Protestas instigadas | El Nuevo Siglo
Jueves, 9 de Noviembre de 2017

La carga de baterías para elecciones, tiene en occidente, centro y sur del país, trasfondo con agitadores infiltrados por algunos politiqueros aspirantes a  posición legislativa municipal o departamental.

Hay una ruta seria, que siguen, ante la alteración del orden público en los últimos días, autoridades seccionales, empresa privada y organismos sociales no gubernamentales, al incrementarse la característica del conflicto con saqueos y bloqueos.

La denuncia es parte de investigación emprendida, por estamento judicial y de policía; perciben que la estrategia, está presionada por quienes pretenden   presentarse como defensores de  acuerdos reclamados por los indígenas, e incumplidos por Gobierno Nacional.

Y no se desconocen las promesas de cumplimiento, como constan actas entre las partes; están hace más de 6 años, luego de incidentes similares a los actuales.  

La comunidad indígena es utilizada como escudo para disfrazar pretensiones politiqueras en  Cauca, eje cafetero, Tolima, Huila  y Valle del Cauca, de acuerdo con dirigencia privada.

Así asomó oportunismo, con imagen de resonancia en la vía Panamericana que  aguanta, la cadena de promesas con habitantes de  Buenaventura. En contraste está el terminal portuario, competitivo para el comercio exterior del país.

El efecto de estas protestas está en el golpe económico al país, al Valle del Cauca, y las regiones en mención; según cálculos oficiales, sobrepasan 5 mil millones de pesos diarios en pérdidas.

El foco central se refleja en Cauca. Sus habitantes cuentan verdades en privado, porque dicen que si lo hacen en público, es - “una boleta”-,  expresión popular para explicar que pueden ser potenciales víctimas de delincuencia en sus pueblos.

Es la cara revuelta con el crucigrama político del momento, preparando elecciones y, buscando espacios para dominar  el terreno en medio del desorden.

Están en el área, ex guerrilla, en supuesta disidencia, campesinos en rebusque, cocaleros por necesidad y narcotraficantes, que de tiempo atrás, rondan en su negocio la franja del Pacífico, que no tiene nada de pacifico.

Empresa privada advierte que el desarrollo ha sido lento. Debería ser productivo y exportador, por cercanía al puerto de Buenaventura, para envío de productos agrícolas y procesados por industrias en el Valle del Cauca.

Sectores académicos recuerdan  que hay disponibilidad para investigación ambiental y desarrollo forestal, donde en ocasiones organismos internacionales, efectúan prácticas, con escasa presencia de instituciones colombianas.

Ojalá los acuerdos definitivos incluyan la declaratoria de emergencia económica y de salud, que son las carencias más agudizadas en Cauca, en población campesina e indígena.

Destacable la mediación de Naciones Unidas y su oficina para Derechos Humanos, junto con ministerio de Interior, al ratificar compromiso con habitantes de Saldaña-Tolima y Hobo-Huila, para desarrollo agrícola, educación, salud y vivienda.

Pregunta, con millón de preocupaciones: ¿Estaremos muy pronto, obligados a diseñar nuevo mapa geográfico y político de Colombia?