Catar: a un año del pitazo inicial | El Nuevo Siglo
Viernes, 19 de Noviembre de 2021

* Pandemia, principal amenaza al mundial

* Muchas incógnitas sobre un torneo inédito

 

Faltando un año para el pitazo inicial del Mundial de Fútbol de la categoría mayores en Catar es evidente que estos doce meses que restan tienen una gran cantidad de retos por enfrentar e incógnitas que despejar.

Dentro de los primeros, sin lugar a dudas, el más importante es el relativo a si la máxima cita del balompié mundial que tendrá como sede por primera vez en la historia a un país árabe, se podrá jugar con aficionados en las tribunas, o si por cuenta de la pandemia de covid-19 pasará lo mismo que en los recientes Juegos Olímpicos de Tokio, en donde el ingreso de público a los escenarios estuvo restringido.

Aunque ya en buena parte del planeta se habilitó el regreso de las hinchadas a los estadios, así sea con aforo reducido y con las medidas de bioseguridad adecuadas a la curva epidemiológica de la nación o ciudad del caso, es evidente que este coronavirus continúa siendo una amenaza, como se comprueba hoy en varios países del viejo continente, en donde se han tenido que reimplantar medidas de confinamiento poblacional y control de aglomeraciones debido a nuevos picos de contagios y decesos.

Los expertos han señalado que dado el avance de la vacunación mundial (pese a las desigualdades de cobertura entre países desarrollados y los más pobres) se esperaría que ya para el primer semestre de 2022 el covid-19 deje atrás la fase pandémica y se convierta en un virus endémico y estacional, factible de control con medicamentos y otros biológicos. Sin embargo, dada la alta capacidad de mutación así como el surgimiento de más variantes y cepas de este coronavirus, por el momento no hay una hoja de ruta definitiva sobre la evolución de esta emergencia global sanitaria.

También resulta claro que otro de los retos por superar es la capacidad para entusiasmar al mundo árabe de la fiesta del fútbol y por esa vía que se compenetre de forma definitiva con la máxima cita del deporte más practicado del planeta. No hay que olvidar que uno de los argumentos de quienes defienden la ampliación, a partir de 2026, de 32 a 48 en el número de selecciones participantes en estas justas globales, o incluso de la propuesta para realizarlas cada dos años, se basa, precisamente, en la expansión del balompié a naciones que no hacen parte del circuito más histórico y tradicional futbolístico.

Obviamente el tema de la seguridad para los seleccionados, delegaciones y turistas extranjeros siempre está presente, pero por el momento las autoridades catarís han dado la mayor tranquilidad al respecto. De igual manera, los cronogramas para que estén listos todos los estadios, hotelería y esquema logístico que requiere organizar un mundial siguen dentro de los plazos previstos.

En cuanto a las incógnitas por despejar, la lista es un poco más larga. Por ejemplo, si bien el sistema de videoarbitraje ya se aplica de forma generalizada en todo el planeta, se espera que para la justa mundialista se afine su funcionamiento para disminuir al máximo el margen de error.

También hay muchas preguntas en torno a lo que significará jugar el torneo al final del año y no a mediados, como es tradicional. Los temores van desde las temperaturas con que se disputarán los partidos, hasta el impacto en niveles de audiencias globales y evolución de los patrocinios en una época en donde una parte de la humanidad está más interesada en las festividades de fin y cambio de año.

Paradójicamente una de las incógnitas que ya se empezó a despejar es la relativa a cuáles serán los equipos que irán al inédito mundial. A hoy es claro que Francia, Croacia, Bélgica, Inglaterra, que jugaron la semifinal en Rusia, ya tienen tiquete asegurado. Potencias Brasil, Alemania y Argentina igual. España y Holanda también confirmaron su clasificación. Por el contrario, hay equipos de primer nivel en riesgo, comenzando por Portugal, Italia y Uruguay, para solo mencionar algunos. El caso de Colombia, como se sabe, es más complicado porque pese a cinco partidos sin marcar un gol se mantiene cuarta en una eliminatoria muy cerrada en la puja por la tercera y cuarta plazas y el cupo para el repechaje. Quedan cuatro partidos y hay que jugarse el todo por el todo.

Como se ve, a un año de que ruede el balón en Catar 2022, todavía hay muchos temas pendientes para que este mundial en tierras árabes, cuya incursión financiera en el fútbol es innegable, cumpla con las expectativas de marcar un antes y un después en el deporte más practicado y seguido del planeta.