La Niña tendría bajo impacto en costo de vida | El Nuevo Siglo
Lunes, 20 de Noviembre de 2017
Redacción Economía
Ya hay indicadores sobre su efecto ante el incremento de las lluvias en todo el país.

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De confirmarse la presencia del fenómeno de La Niña en las próximas semanas, éste no tendría un mayor impacto en el costo de vida. Por lo menos así lo prevén varios analistas financieros. Señalan que “un reporte del 9 de noviembre del IRI indica que en el océano Pacífico se están presentando actualmente las condiciones de un fenómeno de La Niña débil. Además, los modelos de proyección más recientes señalan que es alta la probabilidad de que esta situación persista hasta marzo”.

“De acuerdo con las estimaciones de la mayoría de los expertos y nuestros propios modelos, la intensidad de este fenómeno se mantendrá moderada. De hecho, estimamos que el índice ENSO, el cual está justo en el umbral de -0,5 que marca el fenómeno de La Niña, en esta oportunidad puede llegar hasta un valor de -0.7. Vale la pena recordar que este fenómeno se asocia en Colombia con un aumento en las precipitaciones por encima de la media histórica”, aseguran analistas del Bancolombia.

Alteraciones

Al respecto es conveniente recordar que las alteraciones en el régimen de lluvias afectan principalmente los grupos de alimentos y regulados, que en conjunto tienen una participación de 43,5% en el IPC. Como resultado de ello, la ocurrencia de fenómenos de El Niño y La Niña se han asociado a cambios de tendencia significativos en la inflación anual.

Sin embargo, esta relación tiene dos particularidades, las cuales han sido identificadas en estudios anteriores. La primera es que el efecto del fenómeno de El Niño en la inflación es más pronunciado y tiene consistentemente un signo positivo. Por el contrario, los fenómenos de La Niña por lo general implican menores afectaciones, las cuales, en la mayoría de los casos, presionan a la baja los precios. En otras palabras, la economía del país opera mejor en épocas de abundantes lluvias que en las temporadas de sequía. Como quedó demostrado el año pasado, en estas la reducción en la oferta de alimentos y el aumento de tarifas de servicios públicos como la energía y el gas conllevan presiones inflacionarias significativas.

La segunda particularidad es que el impacto inflacionario de estos fenómenos depende de forma directa de su intensidad: cuando se trata de eventos fuertes, la afectación es mucho mayor, lo que resulta en una relación no lineal. Ambas características se aprecian en la gráfica 3, en la que se muestran valores anuales de inflación de alimentos frente a los valores del índice ENSO.

Señala el estudio que “para medir el impacto que tendría hoy el fenómeno de La Niña, empleamos la metodología de función de impulso-respuesta generalizada. A través de ella, cuantificamos el efecto que generaría sobre la inflación total y de alimentos choques de 1 y 2 desviaciones estándar en el índice ENSO. Asociamos el primer choque a un fenómeno bien sea de El Niño o La Niña moderado, en tanto que el segundo correspondería a uno fuerte. Mientras que un choque instantáneo semejante a un fenómeno de El Niño impulsaría al alza los precios de los alimentos de forma significativa y persistente, un fenómeno de La Niña tendría una influencia opuesta”.

Para el caso del evento que estamos previendo para los próximos meses, se presentaría una desaceleración de hasta 31 pbs en su variación anual. El efecto más apreciable sería entre 8 y 9 meses luego de presentado el choque. Después de ese punto, el efecto empieza a disiparse paulatinamente.

La inflación total respondería de una forma similar a la de alimentos, aunque en una menor proporción. La función de impulso-respuesta de las variaciones del IPC también sugiere una reacción positiva y de larga duración para los fenómenos de El Niño, y negativa y moderada para el caso de La Niña. Específicamente, para un fenómeno débil como el que esperamos que impere hasta los primeros meses de 2018, la máxima respuesta a la baja de la inflación total sería de 8 pbs. Además, esta se presentaría entre los meses 3 y 4 luego de que haya tenido lugar el choque. Tal respuesta se daría, por lo tanto, en el primer semestre del próximo año, y se disiparía en la segunda mitad de 2018. 

Perspectiva

Aseguran los expertos que “corrobora nuestra perspectiva de que hasta mediados de 2018 la inflación de alimentos permanecerá baja. Nuestro escenario base contempla que la variación anual de los precios de este grupo de productos se desacelerará hacia el cierre de este año y durante los primeros meses de 2018. De esta forma, hacia mediados del próximo año el indicador seguirá por debajo de 2% y tan solo cambiará de tendencia en el segundo semestre de 2018. Tal comportamiento esperado es consistente con los hallazgos de nuestro análisis”.

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