Proyecto retardado | El Nuevo Siglo
Miércoles, 18 de Octubre de 2017

El país está llamado a dar un giro en la esfera educativa, basado en calidad, desarrollo humano y  aporte tecnológico, para producir y formar sociedad, como impone el presente siglo.

Es principio difundido desde el 2000, cuando se  entendió que el mundo había girado de la órbita de la ciencia, a la investigación práctica, para encontrar mejor calidad de vida, sin adormecer los resultados.     

El Plan Decenal Educativo, “hacia calidad y equidad,” asoma cuando el Gobierno está de salida. Evaluarlo e implementarlo llevará, en el tradicional estilo colombiano, otro semestre o un año más.

El contenido debe ser conocido con tiempo, por educadores y estudiantes. Eso no se ha hecho.

Las prórrogas y dilataciones rondan distintos escenarios cuando se interrumpe la valoración que hacen expertos académicos, conocedores de la materia, porque aparecen oportunistas provenientes de negocios incrustados en la educación.

Mientras hay esfuerzos de instituciones en pro de calidad para educación en general, no faltan planteles privados, ajustados a  estandarización internacional, en enseñanza y capacitación,  que toman ese índice, como palanca para elevar costos.

Así la enseñanza en general, por arriba es para ricos y, por abajo para pobres. Se distancian más los estratos sociales.  

El Plan Decenal, anunciado por el Ministerio de Educación, estará expuesto  a forcejeo verbal, como la mayoría de proyectos en el país, sumidos en controversias saturadas de intereses grupales y comerciales.

A su vez se requiere afinar política laboral, bien definida en régimen salarial y pensional para los profesores, otro foco de debates interminables.

No puede olvidarse que planteles en ciudades intermedias y municipios de mediano crecimiento recurrirán al Plan, para seguir lo aplicado en ciudades grandes. Lamentable disculpa, si suben matriculas y pensiones.

¿Estará el Plan Decenal en municipios de los llanos orientales, Amazonas y Putumayo? Es pregunta de un millón de ilusiones.  

No sería despropósito abrir estrategias financieras para educación en municipios en crecimiento, a la par, con ubicados en zonas agrarias, carentes de recursos didácticos y económicos.

Un buen ejemplo en educación popular aporta el Servicio Nacional de Aprendizaje  Sena- convertido en universidad tecnológica, con plausibles resultados, en formación para creación de empleo.

Es sistema, que no va en contravía con educación profesional, difunde conocimientos básicos en distintas áreas y, estimula creatividad para desempeño técnico y de oficios calificados e indispensables para el vivir ciudadano.

Vale más preparación y servicio a la sociedad con calidad humana, que títulos para la pared.

El país está retardado para ubicar la educación en puesto preferencial, junto a desarrollo productivo.