¿Nadando en el río Bogotá? | El Nuevo Siglo
Foto archivo
Sábado, 14 de Octubre de 2017
Alvaro Sánchez

Hace ya bastante tiempo que se viene oyendo hablar de la descontaminación del río Bogotá, desde mi infancia este fue un tema recurrente en las conversaciones familiares y entre los amigos de mis padres; se habló de franceses, de japoneses, de norteamericanos y de alemanes. Hasta la fecha el problema se sigue agravando y ahora oímos nuevos proyectos de descontaminación presentados por el señor alcalde mayor de Bogotá.

La pregunta que surge entonces es, ¿En esta ocasión tiene posibilidades reales la propuesta del alcalde Peñalosa? Y existen dos respuestas, la del corazón y la de la razón. El corazón quiere y siente que es quizá la última oportunidad histórica que se tiene de recuperar esta importante arteria fluvial de la sabana, pero la razón se resiste a creer que pueda ser cierto que en seis años se va a lograr lo que no se pudo lograr en los pasados cincuenta o sesenta años.

Si pudiéramos mirar en retrospectiva los errores cometidos en los intentos anteriores podríamos tener una mejor perspectiva de las posibilidades del intento actual, tratemos de hacer un recuento sobre el tema y así podremos calcular algunas de las posibilidades del éxito del actual programa.

1. Aspectos técnicos: en realidad este tema está dominado y tal vez mucho más actualizado que en los intentos anteriores. En el planeta se han llevado a cabo descontaminaciones de grandes ríos, con problemas similares o mayores que los de nuestro rio, esto hace que se pueda tener confianza en que la tecnología ha avanzado lo suficiente para hacer posible la labor que hoy se propone y permite mirar con optimismo el proyecto.

2. Educación: Si se analiza con cuidado se llegará a la conclusión de que el problema del rio tiene mucho que ver con la falta de educación de la ciudadanía capitalina, las cifras extraídas de diferentes campañas de limpieza así lo demuestran; puedo recordar de momento los 74metros cúbicos de colillas de cigarrillo extraídos en una campaña a la altura de Fontibón. Mientras nuestra población siga viendo el tema ambiental como un problema retórico la probabilidad de que se logre controlar la contaminación es escasa y no se trata solo de eliminar la condición actual sino de control que no se produzca una nueva contaminación.

3. Regulación y control: Las autoridades suelen decir que ”hay una regulación estricta para las empresas y para los ciudadanos” pero en realidad no existe suficiente control  que permita garantizar que las dichas regulaciones se cumplan a cabalidad; la realidad es que las autoridades ambientales en general no tienen los elementos suficientes que permitan un control riguroso de la normatividad vigente.

4. Apropiación; Contrario a lo que ocurre en grandes capitales como; Paris, Moscú, Nueva York, por nombrar algunas, para el común de los Bogotanos el rio no es un patrimonio sino más bien un problema, nuestra mente está diseñada para evitar el rio por ser peligroso y degradado no para amar el rio y sentirlo parte de nuestro patrimonio; mientras esto siga siendo así no se puede augurar ningún resultado positivo.

Para resumir debo decir que si yo fuera un directivo de la EPS o del sistema de salud que cubre al Dr. Peñalosa estaría seriamente preocupado por los costos que me pueden llegar a ocasionar su promesa de nadar en el rio Bogotá en seis años, alguien debería informarle que algunos de los contaminantes que hoy tiene el rio podría demorar décadas en desaparecer y podrían ser fuente de enfermedades intratables. Quiera Dios que funcione el proyecto a pesar de todo lo que se puede exponer en contra.

alsanchez2006  yahoo.es

alvaro080255

 

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