En una década Bogotá volverá a cifras de desigualdad que había en marzo | El Nuevo Siglo
El director del Centro de Desarrollo Sostenible de la Universidad de los Andes, Felipe Castro
Centro de ODS de la Universidad de los Andes
Sábado, 3 de Octubre de 2020
Redacción Bogotá

El director del Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Universidad de los Andes, Felipe Castro, le explicó a EL NUEVO SIGLO por qué el objetivo de desarrollo sostenible (ODS) que más se vio afectado con la llegada del covid-19 al país, fue el de la reducción de las desigualdades.

De hecho, de acuerdo con el director, las brechas de desigualdad se abrieron mucho más y podría necesitarse por lo menos de una década para volver a cerrar los niveles de desigualdad que teníamos en Colombia antes del covid-19.

EL NUEVO SIGLO: Antes de comenzar la pandemia, ¿cuál era el avance que tenían los Objetivos de Desarrollo Sostenible a nivel nacional?

FELIPE CASTRO: Antes de que existiera el covid-19, Colombia iba avanzando a un ritmo relativamente bueno en términos del cumplimiento de los ODS. Nosotros en el Centro sacamos un ranking para medir el avance de los países y Colombia se ubicó en el puesto 9 entre 24 países latinoamericanos y el puntaje que tenía en el índice era de 64,8, es decir que pasaba raspando si asumimos que el objetivo es llegar al 100.

Lo característico de Colombia y que también se ve en Bogotá es que, primero hay una diferencia muy grande entre unos objetivos que van muy bien y otros que van muy mal. No son avances muy homogéneos. Te pongo un ejemplo: íbamos muy mal en el objetivo 10 que es sobre desigualdad, en seguridad ciudadana, corrupción, transparencia y protección a la libertad de prensa, que es el objetivo 16, y en el ODS 9 relacionado con ciencia, tecnología e innovación.

Pero íbamos muy bien en el objetivo de acción climática, puesto que Colombia es un país que, en términos de emisiones de gases de efecto invernadero por habitante, tiene niveles bajos o medios; y también, íbamos bien en acceso a servicios públicos, especialmente en agua y saneamiento básico, que es el objetivo 6. Esa es la foto de Colombia.

Bogotá

ENS: ¿Bogotá cómo estaba en sus metas?

FC: En el caso de Bogotá hay una particularidad y es que nosotros no tenemos un informe, como el que se hizo para Colombia, que nos permita rankear a la capital con otras ciudades y otros países, meta por meta. Pero si uno ve más o menos los indicadores del informe de Bogotá cómo vamos, que es lo que más se acerca a una radiografía completa de cómo avanza en los ODS,  uno ve 3 grupos dispares.

En términos económicos íbamos muy bien. Bogotá jalona el crecimiento económico de Colombia y estábamos por encima del promedio nacional, con un crecimiento del 3,6%.

Lo mismo nos pasaba en términos de empleo en donde los indicadores eran mejores que los nacionales. Teníamos una taza de ocupación del 61% y la informalidad era relativamente más baja que en el resto del país.

Antes de la pandemia, Bogotá no seguía bajando la pobreza porque ya estaba en unos niveles muy bajos (la pobreza extrema estaba en el 2,5% y la pobreza monetaria estaba en el 12,4%), y el reto era desestancar esa disminución porque se había estancado. Ahora, este año, la pobreza multidimensional sí había mostrado un aumento sustancial, pasando del 4,1% al 7,1%, algo que en términos porcentuales es muy alto, y al parecer eso se debió al acceso a salud y al fenómeno migratorio venezolano. Pero en pobreza íbamos más o menos bien.

ENS: Esas eran las radiografías precovid-19. ¿Cómo están hoy Colombia y Bogotá en el cumplimiento de los ODS?

