Por Avianca y Colombia | El Nuevo Siglo
Miércoles, 18 de Octubre de 2017

Después de un mes de iniciada la  huelga, así tengan razón los pilotos  en algunas de sus peticiones, debe levantarse. Declarada ilegal por el Tribunal Superior de Bogotá porque se trata de la prestación de un servicio público, decisión apelada por la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles (ACDAC), de la cual conocerá la sala laboral de la Corte Suprema de Justicia,  con decisión previsiblemente ratificatoria de  la providencia impugnada, es oportuno anotar que de resultar favorable a los trabajadores no incluirá ningún pronunciamiento sobre reclamos y, en cambio, si se sostiene, implicará restricciones legales del derecho a la protesta.     

La empresa continúa con disminución de itinerarios y vuelos,  las pérdidas crecen,  los usuarios se afectan, el turismo y las agencias de viajes sienten el impacto, la economía nacional lo recibe. Cuando la huelga se declaró existía la presunción de los miembros de la Asociación de que era legal. Si los aviadores manifiestan su disposición al diálogo directo o acatan las determinaciones del Tribunal de Arbitramento para  solucionar el  conflicto y se reintegran a sus puestos, tiene lógica que Avianca suscriba el acta compromisoria de no tomar represalias.

Se ha respetado  la seguridad aérea, las posiciones extremas son perjudiciales, el apoyo de los sindicatos, las manifestaciones y arengas exacerban los ánimos, producen distanciamiento, tampoco contribuyen al acuerdo. Los ciudadanos simpatizamos con las tripulaciones y la compañía, reconocemos los esfuerzos por la modernización de equipos, el cumplimiento de horarios, el interés de sacar adelante a una organización adquirida cuando sus condiciones no eran las mejores,  seguimos pendientes del éxito de sus labores.

Conviene el análisis riguroso de los estados financieros, la comparación  de regímenes salariales y prestacionales,  los aviadores tienen que precisar la disminución de aspiraciones racionalmente. Con una pérdida por el paro que se acerca a los US$ 40.000.000 a la fecha, la estabilidad de Avianca se afecta y, sin duda, si la cifra aumenta  impensable aceptar las peticiones formuladas, complejo cumplir compromisos cuando no haya utilidades. Celebraremos  el fin de una pugna  que carece de sindéresis prolongar.

La normalización del transporte aéreo se relaciona con la vida misma de la Nación, el desarrollo de actividades educativas, turísticas, comerciales, agrarias, deportivas, inclusive sindicales. Por la configuración geográfica de Colombia la movilización se relaciona estrechamente con los aviones,  despegues y aterrizajes en cercanos y lejanos aeropuertos. Los huelguistas se encuentran en tierra y también lo están  quienes necesitan viajar. Se halla en vilo la temporada  vacacional y la contratación de personal que requiere. Ojalá sirvan las anteriores consideraciones respetuosas basadas en algo de experiencia en el tratamiento de problemas laborales. Anhelamos que  prive el interés comunitario.