Tiempo y re-creación | El Nuevo Siglo
Viernes, 19 de Noviembre de 2021

El tiempo es, sin duda, el recurso más valioso que tenemos.  Y, como dice el libro del Eclesiastés, todo tiene su momento oportuno.

En las sociedades consumistas en las que vivimos, el tiempo se ha vuelto un elemento clave en la productividad y esta parece ser el objetivo más importante, por encima de la vida misma.  Por supuesto que estamos llamados a desarrollar nuestra misión vital, a desplegar todo nuestro potencial ocupándonos de nosotros mismos y en servicio hacia los demás.  Pero, la productividad no lo es todo ni puede ser a cualquier precio, como lo pregonan las economías neoliberales del sálvense quien pueda.  El tiempo vital es, ante todo, un recurso valioso para conectarnos con nosotros mismos desde el amor y la totalidad, lo cual equivale a conectarnos con la Divinidad.

Ah, pero pareciera que la mayor parte del tiempo estamos desconectados, entretenidos, alejados de lo que realmente vinimos a hacer aquí.  La visión “positiva” de la vida nos echa el cuento de la felicidad como destino final, lo cual está directamente relacionado con el consumo; es ahí donde nos entretenemos, pues en la búsqueda ansiosa de esa felicidad dejamos de reconocer otras emociones que se califican de negativas, cuando en realidad son experiencias inherentes a la vivencia humana, a partir de las cuales podemos hacer aprendizajes significativos, para evolucionar individualmente y como especie. Desde el miedo podemos aprender a confiar; desde la rabia podemos aprender a aceptar; desde el dolor podemos aprender a agradecer por lo que hay, para poder soltarlo. Todo ello es posible hacerlo en el único tiempo del que disponemos: el presente.

Estar entretenidos es mantenernos desconectados del momento actual. Ello también hace parte de la experiencia vital, por lo cual hemos de tenernos paciencia.  De igual manera, hemos de salir del letargo del entretenimiento -que abunda en los medios de información y en las redes sociales- para entrar en dinámicas de re-creación.  ¡Eso es otra cosa! Re-crearse es desarrollar y aplicar la capacidad de auto-transformarnos, de ser un poco más conscientes cada día.  Ese proceso de autopoiesis, como nos lo enseñaron los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela, es connatural a la vida misma: es la re-creación de nosotros mismos, que efectuamos en presente, cuando nos damos cuenta de la posibilidad permanente que tenemos de transformarnos, así como de los aprendizajes que podemos desarrollar.

Todo tiene su tiempo: estar entretenidos, despertarnos, recrearnos, volver a dormirnos en las dinámicas convergentes del entretenimiento o auto-rescatarnos para seguir nuestros múltiples procesos de autopoiesis. Como la vida es compleja, no lineal, todo ello ocurre simultáneamente en las diferentes áreas de la vida.  Te invito a darte cuenta, a re-crearte en presente. ¡Es posible!

@edoxvargas