Decenas de colegios públicos sin agua ni bienestar escolar | El Nuevo Siglo
EN solo el 47.7% de los colegios del país se cumple con los estándares de salud y bienestar escolar.
Foto cortesia
Domingo, 14 de Noviembre de 2021
Mario F. Hurtado

La semana pasada se presentó el estudio de salud y bienestar escolar que realizó el laboratorio de Economía de la Educación (LEE) y Escalando. En el proyecto de 2020 se involucraron 915 colegios del país. La cifra contundente y que preocupa es que en solo el 47.7% de los colegios del país se cumple con los estándares de salud y bienestar escolar.

El índice que se ha denominado Welbin, creado por Escalando Salud y bienestar es una herramienta que evalúa si las instituciones educativas cumplen con los estándares de promoción de la salud en las comunidades educativas y si el entorno es seguro, saludable y protector para los estudiantes. Se fundamenta de los estándares globales de salud y bienestar escolar de la Organización Mundial de la Salud, de la Unesco y del centro para el control de enfermedades de Estados Unidos.

Por otra parte, el índice se combinó con los resultados de las pruebas Saber 11 de 2020 para identificar si existe una relación entre el desempeño académicos y las condiciones de salud y bienestar de la comunidad educativa.

Los resultados indican que los colegios urbanos y privados obtienen los puntajes más altos frente a los colegios rurales y públicos, de igual forma hay una relación porque los mejores colegios en bienestar fueron algunas de las instituciones educativas privadas que participaron en el estudio.

En las dimensiones evaluadas del índice que fueron Políticas educativas, entornos de la institución, educación para la salud, nutrición y alianzas, los colegios urbanos obtuvieron 18 puntos más en el índice que los rurales y de igual forma los colegios privados superaron a los colegios oficiales en 34 puntos. Lo que pone en evidencia una difícil situación en la calidad de vida en gran parte de las instituciones escolares públicas del país

Una situación que preocupa, que cada vez se hace más creciente y que requiere acciones series y conjuntas de intervención es que los entornos de varios de los colegios públicos urbanos son peligrosos.

En varias ciudades del país como Bogotá, Medellín, Cali y Barraquilla las zonas aledañas de los colegios públicos se han convertido en lugares de expendio de drogas, donde la población más vulnerable termina siendo los niños y niñas. De igual forma son zonas de inseguridad, o cerca de lugares de explotación sexual. La falta de controles de la policía y la debilidad de las acciones conjuntas con el sector educación hace que el problema sea creciente.


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Entre los datos que destaca el informe el 12% de los colegios del estudio no tiene acceso a acueducto, 41% de los colegios no tienen acceso a agua potable de forma permanente, 81% de los colegios no cuentan con materiales para educar una en prevención sexual y reproductiva, 29% de los colegios no cuentan con profesionales en psicología, 35% de los colegios están en zonas de expendio de drogas, y más de la mitad de los colegios no cuentan con acciones para la prevención del embarazo, del suicidio, del acoso o del consumo de drogas.

El informe hace llamado de atención y recomendaciones a quienes diseñan las políticas públicas en educación sobre la urgencia de proveer ambientes seguros en términos físicos, emocionales, psicológicos en los colegios para favorecer los procesos de aprendizaje de los estudiantes y promover espacios donde se fortalezca la salud física y mental.

La situación se hace más compleja porque en lo ideal, el colegio debería ser el refugio de niños y niñas que sufren de maltrato y violencia en casa. Por eso, cobra sentido, que los colegios sean entornos seguros, de convivencia y de calidad de vida.

En palabras de Luz Karime Abadía, codirectora de LEE, estamos lejos de que los colegios cumplan con los estándares de salud y bienestar, es inaceptable que en estos momentos haya colegios sin agua potable o para el lavado de los alimentos, de igual forma colegios con deficiencias en baterías sanitarias y en saneamiento e higiene. Colegios donde los estudiantes se encuentran en malas condiciones nutricionales y falencias en que se promueva y monitoree una buena nutrición. También deficiencias en la salud mental, en especial en las condiciones en las que nos encontramos y las enfermedades que se incrementaron con la pandemia.

Abadía afirma que no es suficiente que el Ministerio de Educación se concentre en el simple regreso a la presencialidad o a la alternancia, en cuanto políticas es indispensable que en línea con las secretarías se desarrolle un inventario y un plan para suplir las falencias en temas de infraestructura. Además, se deberían crear protocolos y prototipos de programas relacionados con una alimentación saludable, salud sexual y reproductiva, que esté presente en los temas de estudio y que se construyan hábitos en los estudiantes.

En síntesis, los servicios de salud deben tener presencia en la escuela y esto debe resultar de una alianza entre el sector educación y el sector salud para garantizar colegios seguros, protectores y sostenibles.

*Especialista en educación