el CD, según lo insinuó ayer Uribe. De la misma manera, algunos piensan que podría ir a la lista de Senado, pues es la figura óptima para acompañar a Uribe y ayudarlo a coordinar la bancada.

Si ello fuera así, entonces el guiño de Zuluaga hacia cualquiera de los precandidatos actuales cobra ahora suma importancia. Pero no se sabe si romperá su neutralidad, puesto que es cercano a varios de ellos. Trujillo, precisamente, fue su fórmula vicepresidencial en 2014 y también es conocida su empatía con Guerra. De otra parte, Duque fue su jefe programático en la campaña de 2014.

¿A quién le dará Zuluaga su respaldo, definitivo tratándose de encuestas internas? ¿O mejor: se quedará quieto, esperando a que se escoja al candidato único y si este no pega, entonces él volvería como la carta más fuerte, no solo para ganarle a Ramírez y Ordóñez, sino para pelear por pasar la primera vuelta y liderar la coalición de centro derecha, sobre todo ante rivales tan fuertes como Vargas? Esas son las dos preguntas que están en el aire y cuya respuesta es clave para aclarar una parte del panorama electoral por la sucesión de Santos.

Vea también: Uribe le dijo 'no' a la candidatura de Zuluaga

 

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