R. tributaria afectará inflación y crecimiento | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Domingo, 30 de Octubre de 2016

Expertos consideran que sin embargo sería mejor que el Congreso apruebe la iniciativa, ya que los riesgos de no avanzar, serían altos, sobre todo para un encarecimiento de la deuda. Vistazo EL NUEVO SIGLO

 

De ser aprobado el proyecto de reforma tributaría como lo presentó el Gobierno, tendría repercusiones sobre el crecimiento y la inflación en el corto plazo.

Así lo señalan los investigadores del Bancolombia, quienes explican que “en materia de precios, calculamos que los ajustes en las tarifas del IVA producirían una aceleración de 0,93% anual en la inflación”.

Señalan los expertos que el rumbo de la economía colombiana en 2017 y los años siguientes estará altamente condicionado por la dirección de las finanzas públicas.

 Entre los temas fiscales se destaca el proyecto de reforma tributaria que actualmente se discute en el Congreso. Teniendo en cuenta la extensión y el amplio alcance de esta propuesta, su aprobación -la cual asumimos que ocurrirá antes de que finalice el año- tendrá múltiples repercusiones tanto a nivel macro como micro.

En el ámbito macro, creemos que las modificaciones al IVA y al impuesto de renta serán las más relevantes. 

Los ajustes impositivos tendrán implicaciones tanto en el corto como en el mediano plazo. “En el primer frente, nuestros pronósticos de las principales variables macro para 2017 en el escenario base incorporan dichas modificaciones. En un horizonte de 5 años las principales implicaciones están en la brecha entre el déficit efectivo del GNC y el déficit estructural previsto en la regla fiscal, así como en el crecimiento potencial de la economía”, sostienen.

Efectos de corto plazo

La reforma incidirá sobre los principales componentes de la demanda interna. Las modificaciones del IVA y el impuesto de renta contemplados en el proyecto de reforma podrían tener las siguientes repercusiones: Un impacto negativo en el consumo privado. Esto, debido al incremento del IVA y al aumento  en el impuesto a la renta para las personas naturales. Además del incremento en los precios de los bienes finales, en el corto plazo los hogares reducirían su ritmo de compras y aumentarían su nivel de ahorro con el fin de anticipar el mayor pago futuro de impuestos.

Pero además, habría un impacto positivo en la inversión privada. Este efecto se produciría por cuenta de la reducción en la tasa efectiva de tributación que resultaría del ajuste en el impuesto a la renta para las personas jurídicas.

Adicional a ello se presentaría un impacto neto positivo y leve sobre el gasto público. Lo anterior, debido a que el Gobierno contará con recursos adicionales (especialmente los resultantes del aumento del IVA) para financiar dicho gasto, los cuales compensarán lo que dejará de recaudar por renta empresarial.

Para ilustrar sobre el orden de magnitud de estos efectos, la gráfica 1 resume los resultados de un análisis de impulso-respuesta en el que medimos el impacto de modificaciones en el IVA y el impuesto de renta con base en la historia de las reformas aprobadas en el país. El modelo confirma los efectos que describimos arriba. 

Sostienen los expertos que si solo se tuvieran en cuenta estos efectos directos, la reforma tributaria conduciría a una desaceleración en el crecimiento en 2017. Dado que el consumo privado tiene la participación mayoritaria en la demanda interna (58% frente a 27% de la formación bruta de capital y 15% del gasto del Gobierno) y que este rubro sería el que tendría una afectación neta negativa por la reforma, el crecimiento del PIB que estimamos para 2017 incorporando el efecto de la reforma tributaria es de 2,6%.

Sin embargo, la evaluación del impacto de la reforma en el corto plazo también debe incorporar el costo económico que tendría una eventual no aprobación del proyecto. Tal posibilidad generaría una serie de reacciones negativas que desembocarían en un entorno económico desfavorable en 2017.

El escenario

Señalan los investigadores que si la reforma es aprobada, “se materializaría nuestro escenario base para 2017. En este escenario la calificación de riesgo de la República se mantendría en su nivel actual (BBB), con lo que las principales variables financieras tendrían una tendencia de leves correcciones. En tales condiciones, la inflación seguiría ajustándose a la baja y cerraría el año próximo por debajo del techo del rango meta; a su vez, esto permitiría que el ciclo de recortes de la tasa repo llegase a un nivel terminal de 5,5%”. Lo anterior, sumado a los nuevos recursos que recibiría el Gobierno nacional, permitiría que se cumpliese su meta de déficit de 3,3% del PIB. En términos de crecimiento, la demanda interna se aceleraría desde 1,4% hasta 3%, con lo que el PIB total se expandiría 2,6%.

Sin embargo, la no aprobación de la reforma llevaría a un escenario económico negativo en 2017. Si la reforma tributaria no se materializa, la República sufriría en principio una baja de un peldaño en su calificación crediticia, lo que estresaría las principales variables financieras: la tasa de cambio retomaría una tendencia de debilitamiento, la prima de riesgo del país aumentaría 60 pbs en promedio y las rentabilidades de los TES de mayor duración se ampliarían. Estos impactos en el canal financiero afectarían la inflación (por una reactivación en la transmisión de la depreciación a los precios de los bienes transables), la cual se mantendría por encima del rango meta.

Por lo tanto, el Banco de la República tendría menor espacio para recortar la tasa repo. Por su parte, la combinación de choques negativos sobre las finanzas públicas impulsaría el déficit del GNC a 4,1% del PIB. Todo esto conduciría a que la demanda interna se desacelerara hasta 0,7%, y que el crecimiento del PIB llegase a 1,8%, que sería la tasa más baja desde 2009.

En suma, en términos de crecimiento el costo de no aprobar la reforma supera con creces sus efectos colaterales sobre la demanda interna.