El cacique en la Academia | El Nuevo Siglo
Lunes, 27 de Noviembre de 2017

“Abril Rojas en sitial de reconocimiento entre  escritores”

 

En 1996, estudiando en España, había recibido en España la primera edición de su obra “La Segunda Sangre”, en momentos en los que me aprestaba a culminar en la Universidad Complutense de Madrid mi especialización en Derechos Humanos, dentro de la cual, con la dirección del ilustre tratadista don Antonio Truyol Serra, presenté un trabajo de grado titulado “El Cacique de Turmequé, protector de los Derechos Humanos en la Corte de Felipe II”.

“La Segunda Sangre”, es una novela calificada por la Revista Credencial como una de las cien novelas colombianas del siglo XX; cuenta la historia de don Diego, el Cacique de Turmequé; allí Gilberto Abril, a lo largo de casi quinientas páginas, se introduce en el Tunja de la Real Audiencia, que por poco fuera la capital presidencial y luego virreinal del que sería el Virreinato de la Nueva Granada. En apretadas líneas que nos llevan a conocer el Tunja del siglo XVI, el escritor Abril Rojas resalta la figura del gran mestizo tunjano, primer defensor americano de los derechos humanos. También, antes de comenzar con los seis capítulos del libro, dedica éste a Ulises Rojas, quien rescató del olvido al Cacique de Turmequé; a los escritores Teodoro Láscaris-Comneno y Miguel Prado Mejías, el primero de ellos humanista y helenista por herencia de sangre, de nobleza y de pasión; el segundo, Prado, insigne poeta venezolano. Por último, le dedica a su hijo Christian Frederic Abril Calderón; los que hemos escrito libros y hemos sembrado árboles, sabemos que siempre hay que dedicarle a los hijos de carne y hueso por las horas robadas para engendrar páginas de texto.

En 1997, Germán Arciniegas escribió: “Gilberto Abril Rojas, escritor boyacense que ha sacado del olvido de siglos la vida del Cacique, recogiendo toda la documentación que permanecía muerta en los archivos, se ha hecho acreedor a nuestra gratitud y merece todos los elogios. El viaje del cacique de Turmequé es la proeza, no por olvidada menos digna de alabanza, que coloca a los indígenas de la Nueva Granada en primera línea entre los defensores de los derechos humanos en Nuestra América. Turmequé está en el corazón mismo del reino de los chibchas. La elección que el Cacique les da a las autoridades coloniales en América resulta conmovedora por ese empeño en presentar ante el Rey lo que, en justicia, debe considerarse como elemental en el pueblo conquistado”.

Gilberto Abril Rojas, merecedor de este homenaje, ha sido el motor fundamental para la periodicidad de la Revista Polimnia de la Academia Boyacense de la Lengua, entidad de la cual es el Secretario Fundador y promotor de la cultura de la ciudad del capitán malagueño Gonzalo Suárez Rendón. Con su lucha diaria, Abril Rojas llega a un sitial de reconocimiento entre los escritores del país y por eso, la primera Academia del Nuevo Mundo, la Colombiana de la Lengua, le da la hoy la bienvenida.

hernanolano@gmail.com