FC: El efecto de la pandemia apenas lo estamos comenzando a asimilar, pero si algo nos mostró el covid-19 con toda claridad fueron los efectos de la desigualdad. Buena parte de los empleos que se destruyeron se concentraron en la población informal, en las mujeres y en los jóvenes. Eso lo que hizo fue ampliar esa brecha y lo difícil de esto es que, las personas que mejor están se recuperarán más rápido, pero las brechas no se están cerrando. El gran problema que trajo el covid-19 fue ese: amplió la desigualdad y las personas más vulnerables que estaban más atrás tendrán una recuperación mucho más lenta.

Es incierto saber cómo terminaremos este año. Creería que la pobreza extrema no aumentará mucho más aunque la pobreza sí va aumentar.

Pero hacia delante sí va a representar un retroceso y especialmente, en aquellos indicadores que veníamos bien. Los efectos serán grandes. Es lo que se puede leer a corto plazo. Hay otros que nos demoraremos más en medir, pero que ya tenemos claro que implicarán unos retrocesos en materia de desarrollo grandísimos como la educación.

La educación

ENS: ¿Por qué la educación?

FC: La educación es un tema crítico. En términos prácticos, los niños de los colegios públicos en Bogotá van a perder un año completo de escolaridad, y perder un año de escolaridad en una etapa de desarrollo como la primera infancia o la primaria, es algo que sencillamente no se recupera. Los niños tienen una ventana en su desarrollo, que es en donde se pueden potenciar todas sus capacidades y desarrollo cognitivo, y ese periodo de tiempo se perdió. Esa brecha en Colombia y en Bogotá se va a ampliar muchísimo, con impactos a largo plazo en materia de desarrollo que sin duda serán sustanciales.

Y eso sin contemplar los temas nutricionales y de crecimiento. El colegio es el lugar seguro en donde muchos niños pueden comer bien, aprender y estar alejados incluso, de temas de violencia intrafamiliar. Esa es una gran tragedia que no hemos dimensionado pero que en los próximos años va a ser muy evidente y que profundizará la desigualdad.

ENS: ¿Hay alguna forma de saber en cuánto tiempo podrían los ODS volver al ritmo en el que estaban antes de la llegada del covid-19?

FC: A ver, la llegada del Covid-19 fue un choque que varios analistas han dicho que tendrá una recuperación en “V”, que es básicamente una caída rápida y una subida rápida. Yo te diría que en los promedios sí es probable que la recuperación se dibuje así, pero cuando uno comienza a mirar las cifras desagregadas, yo te diría que la recuperación se va a parecer muchísimo más a una “K”.

¿Por qué? Porque habrá dos grupos de población, unos más resilentes que otros al choque. Los más resilentes se van a recuperar muy rápido, diría yo que en uno o dos años, pero los menos resilentes van a tener unos rezagos de muy largo plazo que difícilmente se van a recuperar. Por eso te digo que en términos de desarrollo, formación, educación y salud, esas brechas van a ser muy difíciles de cerrar y va a ampliarse la desigualdad. Te lo resumo de la siguiente manera: para volver a cerrar los niveles de desigualdad que teníamos en Colombia, perfectamente podríamos estar hablando de por lo menos una década. Esa brecha no se cierra fácil.  

Los  objetivos

ENS: A comienzos de este año el profesor Germán Andrade, también del Centro de investigación que usted dirige, nos dijo que alcanzar los objetivos en los diez años de plazo que quedan sería virtualmente imposible. ¿Qué posibilidades reales tienen Colombia y Bogotá de cumplir con los objetivos al 2030?

FC: Bogotá, Colombia e incluso la región, claramente no van a cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible a 2030. Nosotros en la medición que hicimos comparamos el avance de los países del 2015 al 2019, y si los países seguían a ese ritmo, se iban a tardar 50 años en lograr los ODS. Entonces, en prepandemia, los países se iban a demorar cinco veces más de lo pactado.

Sin lugar a dudas, el covid-19 va a retrasar aún más las metas, pero hay que tener en cuenta lo que te mencioné inicialmente: el progreso de los objetivos no es homogéneo y el covid-19 sí abrió la oportunidad para que algunos objetivos avanzaran más aceleradamente de lo que venían avanzando.

