¿Qué tiene frenado el crecimiento? | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Invías
Martes, 17 de Octubre de 2017
Redacción Economía
Aunque la situación y avance del sector en Colombia ha mejorado, hay alertas por demoras en algunos de los proyectos del programa de Vías 4G. Fedesarrollo analiza la situación y la CCI sostiene que no hay que bajar la guardia.

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Dado el rezago que demuestra el país en materia de cobertura y calidad de la infraestructura vial, el Gobierno diseñó el programa concesiones viales de cuarta generación, Programa 4G, con un plan de inversión total cercano a los $47 billones y 31 proyectos para construir cerca de 7.000 km de vías.

La implementación del Programa 4G se ha dado en el contexto del nuevo esquema de concesiones creado mediante las leyes 1508 de 2012 y 1682 de 2013. El nuevo modelo de concesiones corrige las limitaciones de los esquemas anteriores y avanza en promover la atracción del capital privado para llevar a cabo las obras y su financiación, complementando los recursos limitados del Gobierno.

Un estudio de Tendencia Económica de Fedesarrollo, sostiene que entre los principales elementos de este nuevo marco legal para las asociaciones público-privadas, APP, se identifican: la mejor distribución de los riesgos, asignándolos a quien mejor los puede manejar; un esquema de financiación diferente al que prevalecía y que generaba incentivos indeseables (renegociaciones a los contratos), que establece que el concesionario (con su capital o con deuda) financiará la construcción de la obra y será repagado por el Gobierno una vez la vía esté en uso y una nueva institucionalidad a través de la creación de la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, encargada de planear, coordinar, estructurar, contratar, ejecutar, administrar y evaluar proyectos de concesiones y otras formas de APP.

Es de resaltar que en este nuevo modelo, la obtención de recursos del sector financiero local y extranjero resulta fundamental para un normal desarrollo del proyecto.

Dada la magnitud de las obras, el programa 4G no solo contribuirá en la reducción de la brecha en materia de infraestructura que presenta el país, con sus efectos sobre productividad y competitividad en el largo plazo.

Adicional a esto, en el corto plazo, este programa impulsa la demanda agregada, especialmente en un contexto de desaceleración económica provocada por la abrupta reducción de los precios internacionales del petróleo.

No obstante, los efectos de corto plazo por la ejecución del Programa 4G han sido menos favorables frente a lo inicialmente previsto por diferentes factores que han retrasado los cierres financieros de varios proyectos.

 

Mejora la situación

Desde la Cámara Colombiana de Infraestructura, su presidente, Juan Martín Caicedo Ferrer, sostiene que si bien es cierto que en el más reciente informe del Foro Económico Mundial, Colombia perdió cinco puestos en el escalafón general de competitividad, vale la pena detenerse en el indicador -del mismo documento- que hace referencia puntual a la calidad de las vías, en el cual el país mostró un significativo repunte de 10 casillas en relación al año pasado.

Se trata, sin duda, de un resultado alentador para el sector de la construcción que confirma el incremento que, año a año, ha habido en materia de inversión para el renglón de la infraestructura. Las cifras así lo demuestran: la inversión para el sector en 2014 era del 2% del PIB, mientras en lo corrido de este año ya alcanzó el 2,8%.

En relación a los kilómetros de dobles calzadas construidas a través de concesión, los resultados han mostrado, igualmente, una tendencia positiva. En 2014, se alcanzaron 1.796 km, en 2015 la cifra llegó a los 2.052 km, el año pasado alcanzó 2.293 km y en lo corrido de 2017, los kilómetros construidos ya bordean los 2.350. 

Lo anterior, se ve reflejado en el hecho de que en los últimos tres años, las carreteras del país hayan escalado 16 puestos en el ranquin del Foro Económico Mundial: en 2014 aparecían en el puesto 126, mientras en 2017 ascendieron al lugar 110.

Teniendo en cuenta todo ello, Juan Martín Caicedo Ferrer, presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, hizo un llamado de atención en el sentido de que el país no puede detener la buena marcha del sector y en especial a lo que hace relación al programa de cuarta generación de concesiones viales.

 

Retrasos

Según el análisis de Fedesarrollo, la principal característica del nuevo esquema de 4G es que el concesionario tiene que financiar la construcción de la obra, aportando su propio capital (aproximadamente 30%) y mediante deuda (el restante 70%).

En el momento en el cual la infraestructura esté disponible o se terminen las unidades funcionales establecidas, las retribuciones al privado se cubrirán con peajes y aportes del Estado (vigencias futuras), mayormente.

En la fase de pre-construcción, que corresponde al primer año a partir del cierre del contrato con la ANI, los concesionarios deben proceder con la adquisición de predios, obtención de licencias y adelantar las consultas con las comunidades.

Para no exponer su capital, los concesionarios buscan lograr el cierre financiero definitivo con los bancos locales o internacionales durante ese primer año, y arrancar la ejecución de las obras a partir del segundo. Para mayo de 2017, la situación de los 31 proyectos era la siguiente: 8 proyectos contaban con cierre financiero definitivo y las obras correspondientes estaban en ejecución, 14 proyectos contaban con acta de inicio con la ANI y avanzaban en la fase de preconstrucción, pero no habían logrado aún el cierre financiero definitivo y 9 proyectos no contaban aún con acta de inicio con la ANI.

Para el centro de estudios el retraso de las obras del programa 4G frente a lo inicialmente previsto tiene impactos económicos que resulta importante cuantificar.

Lo anterior sugiere que desde un punto de vista macroeconómico de corto plazo, a pesar del peso relativamente bajo del programa en la inversión total de obras civiles (25%), el impacto del retraso del Programa 4G es importante, resultado que es altamente relevante si se tiene en cuenta el proceso de desaceleración de la economía colombiana.

 

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