La declaración de un “cese bilateral y definitivo de desconfianzas” le propusieron este fin de semana al presidente Juan Manuel Santos el exmandatario Andrés Pastrana, la exministra Marta Lucía Ramírez y el exprocurador Alejandro Ordóñez.

Tras señalar que la confianza para cristalizar en un acuerdo las propuestas de quienes votaron ‘no’ en el plebiscito se ha visto minada por “versiones de lado y lado sobre las intenciones de cada cual e interpretaciones sobre la sinceridad de cada uno”, incluso por supuestas intenciones “de desconocer la voluntad popular expresada en las urnas”, Pastrana, Ramírez y Ordóñez se declararon sorprendidos por “sus recientes intervenciones en televisión, pues impone plazos y condiciones o define como cerrada una etapa que jamás comenzó. No creemos que ese sea el camino a un Acuerdo Nacional, pero sí un salto a profundizar la polarización”. 

El siguiente es el texto de la carta:

Señor  Presidente:

Hay que desbloquear la paz. ¡Declaremos un cese bilateral y definitivo de desconfianzas!

Desde el momento en que los resultados del plebiscito del 2 de octubre fueron conocidos, hemos insistido en que ésta es la mayor oportunidad de congregar al país en torno a un “Nuevo y Óptimo Acuerdo” con las Farc, que nos una a todos.

Desde entonces hemos sostenido conversaciones con sus voceros y aportado documentos con propuestas constructivas que solo tienen por objeto acatar la voluntad popular y alcanzar un consenso nacional entorno a lo que unidos como sociedad se debe presentar en La Habana a las Farc.

Sin embargo, este proceso no ha sido fácil. Versiones de lado y lado sobre las intenciones de cada cual e interpretaciones sobre la sinceridad de cada uno, llegan a cuestionar la verdadera intención de paz que sin duda todos tenemos. Cientos de versiones sobre supuestas formas de desconocer la voluntad popular expresada en las urnas, están minando el camino hacia la paz que merece Colombia y generado un “mar de desconfianzas”.

Sr. Presidente, tenemos claro que la contraparte en la búsqueda de un “Nuevo y Óptimo Acuerdo” no son los millones de colombianos que votaron SI o votaron NO: son las Farc. 

Hoy vemos marchas y movilizaciones sociales en donde participan colombianos que votaron de ambas formas. Los colombianos participan en discusiones en donde los del SI y los del NO debaten civilizadamente la forma de encontrar un Nuevo Acuerdo que termine la violencia y nos permita avanzar en la democracia. El país reclama respuestas inmediatas sobre la base de respetar y acatar la voluntad popular con transparencia.

Nos sorprendieron sus recientes intervenciones en televisión, pues impone plazos y condiciones o define como cerrada una etapa que jamás comenzó. No creemos que ese sea el camino a un Acuerdo Nacional, pero sí un salto a profundizar la polarización. 

El papel del Gobierno no puede ser el de simple mensajero de ideas de un sector de la sociedad ante las Farc, tampoco pretendemos reemplazarlo en su función negociadora. La nación clama un consenso sobre el “Nuevo  Optimo Acuerdo” con ese grupo. 

Sin embargo eso no es posible si el Gobierno le da la espalda a los millones de colombianos que votaron No y a aquellos que no respaldaron con su voto el Acuerdo rechazado el 2 de octubre. 

Hace más de 12 días los diferentes sectores del NO entregamos a sus funcionarios nuestras propuestas para el nuevo acuerdo y algunos propusimos una metodología de trabajo para construir juntos una hoja de ruta que el Gobierno jamás aceptó. 

¡No desperdiciemos esta oportunidad! ¡Construyamos la verdadera unión nacional! 

Nada justificaría ante la historia que con maniobras el Gobierno imponga un Acuerdo negado por el pueblo en las urnas, desconociendo la voluntad de los sectores del No de lograr el consenso necesario para una paz estable y duradera. 

Sentémonos con rapidez y sin descanso, sesionemos ininterrumpidamente hasta lograr este consenso en el menor tiempo posible, poniendo la paz por encima de cualquier otro interés. 

¡Nosotros estamos dispuestos!

Una vez el Gobierno y unidos los diferentes sectores del NO alcancemos un documento conjunto, éste deberá socializarse con los partidos, movimientos sociales, sectores económicos, pueblos étnicos y sociedad civil, para contar, ahora sí, con el respaldo de todos los colombianos al proceso de paz con las Farc. 

Ese apoyo mayoritario es la condición para garantizar su legitimidad y por ende su continuidad y la seguridad jurídica buscada.

Somos conscientes que la negociación debe ser conducida y realizada por el ejecutivo. La dirección de la misma le corresponde al Presidente de Colombia. Pero para mantener la confianza, respetuosamente le sugerimos crear un mecanismo que sin interferir en las negociaciones pueda servir de acompañamiento y consulta a los negociadores del gobierno y garantía a la sociedad. Adicionalmente podría existir también un testigo en la mesa de negociación. La transparencia es fundamental para superar la desconfianza. 
Somos conscientes que tenemos una contraparte a la que no se pretende imponer un acuerdo sino persuadir  que un “nuevo y óptimo Acuerdo” respaldado por los colombianos, SI es posible y tendrá como resultado un gana-gana indiscutible para todos los Colombianos.

Sr Presidente: como jefe de Estado dejamos en sus manos la mayor posibilidad que ha existido en Colombia de llegar a un Gran Consenso por la Paz. ¡Esta oportunidad no se puede perder! Aún estamos a tiempo de convertir esta absurda división que sufre Colombia en la unidad que se necesita para una paz estable y duradera.

¡Nosotros estamos listos!

Cordialmente

Andrés Pastrana
Marta Lucía Ramírez
Alejandro Ordóñez