Viví el proceso de paz | El Nuevo Siglo
Viernes, 24 de Noviembre de 2017

“Experiencias en el mismo terreno de las negociaciones”

 

Extraordinaria oportunidad nos brinda la Universidad del Rosario al publicar “Testigos Olvidados”, donde se consigna el testimonio de grandes reporteros sobre el proceso de paz, que han vivido desde el año 1982 hasta llegar al acuerdo final con las Farc, en el 2016.

Los investigadores Luisa Fernanda Gómez y Andrés Felipe de Pablos, estudiantes de la Universidad Javeriana, graduados en periodismo y en Derecho, recogieron experiencias y anécdotas vividas en el mismo terreno de las negociaciones, situaciones que los colombianos a la fecha desconocíamos.

Marta Martínez, periodista del gobierno Pastrana, que hizo la transición en la negociación desde el Caguán con Pastrana al proceso de Ralito con Uribe, ya protagonizado con los paramilitares, fue estigmatizada como favorecedora de las Farc.

María Luisa Murillo, periodista de El Tiempo, le tocó salir corriendo del Caguán cuando el presidente Pastrana dio por terminada la negociación, ante las arremetidas violentas de los guerrilleros, que violaban así todos los intentos de lograr la paz.

En otra oportunidad cuando se negociaba la paz con el M-19, Olga Behar fue llamada en forma privada en una reunión, excluyendo a los demás periodistas, para que le quitara los lentes de contacto a Carlos Pizarro, porque él no lo podía hacer. Ella aceptó emocionada, pensando que le iban a dar una gran chiva periodística sobre la negociación.

El prologuista de este libro, profesor Jorge Cardona, cuenta que en cada cuatrienio existieron circunstancias específicas que retardaron, ayudaron o definitivamente entorpecieron la búsqueda de la paz.

Agrega el profesor Cardona que “justamente el mandato de Andrés Pastrana, entre 1998 y 2002, permite el mayor análisis. No solamente porque el escenario de laboratorio para buscar la paz se hizo en Colombia con un despeje territorial de 42.000 kilómetros cuadrados en el sur del país, sino porque en ese momento simultáneamente se puso en marcha el Plan Colombia que le permitió al Estado robustecer las Fuerzas Armadas. En la eventualidad de que fracasara la paz, el mismo Estado se preparó para la guerra. Fue una secuencia histórica que le permitió al periodismo vivir a fondo lo que significaba abordar directamente una negociación de paz”.

También nos comenta en su prólogo, que “con Roberto Romero se devela lo que en su momento significó y ahora constituye el exterminio de la Unión Patriótica, partido político surgido de los acuerdos de paz entre Belisario Betancur y las Farc. Con Olga Behar se entiende el tránsito entre el Estatuto de Seguridad de Turbay Ayala y la Comisión de Paz de Betancur, con todos los apremios que ese hecho significó para las Fuerzas Armadas. Con Javier Correa se puede examinar por qué la guerrilla del M-19, nacida en 1974, fue realmente el grupo que tuvo mayor incidencia social en este tiempo, y por qué también fue pionero para entender la urgencia por la paz”.

El prólogo nos permite entrar a las verdaderas entrañas del proceso de paz que ha vivido Colombia desde sus inicios a la fecha.