Protesta estudiantil contra la corrupción | El Nuevo Siglo
Lunes, 7 de Octubre de 2019

“Uribe amenaza con penalizar las protestas”

Por lo general las protestas juveniles, es cierto, no tienen el mismo impacto inmediato de un paro sindical o de transporte. Pero de ellas surgen los cuadros políticos futuros. Así ocurrió en París de 1968 cuando tumbaron al gobierno De Gaulle bajo una economía súper concentrada, o en Estados Unidos contra la guerra de Vietnam. De esas revueltas surgió Bill Clinton. La otra característica es que revelan la incoherencia de los políticos, respecto a lo que ellos mismos hicieron de jóvenes.

La actual indignación en Colombia es por la corrupción oficial en obras que colapsan. Y se desbordó luego de que el senador Álvaro Uribe bloqueó una ley anticorrupción en el Congreso.

 Aquí el costo por obtener una curul supera lo que el congresista obtendrá por salarios durante su periodo ¿quién pone la diferencia? La ley de campañas, de restitución por voto no impide la compra- venta de contratos con la llamada “burguesía burocrática”. Y el noticiero de TV que ha insistido en el tema ha perdido los comerciales del grupo financiero implicado en los escándalos. Vale decir las vías pacíficas al parecer se han cerrado para favorecer los cohechos.

 Varios mandatarios iniciaron su actividad política en manifestaciones estudiantiles. Como la historia patria estuvo abolida de los colegios, lo hemos olvidado. Y muchos de ellos cuando ya estuvieron en el poder las reprimieron. Así según el diario El Tiempo del 1 de octubre de 1927, gobierno de Abadía Méndez, los estudiantes marcharon al ministerio de educación y le rompieron los vidrios (¡oh cuanta barbarie! pensó el ministro y amenazó con cerrar la universidad, pero ¡ojo! no lo hizo.) Dirigió la pedrea un joven de 19 años llamado Carlos Lleras Restrepo, quien rechazó el uso de la fuerza pública para impedir el libre ejercicio de expresión. Después apoyo a la protesta estudiantil, en especial contra la dictadura militar de Rojas Pinilla.

 Y en la elección del propio Carlos Lleras, los ya ex jóvenes, añoraban esa vehemencia sin la cual él jamás habría llegado a Palacio. Ya en el al poder invadió a su alma mater, la Universidad Nacional, la cerró varias veces ¡con el ejército! Le quitó la autonomía que ayer consideró inviolable. Y nombró de ministro de Educación a un miembro del Opus Dei. Centuplicó detenciones y golpizas indiscriminadas incluyendo a colegiales.

En su intento de reelección los estudiantes no olvidaron: ayudaron a hundirla.  Y su propio ministro de gobierno reveló cómo en esa administración se había recurrido al fraude electoral en 1970, para asegurar una continuidad presidencial acordada. Se trató de un “progresismo” a palos y bajo estado de sitio.

El biógrafo de Álvaro Uribe V. Joseph Contreras (U. Harvard) recuenta como la promoción de bachillerato del colegio Robledo del año 69 se perturbó cuando el alumno Uribe amenazó al rector con poner un petardo. Él ahora caudillo propone penalizar las protestas estudiantiles. No tolera los abucheos ya generalizados en todo el país de jóvenes hartos de la corrupción.