Las cartas más fuertes de Trump para magistrado de la Corte Suprema | El Nuevo Siglo
Principales candidatas a la Corte Suprema inclinarían la balanza en posibles controversias electorales derivadas del voto postal.
Foto Montaje El Nuevo Siglo
Viernes, 25 de Septiembre de 2020
Redacción internacional

El presidente de Estados Unidos prometió que anunciaría el nombre de la persona que reemplazará a la juez Ruth Bader Ginsburg, entre hoy y mañana, una vez concluidos los actos previstos para sus honras fúnebres.

El mandatario ya ha nombrado a dos jueces durante su periodo, con lo que había logrado, para los republicanos, una mayoría de 5 a 4 antes de la muerte de Ginsburg y ahora la composición quedará 6 a 3 a favor de los conservadores.

Esta diferencia podría ampliarse aún más en un segundo mandato de Trump, considerando que el juez Stephen Breyer, quien fuera nominado por el expresidente Bill Clinton, ya ajusta 82 años de edad.

Lo que está en juego tiene suma relevancia. No solo porque la Corte es clave para dirimir asuntos controversiales, sino porque puede ser llamada a resolver litigios electorales, como ocurrió en la elección de 2000 ganada por George W. Bush.

Como el presidente declaró que su nominada será una mujer, EL NUEVO SIGLO presenta el perfil de las de las 5 juristas más opcionadas para recibir el guiño y los retos que tendrá que afrontar la elegida.

 

Amy Coney Barrett

 

Según los expertos Amy Coney Barrett es la persona de más alto perfil de las cinco posibles nominadas. Exprofesora de derecho de Notre Dame es una abierta militante del movimiento pro vida, lo que la convierte en la favorita de los republicanos religiosos y hace que los demócratas se opongan firmemente a ella.

Barrett de 48 años, es una católica devota que serviría décadas en la corte e impondría sin duda su línea de pensamiento en temas como el aborto y la política migratoria.

Se dice que Barrett es la favorita del presidente Trump y su nominación sería para el senador de Texas Ted Cruz "una victoria para la libertad religiosa".

La jurista es madre de 7 y oriunda del estado de Luisiana en el que el mandatario aventaja a su rival demócrata por amplio margen.

 

Barbara Lagoa

 

Barbara Lagoa es la primera mujer de origen latino en servir como juez en la Corte Suprema de la Florida.

La juez aportaría una larga experiencia judicial en los tribunales estatales, así como beneficios políticos potenciales.

Con sus 52 años, Lagoa sería el juez más joven de la Corte Suprema, solo unos meses por detrás de uno de los otros nominados por Trump y sin duda sería una nominación muy bien recibida por la comunidad cubana, y latina en general, del estado de la Florida.

Las decisiones de Lagoa la ubican claramente en el ala conservadora de la corte y ha defendido posturas que protegen al empresariado y son muy duras contra la delincuencia.

Un punto que puede jugarle en contra con los republicanos podría ser su posición a favor del aborto, sin embargo pese a ello cuando fue elegida juez de la Florida recibió el apoyo de ambos partidos.

 

Allison Jones Rushing

 

En el extremo más joven de la bajara se encuentra la juez de 38 años Allison Rushing a quien los conservadores consideran como una muy buena representante de su ideología.

Rushing tiene una gran experiencia en la Suprema Corte pues ha trabajado con tres luminarias judiciales conservadoras: el juez David Sentelle en el Tribunal de Apelaciones del Circuito de Washington DC, un designado por Reagan que ahora es el juez presidente del Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera de los Estados Unidos; el entonces juez Neil Gorsuch en el décimo circuito, quien luego fue designado por Trump para la Corte Suprema; y la juez Clarence Thomas en la Corte Suprema.

El pasado político de Rushing incluye un tiempo como asesora legal de la campaña presidencial de Mitt Romney.

El senador republicano Thom Tilli elogió a Rushing como "una fuerte elección conservadora que defenderá la Constitución".

 

Joan Larsen

 

Larsen sirvió anteriormente en la Corte Suprema de Michigan y fue miembro de la facultad de derecho de la Universidad de Michigan antes de ser nombrado miembro de la corte del circuito.

"La jueza Larsen es y será un jurista que busca encontrar la respuesta correcta, nunca simplemente una que ella prefiere como cuestión de política", dijo el presidente del Comité Judicial del Senado, Chuck Grassley, republicano por Iowa.

Sus críticos afirman que Larsen tiene una "ideología extrema".

Larsen, de 48 años, es una sólida conservadora y tiene raíces en el corazón del país. Se desempeñó como asistente del fiscal general adjunto en el Departamento de Justicia durante la administración de George W. Bush y ha trabajado en legislaciones que faciliten la guerra contra el terrorismo y llevar a la justicia a sus perpetradores.

 

Kate Todd

 

Kate Comerford Todd es abogada adjunta de la Casa Blanca, oficina que conoce bien pues trabajó allí durante la administración de George W. Bush.

Todd, de 45 años, es la única de la lista de finalistas de Trump que no ha sido juez, aunque fue secretaria de la juez Clarence Thomas.

Su falta de experiencia previa como juez podría convertirse en un punto de discusión durante cualquier proceso de confirmación, aunque también significa que los demócratas no tendrán mayores argumentos en contra de sus posibles decisiones.

Su carrera, que mezcla la práctica privada y el trabajo gubernamental, probablemente no ha permitido tener la notoriedad de sus otras contendientes.

En el año 2000 Todd trabajó para el juez Michael Luttig del Tribunal de Apelaciones del Cuarto Circuito de los Estados Unidos.

 

Temas clave

 

La elección del nuevo miembro de la Corte es de radical importancia considerando que en la actualidad el tribunal analiza situaciones de gran importancia para los votantes estadounidenses como el futuro del Obamacare, la eliminación del aborto como derecho constitucional, la tenencia de armas, la libertad religiosa frente a los derechos de los homosexuales y, como se mencionó, dirimir cualquier controversia que se produzca frente a un eventual fraude por el voto postal.

El presidente Trump espera que la Corte Suprema anule algunas disposiciones del Obamacare como la obligación para las compañías de seguros de ofrecer cobertura a todos los solicitantes, enfermos o sanos, incluidos aquellos que tengan antecedentes médicos.

Otro de los objetivos de la administración es anular el fallo “Roe contra Wade”, que reconoció, en 1973, el aborto como un derecho constitucional.

Por otra parte Trump prometió proteger la segunda enmienda de la Constitución, que según la interpretación de numerosos estadounidenses garantiza el derecho a adquirir y llevar armas. Esta interpretación, ampliamente criticada, podría ser reforzada por la nueva Corte que protegería los derechos de los propietarios de armas.

Frente al tema de la libertad religiosa contra derechos de los homosexuales, la Corte Suprema se ha mostrado bastante conservadora, como cuando consideró legal que un pastelero cristiano se negara a vender un pastel de bodas a una pareja gay alegando que iba en contra de sus convicciones religiosas.

La nueva Corte deberá decidir en noviembre si una agencia de adopción privada puede negarse a atender a parejas del mismo sexo.

Finalmente el presidente Trump lleva meses denunciando que el voto postal, que se espera más numeroso este año por la pandemia, podría ser objeto de fraudes.

La Corte Suprema será la encargada de resolver los litigios electorales que se presenten a este respecto y podrá incidir en el resultado electoral como lo ha hecho antes.