A solo 21 días de que en el Concejo de Bogotá se venza el plazo para el trámite al Plan de Ordenamiento Territorial (POT), el cabildo sigue con el freno puesto para avanzar en su discusión, pues la recusación que un ciudadano les hizo a los 45 concejales no ha sido del todo resuelta.

Ya es claro que la discusión en la comisión del Plan será larga y desgastante, sobre todo cuando sean votados artículos que ya han levantado ampolla como los relacionados con el metraje de la vivienda VIS, la ALO Norte y otras cuatro obras frente a las cuales la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI) y la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) pusieron sobre la mesa nuevas inquietudes.

A través de una carta que ambas entidades radicaron de manera conjunta a los tres concejales ponentes de este proyecto (ayer al cierre de esta edición uno de ellos confirmó que aún no habían llegado a un consenso sobre unificación de las ponencias), el gremio constructor manifestó su preocupación frente a cuatro obras que, como quedaron contempladas en el POT, afectarán en forma considerable la futura competitividad de la ciudad capital.

Se trata de la no inclusión de la ALO Norte; de cómo la Avenida Ciudad de Cali se contempla recortada y se desvía su tráfico a la altura de la calle 170; de la forma en la que la Avenida Boyacá, en el nuevo POT, no tiene continuidad hacia el norte y se interrumpe a la entrada del proyecto San Simón y, por último, de cómo en la vía Suba-Cota se está proponiendo el mismo ancho de reserva, pero únicamente dos carriles por sentido, lo que significa una reducción del 50% de su capacidad.

Vale mencionar que con relación a la ALO Norte, el presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, Juan Martín Caicedo Ferrer, indicó el pasado primero de octubre “que la decisión de la señora alcaldesa se constituye en un error histórico, tan colosal como de visión cortoplacista”. 

Las cinco solicitudes

Argumentando por ejemplo que la ALO Norte tiene diseños de detalle y que existen soluciones de ingeniería que han sido implementadas en otros lugares del mundo para evitar que la misma tenga un impacto ambiental, ambas agremiaciones le solicitaron a los concejales ponentes cinco cosas: que reincorporen al texto la reserva vial que permita el desarrollo de la ALO Norte, que la Avenida Boyacá se extienda hasta Chía atravesando el barrio San Simón, el cual ya dejó el espacio de su reserva vial.

En tercer lugar, ambos gremios pidieron que se monitoree el perfil existente desde el POT 2004 para la vía Suba-Cota, es decir, con un ancho de 60 metros y cuatro carriles por sentido. Y por último pidieron eliminar las disposiciones sobre áreas mínimas y características de diseño sobre la vivienda VIS y No VIS.

Objeciones a la vivienda

Comenzando octubre de este año, Camacol Colombia ya había prendido las alarmas sobre tres hechos contemplados en este documento: el acceso a vivienda, el metraje de las viviendas de interés prioritario y la baja meta que se plantea en materia de construcción de vivienda frente a la demanda proyectada.

Le puede interesar: Logran captura de cinco de los 'motoladrones' de Bogotá

“Camacol advierte con enorme preocupación y califica como un retroceso en el acceso a la vivienda de los hogares de la ciudad, lo dispuesto en el Artículo 384, en el cual se definen áreas mínimas, se interviene la configuración de espacios arquitectónicos y espaciales y se establecen estándares y metros cuadrados mínimos por habitación, en las viviendas nuevas que se construyan en la ciudad”, refirió el pasado 12 de octubre la entidad.

Añadió que la limitación de construir de manera formal viviendas con áreas superiores a los 36m², y de 42m² para el caso de la Vivienda de Interés Social, lo único que logrará será reducir de manera crítica la oferta formal de vivienda nueva en la ciudad, desconociendo además características sociodemográficas.

Solicitud

Ante este paquete de solicitudes contempladas en la carta, el presidente de Camacol Bogotá & Cundinamarca, Alejandro Callejas, sostuvo a este diario que frente a la comunicación enviada por la CCI y Camacol Colombia, “nosotros respaldamos el pronunciamiento. Creemos que genera una alerta frente a temas específicos de movilidad en la ciudad de Bogotá, y por supuesto es un llamado adicional al llamado que hemos hecho desde Camacol capítulo Bogotá”.

Como ya lo había referido a este diario en una entrevista que concedió el pasado 21 de octubre, el presidente Callejas fue claro al advertir que este POT no permite generar las viviendas que se necesitan en nuestra ciudad y la gente terminará encontrando una oferta efectiva de vivienda o en la informalidad o en Cundinamarca. Eso, sin mencionar el complejo tratamiento de la renovación urbana que este POT tiene como gran apuesta.

“Las grandes apuestas se están haciendo en el desarrollo urbano a través de la renovación urbana y este es un tratamiento altamente complejo desde el punto de vista operacional, pero que adicionalmente este POT hace altamente costoso al duplicarle, y en algunos casos triplicarle, el nivel de cargas urbanísticas a los proyectos. Y con decenas de trámites terminaremos en una inseguridad jurídica que hará inoperable, desde el punto de vista urbano, a nuestra ciudad”, dijo el presidente de Camacol Bogotá.