Bolivia: la polarización se toma las elecciones presidenciales | El Nuevo Siglo
Tribunal de La Paz dará a conocer un fallo que podría dejar al MAS en el margen de la contienda electoral.
ENS
Domingo, 4 de Octubre de 2020
Redacción internacional

Bolivia tiene previsto celebrar elecciones presidenciales en 15 días y, además del desafío que representa realizar la votación en medio de la pandemia, la organización electoral debe garantizar que los resultados sean completamente trasparentes.

La convicción de tener una elección justa y clara es la única forma de disipar las dudas que genera el recuerdo de los controvertidos comicios de 2019, que provocaron violentos disturbios y llevaron al expresidente Evo Morales a renunciar y huir del país tras las denuncias por fraude.

A pesar de que a fines de 2019, un acuerdo para realizar nuevas elecciones, con una autoridad electoral reformada, frenó los disturbios, aún sigue habiendo desconfianza entre los bandos y cualquier situación que genere suspicacias podría generar nuevos desmanes.

Así las cosas en esta elección, como en la anterior, el papel de los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) será fundamental, sobre todo si se considera que fueron ellos mismos quienes alertaron sobre las irregularidades en el pasado, por lo que se espera que en esta ocasión avalen los resultados y de esa manera contribuyan a superar la profunda polarización social y política para evitar nuevos episodios de violencia o una mayor inestabilidad.

El próximo 18 de octubre, un año después de las elecciones mencionadas, los bolivianos deben regresar a las urnas y decidir si quieren elegir a Luis Arce, candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) partido de Morales o decantarse por Carlos Mesa, exmandatario que representa la centroderecha.

Algo de historia

La debacle de 2019 y la amargura que rodeó el último periodo de los catorce años de Morales como presidente, obligan a la nueva autoridad electoral a trabajar arduamente para generar confianza y lograr de esa manera pasar la página que la enloda. Sin embargo, esta tarea no es fácil considerando que la polarización entre los partidarios de Morales y sus rivales es más profunda que nunca.

Los oponentes de Morales no le perdonan a los ‘masistas’ el espectáculo del año pasado, cuando el expresidente intentó amañar el resultado, con el fin de evitar una segunda vuelta en la que sin duda habría perdido. Los observadores internacionales denunciaron una evidente manipulación durante el recuento de votos.

Las elecciones de 2019 se vieron empañadas por sospechas de ilegalidad, incluso mucho antes de que se llevaran a cabo las votaciones. Como se recordará, el pueblo había rechazado en referéndum en 2016 una enmienda constitucional que le permitía al presidente un tercer mandato; sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE), dio luz verde a la candidatura de Morales en una controvertida decisión en la que afirmaba que los límites de mandato violaban los derechos políticos del presidente.

El fallo destruyó la confianza de muchos bolivianos en la independencia del Tribunal y la situación se agravó durante el recuento de los resultados de la elección del 20 de octubre.

Ese día y justo antes de las 8 de la noche, poco después del cierre de los colegios electorales, el TSE anunció cifras preliminares con el 84% de los votos contados. Dicho avance mostraba que Morales superaba a Mesa por un 7,9%.

Según la ley electoral boliviana, para que un candidato sea declarado vencedor en la primera vuelta debe tener una ventaja de al menos 10%.

En ese momento del conteo y la transmisión de resultados preliminares se detuvo sin una razón clara. El apagón duró casi un día entero, lo que provocó protestas aisladas de opositores de Morales que sospechaban que algo no andaba bien.

En la noche del 21 de octubre, las autoridades electorales anunciaron que, con el 95% de los votos escrutados, Morales tenía un margen de 10,1% sobre su rival más próximo.

Las declaraciones de los observadores internacionales contribuyeron a aumentar la sensación de que se encontraban frente a un fraude. La OEA declaró en su momento que se ha presentado “un inexplicable cambio de tendencia que modifica drásticamente el destino de las elecciones y genera una pérdida de confianza en el proceso electoral”.

Decenas de miles de personas se tomaron las calles, la oposición no reconoció los resultados y finalmente el presidente Morales se vio obligado a renunciar y salir del país primero para México y después, Argentina, donde aún permanece.

Elecciones 2020

La elección de este mes también ha estado llena de controversias.

Como se recordará el TSE tumbó la candidatura de Morales como aspirante al Senado por el MAS por no residir en el país al momento de su inscripción.

Posteriormente, tras conocerse la noticia de que Morales quería volver al país para apoyar a Arce la presidenta interina, Jeanine Áñez, afirmó que su predecesor “únicamente” debería volver al país "para responder ante la Justicia “por las dos denuncias por estupro que pesan en su contra.

Asimismo, esta semana, la justicia admitió un recurso que busca anular la candidatura MAS por la difusión de una encuesta fuera del periodo establecido por el calendario electoral para hacerlo. El pasado mes de julio, el candidato Arce, dio algunos datos sobre una supuesta "encuesta interna", según la cual él ganaría en primera vuelta al tener 18 puntos de ventaja sobre Mesa.

El resultado de esta acción se conocerá mañana y un eventual fallo favorable a los demandantes dejaría al MAS al margen de la contienda electoral.

Por otra parte, la mandataria interina anunció el mes pasado que abandonaba la contienda por la presidencia para impedir la victoria de Arce.

Añez explicó que tomó esa decisión "ante el riesgo de que se divida el voto democrático entre varios candidatos y que a consecuencia de esa división el MAS acabe ganando la elección".

Sin embargo, hay quienes creen que el 12% de intención de voto en las encuestas, producido presumiblemente por las críticas que ha recibido su administración por la gestión que ha desarrollado frente a la crisis sanitaria generada por el coronavirus ha sido una “piedra en el zapato” que la llevó a tomar esa decisión.

Cabe anotar que ese porcentaje aún no se ha visto reflejado en el aumento de ningún otro candidato y ella pidió un tiempo para anunciar a qué candidato apoya.

Después de varios aplazamientos a causa de las restricciones adoptadas por la pandemia del covid-19 y que generaron gran descontento popular y bloqueos en carreteras lo que agravó la crisis sanitaria, los comicios que estaban primero previstos para el 3 de mayo y luego para el 6 de septiembre, se realizará en dos semanas y todo haría pensar que no habrá un ganador y será necesario recurrir a una segunda vuelta.

Según la última encuesta sobre el escenario electoral en Bolivia, Luis Arce, pese a una caída de casi 10 puntos en el último mes, encabeza las preferencias con un 30,6% de intención de voto, seguido por Carlos Mesa, con un 24,7%.

Así las cosas, lo más probable es que la ficha presidencial y delfín de Morales, Arce, se enfrente en una segunda ronda, a finales de noviembre, contra el expresidente Mesa.

Cómo se mencionó, las normas electorales en Bolivia declaran ganador en primera vuelta al candidato que logre el 50% más uno de los sufragios u obtenga el 40% de los votos con un margen de diferencia de 10 puntos porcentuales frente al segundo.