Entrada de Farc al régimen | El Nuevo Siglo
Lunes, 6 de Noviembre de 2017

“Lanzamiento de su partido evidenció incapacidad de convocatoria”

La aprobación de ley estatutaria de la JEP patinando en el Congreso, lo que queda de la reforma política semi-atascada y el lanzamiento de la candidatura de Rodrigo Londoño (Timochenko) a la presidencia, corroboran una afirmación que vengo haciendo de tiempo atrás: las Farc han sido un actor político más o menos relevante en el país, no precisamente por lo que han sido y hecho ellas mismas, sino por la corrupción e incapacidad política de varios políticos de profesión, incluyendo presidentes.

Por ello, y en últimas, el conflicto político-violento con las Farc terminó en una mesa de negociación casi que entre pares, porque la estrategia y las cotas de superioridad moral desde el Estado fueron insuficientes - por varios de sus miembros- para imponer la voluntad sobre aquellas.

Y como se cumplen 22 años del asesinato de Álvaro Gómez H., recurramos a su pensamiento para constatar la insuficiente superioridad moral del Estado. Poco antes de ser asesinado, pronunció unas palabras que siguen vigentes: “El enemigo de Colombia es el régimen. Porque él necesita que la política sea sucia, por ser la manera de conseguir amplias complicidades necesarias para mantener su predominio”.

Pero lo que no alcanzó a vislumbrar uno de los pocos estadistas que hemos tenido, fue que las Farc empezaran a golpear la puerta del régimen dominante para entrar en él sin siquiera sacudirlo, sumándose así a dichas complicidades.

Con el lanzamiento de las candidaturas de Rodrigo Londoño (Timochenko) a la Presidencia de la República y las de Senado y Cámara, queda en evidencia que no supieron aprovechar la relativa ventaja que obtuvieron por la insuficiencia del Estado en lo relativo a la superioridad moral. ¿Fue para presionar la aprobación de la ley estatutaria de la JEP? Quizás pero no es creíble, porque hasta ahora todo indica que la mayoría de sus jefes no han entendido que el relativo consenso y la fuerza política necesarios para implementar los acuerdos, no dependen solo del Gobierno y su coalición, sino, en democracia, principalmente de la favorabilidad en la opinión que vayan ganando con sus posturas y actitudes.

¿No habría sido mejor mantenerse en la anunciada postura de no tener candidato a la presidencia y haber lanzado- aunque fuera hasta el último plazo-, candidatos (as) al congreso sin sospechas de responsabilidad en crímenes de guerra y de lesa humanidad?      

Más bien parecería ser que el detonante que desencadenó su afán de poder político sin mostrar suficiente compunción ante la sociedad, compareciendo antes a la JEP, fue la famélica atención que recibieron al lanzar su partido “con bombos y platillos”. El que de los precandidatos a la presidencia invitados al evento no haya asistido ninguno y solo hayan recibido un ramo de flores de Clara López, y el que el orador principal haya sido Samper, habla elocuentemente de su incapacidad política y de su “entrada triunfal al régimen dominante”.