Noticias disfrazadas | El Nuevo Siglo
Martes, 31 de Octubre de 2017

Uno de los mayores problemas que enfrentan los jueces de la especialidad penal en cualquier lugar del mundo es la existencia de los llamados juicios paralelos. Se entiende por ellos, los que se adelantan en los medios de comunicación al ritmo de la exposición de las pruebas que van practicándose en las audiencias públicas.

Existen muchas fórmulas legales para enfrentar el tema y dependen de cada país en particular. Van desde la prohibición del ingreso de equipos de grabación audiovisual a las salas de audiencia, como pasa en algunos Estados de los Estados Unidos de América, hasta la prohibición expresa que puede imponer el Juez de cubrir algunos juicios como ocurre en Inglaterra, o a la severidad de penalizarlo como en Austria, donde existe el delito de “influencia abusiva sobre un procedimiento penal”. En Colombia, el Código Procesal contempla varias medidas de restricción a la publicidad de las audiencias, pero deja siempre en manos del Juez la decisión de qué medida tomar.

Sin embargo hay situaciones que van más allá de los juicios paralelos y que son prácticamente incontrolables por los Jueces. En un país tan polarizado como Colombia, donde se puede hacer un paneo de los medios de comunicación para concluir de qué lado está cada uno o, por lo menos, en qué orilla milita cada periodista o director de cada espacio, no es que se hagan juicios paralelos, sino que se dictan sentencias inapelables por parte de algunos medios.

El juicio que actualmente se adelanta contra el ganadero Santiago Uribe por su presunto comprometimiento en gravísimas conductas penales ha evidenciado, por ejemplo, el alineamiento incondicional del canal RCN con la casa Uribe. Todo un informe especial para tomar partido a favor de la inocencia del acusado. Parecía un alegato preparado por la defensa. Destacaron las aparentes contradicciones de un testigo, la supuesta locura de otro y literalmente el peso del restante, justo aquel al que llaman “Gordo”.

Eso debe ser lo que denominan una estrategia de medios. Y por eso debe ser que hay oficinas de abogados que no solo ofrecen servicios jurídicos, sino también periodísticos. Y así funcionan muchos periodistas y muchos medios, pero nunca se sabe cómo es que escalan esos casos hasta los medios y porque siempre se presenta la versión de una sola de las partes. Conforme al principio de la buena fe, debe suponerse que no hay sino un puro interés periodístico. La “payola” y el “sobre” son mitos que se han hecho famosos en el mundo de la música o en el de los toros, respectivamente, pero sería increíble que semejantes costumbres hayan llegado al respetable mundo de las noticias políticas y judiciales.

Es extraño ver disfrazado de noticia algo que no cumple el requisito de novedad, atipicidad o rareza. Pero es más extraño ver como de un hecho que involucra varias partes y varios relatos solo se presenta uno, precisamente el que favorece al soterrado o declarado interés del medio o del periodista.

No sería más ético que como en las elecciones, pongan un pequeño aviso que diga: ¿“publicidad judicial pagada”?

@Quinternatte