ENS: ¿Como cuáles?

FC: Por ejemplo, frente al ODS 11, alusivo a las ciudades sostenibles, tiene una oportunidad sin igual en la historia, para replantear por ejemplo la forma en la que funciona una ciudad tan grande y tan compleja como Bogotá.

El problema de la Capital es que las oportunidades de empleo y de educación están muy concentradas en el eje oriental de la ciudad, y las personas tienen que desplazarse grandes distancias para acceder a esas oportunidades. Y por eso es que la movilidad es tan compleja.

Si logramos sacar lecciones de esto y logramos ver que no tenemos que movernos todos los días para trabajar y una parte de la población puede teletrabajar, si logramos fortalecer la capacidad hospitalaria en diferentes zonas de la ciudad y no solo en este eje, y si podemos comenzar a impulsar la educación virtual en educación superior (todas cosas que ya comenzaron a andar), eso permitiría que una ciudad tan congestionada como esta pudiera funcionar de una manera mucho más eficiente.

Son pequeñas cosas, como la bicicleta y el disfrute de la estructura ecológica principal, pero este choque del covid-19 permitirá avanzar en este sentido más rápido. En conclusión: aceleró el desarrollo de algunos objetivos pero ralentizó el desarrollo de otros.

La salud

ENS: ¿Y el covid-19 no mejoró también el objetivo relacionado con salud y bienestar?

FC: Por un lado sí, pero por el otro no. El ODS 3, relativo a salud y bienestar, sin duda fue uno de los más impactados por el covid-19 pero no tanto por los fallecimientos por este virus sino por otras patologías asociadas. Así como los niños se alejaron de los colegios, los pacientes se alejaron de los hospitales, entonces se descuidaron los exámenes de rigor, los tratamientos, la salud mental, la vacunación, entre otros.

Pero a su vez, esto llevó a que se reforzara el sistema y la capacidad hospitalaria, que se le diera otro tratamiento a los médicos y que se comenzaran a invertir recursos que nunca antes se habían invertido a este objetivo.

Los ODS en el PDD  

ENS: El Plan Distrital de Desarrollo (PDD) de Claudia López, se hizo bajo el paraguas de los ODS, ¿en los tres años que quedan de Administración, realmente qué tanto podrían avanzar estos objetivos?

FC: Hay que resaltar que el concepto de un nuevo contrato ambiental, que implica un nuevo relacionamiento con el entorno natural en Bogotá, es algo que no se había visto antes y yo creo que a ese respecto sí se van a lograr cambios estructurales a los que, ojalá, las siguientes administraciones le den continuidad.

En esos objetivos relacionados con medio ambiente, yo sí soy muy optimista, creo que el covid-19, contrario al factor social, los va a acelerar, y creo que en ese aspecto Claudia López sí puede lograr unos cambios transformacionales importantes. Lo que está haciendo con Carolina Urrutia en la Secretaría de Medio Ambiente va muy en la línea, pero el problema es de tiempo.

Porque ahí está el tema de discusión de que los periodos de gobierno son muy cortos y por eso las grandes transformaciones de la ciudad solo se dan en la medida en la que haya una continuidad en políticas que trasciendan la figura del Alcalde.

ENS: Y las metas en las que no es tan optimista…

FC: En lo que no soy tan optimista es en ese contrato social que se ha planteado. Yo creo que el covid-19 lo rompió y nos mostró las heridas tan hondas que tenemos, los problemas que ha habido de disturbios y protestas, y el descontento social generalizado que viene de atrás.

Nos estamos rompiendo como sociedad poco a poco, y yo diría que el covid-19 le echó más sal a esa herida. Yo, personalmente, veo muy difícil que en estos tres años logremos subsanar eso. La Administración está haciendo todo un esfuerzo por contener el hambre y la pobreza, pero lo que te decía: las brechas de desigualdad se abrieron mucho más y difícilmente se van a lograr cerrar en los próximos tres años.