¨Cézzane y Zola”: amistad de contrastes o una obra incompleta | El Nuevo Siglo
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Sábado, 21 de Octubre de 2017
Andrés Rivera
La película de Daniéle Thompson sobre la amistad entre estos dos genios narra la tensión que generan los contrastes, que, en algunos momentos, sirven para la creación artística, en otros no

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EN EL cine desde hace tiempo es conocido y recurrente el interés por el sufrimiento y la frustración dentro de los escenarios de la creación artística, pero en la película ¨Cézzane y yo¨, dirigida por  Daniéle Thompson, el desarrollo de los matices que se generan a partir de los conflictos relacionados con dicha realidad adquieren nuevas dimensiones, ya que se develan y nutren dentro de un marco muy particular. Es a través de la amistad entre dos de los espíritus creativos más relevantes e influyentes del Siglo XIX, que entramos en el mundo cultural y social francés, lleno de ambición, de contrastes, envidias, rivalidades, egos y frustraciones.

 

Gracias al prisma de la compleja y variable relación de amistad entre el escritor naturalista Èmile Zola y el pintor post impresionista, Paul Cèzzane, se observan pinceladas  del ambiente artístico y social de Francia y, al mismo tiempo, se abre la posibilidad de tener una inmersión lo suficientemente cercana para leer algunas líneas que revelan detalles la intensidad del mundo íntimo y emocional de estos grandes artistas.

 

A través de la película, se resalta una característica que se complementa y complejiza desde diferentes aspectos: la tensión que generan los contrastes. Desde las primeras escenas se empieza a plasmar en primer plano el conflicto permanente entre el deseo interno y la expresión externa. La imposibilidad de que estos elementos logren alinearse para resolverse lleva a los personajes durante distintos momentos de la historia a traicionarse a sí mismos para satisfacer sus propias necesidades o deseos.

 

Esta traición los lleva a oponerse, no sólo a sus posturas ideológicas frente a la crítica, sino también al mercado de la cultura o a las clases sociales,  alimentando ese dolor de la frustración; que al mismo tiempo que duele y tortura, les permite crear en ocasiones, aunque en otras los bloquea haciendo que ese suplicio, que no lograrán quitarse, incremente al darse cuenta de que el alto precio de esas traiciones y el utilitarismo que va de la mano no condujo a donde se esperaba.

 

La intensidad y lo marcado de los contrastes dentro de la película varían desde la interpretación del carácter los personajes principales.  Cèzzane, más explosivo y dramático, mientras que Zola sobrevive a una interioridad ahogada e impotente bajo un aspecto externo seco y mesurado. La tensión de los contrastes pasa también a través de la diferencia de clases y recursos económicos de estos amigos, al igual que sus posibilidades y medios de expresión y bloqueos dentro de los procesos creativos. Zola, por un lado, se rinde ante un contexto que desprecia en función de una profundo deseo de reconocimiento que le genera prestigio, respeto y éxito, esto a expensas de traicionar una parte de sí mismo por tanto tiempo que termina, alimentando una culpa que termina secándolo por dentro, y lo más hiriente, es una culpa que se muestra que sus intento de negarse o afirmarse por medio de su escritura nunca se lograron, así que no le queda más que soportar el peso de una obra que nunca pudo llegar a ser.

 

Cézzane, por otro lado, al venir de una familia acomodada económicamente, se enfrenta a la presión de su medio por acomodarse a los roles que supuestamente le correspondían siguiendo los pasos a su padre. De igual manera, su postura radical y violenta frente a la crítica y recepción de su obra, unido a su deseo por alejarse de las tendencias del impresionismo para encontrar su propio camino expresivo, lo lleva a vivir el malestar que nace del deseo profundo de pertenecer y ser reconocido, pero fracasar al intentarlo. Al encontrarse en dicha tensión, Cèzzane está enfrentado también a la envidia que siente frente a sus contemporáneos, al rencor de no ser apoyado por Zola que ya tenía algún reconocimiento, y sobre todo, a esta incapacidad de lograr por medio de su arte esta reconciliación fugitiva entre lo que se percibe, lo que se siente y lo que se logre comunicar de ello a través de óleos y lienzos. Una de las frases que ejemplifica  la complejidad de lo experimentado con Cézzane durante la película es una escena cerca al final en donde derrotado aunque aún con voluntad le dice a Zola ¨Me gustaría pintar como escribes¨. 

 

Las dimensiones del tiempo y el espacio también se utilizan como herramientas para contribuir a la construcción de los distintos efectos y posibilidades que trae esta herramienta estética y narrativa de la tensión entre contrastes. Como estructura narrativa la película utiliza el tiempo presente continuo para contar el último encuentro entre estos dos artistas. Son escenas cargadas de remordimientos, reclamos, resentimientos, confesiones a media voz y rabias. De manera transversal se mantiene la amistad que ha pasado por muchas pruebas y dificultades, y que se mantiene gracias a la paciencia, al arte y sobre todo a la unión fraternal caracterizada por el hecho de acompañarse en sus luchas internas y externas desde la niñez. Con el uso de analepsis temporales la narración se transporta a diferentes momentos del pasado para evidenciar los elementos  y hechos que cargan este presente continuo de toda su potencia dramática y emocional debido a vaivenes que han hecho de esta amistad un océano con un fondo oscuro y una superficie atestada de tormentas y silencio de náufragos.

 

La banda sonora, por último,  no solo está muy bien compuesta para acompañar el tono de las diferentes escenas de la película, sino que también el trabajo de producción y dirección de arte y fotografía lograron también aportar a las tensiones mencionadas anteriormente. Los escenarios naturales de expansión, fluidez y calma contrastan con los interiores de carencias, estrechez o un orden casi asfixiante en el estudio de Zola. El fracaso es también una constante y que los caminos elegidos por estos dos amigos los llevan a experimentar una sensación casi omnipresente de fracaso  que irá tomando diferentes rostros tanto en los lienzos de Cézzane como en las páginas de Zola.  Al final no se sabe a ciencia cierta si fue el arte les dio la vida o fue el arte quien no los dejó vivir.

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(*)@AndresRivera89 / Instagram: af.rivera233

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