Cinco reglas de oro para educar niños y adolescentes en el hogar | El Nuevo Siglo
Enseñar, reforzar, hacer tareas, jugar, hacer los oficios del hogar y desarrollar las labores como profesionales, son roles que se tienen que establecer con claridad para llevar una crianza sana.
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Sábado, 12 de Septiembre de 2020
Redacción Cultura

La coyuntura de confinamiento ocasionada por la pandemia del Covid-19, convirtió a los hogares en oficinas, colegios y universidades; una nueva realidad que lleva a todos los integrantes de la familia a  convivir las 24 horas del día, los siete días de la semana.

En este panorama, Andrea Escobar, directora ejecutiva de la Fundación Empresarios por la Educación manifestó que “es indispensable identificar algunas pautas de crianza que nos permitirán tanto a madres, padres y niños asegurar una mayor calidad de vida en esta nueva realidad que afrontamos”.

Bajo esta nueva normalidad de educación virtual y la constante permanencia en el hogar, el Programa de Alianzas para la Reconciliación (PAR), de la mano con la Fundación Empresarios por la Educación, creó contenidos radiales relacionados con la familia, aprovechamiento del tiempo en familia, prevención de violencias y el maltrato a la niñez, todo durante el confinamiento preventivo.

Así mismo, se transmitirán tips de salud mental, pautas de crianza, entrevistas de temáticas relacionadas al compartir tiempo de calidad con la familia; información que dadas las circunstancias, es relevante para madres, padres, personas cuidadoras de menores, profesores y directivas. Estos contenidos, también estarán disponibles en la página web de la  Fundación.

Uno de los temas que se estarán desarrollando en las cápsulas radiales es sobre pautas de crianza. A continuación, encuentre una guía práctica para implementar en casa:

  1. Dialogar: es una de las principales herramientas para lograr excelentes resultados en la convivencia “procurar generar acuerdos permanentes para llevar a cabo las distintas actividades y responsabilidades diarias; asimismo, mantener una comunicación basada en el respeto y en la escucha activa, son claves indispensables para lograr un buen proceso de crianza”, señaló Escobar Vilá.
  2. Distribuir las responsabilidades: no sobrecargar a solo un actor con las tareas de educar y realizar los oficios del hogar; así lo afirma la directora de la Fundación Empresarios por la Educación,  “es recomendable también, que los acuerdos se precisen sobre las actividades cotidianas relevantes para cada persona y que equilibren las necesidades propias con las ajenas; por ejemplo, acordar la distribución equitativa de las tareas del hogar, la realización conjunta de actividades físicas, el establecimiento de momentos de esparcimiento, individuales o colectivos, así como la definición de espacios y horarios labores o escolares”.
  3. Organizar y manejar el tiempo: es indispensable asignar durante el día espacios que permitan atender las necesidades psicoafectivas, acompañar las tareas académicas de los hijos e hijas; disponer tiempo para jugar o para compartir tiempo libre, y crear espacios que permitan el desarrollo físico o deportivo de los niños, las niñas y los adolescentes.

Asimismo, es importante que las familias puedan definir momentos específicos para conversar sobre lo que están sintiendo, si es posible con horarios concretos dentro de la semana. En estos espacios se debe garantizar que todos y todas, puedan expresar sus emociones, desahogarlas con libertad y sentirse apoyados; que los sentimientos sean escuchados sin juicios.

  1. Diseñar reglas y normas: establecer límites claros, oportunos y respetuosos, siempre salvaguardando la integridad de los niños y las niñas; dejando claras las razones de por qué se establecen determinadas normas en el hogar, de la misma forma,  definir espacios y horarios escolares o de labores propias en el hogar. Es recomendable también, que los acuerdos se precisen sobre las actividades cotidianas relevantes para cada persona y que equilibren las necesidades propias con las ajenas.
  2. Estimular el autocuidado y velar por el bien colectivo: “esta nueva realidad es una oportunidad para vivir la empatía, es decir, la posibilidad de ubicarse en el lugar del otro y darse cuenta que el bienestar de cada miembro depende del bienestar de todos, es relevante que cada integrante la familia identifique cómo quiere ser tratado, qué necesita de los otros para encontrar bienestar y cómo puede aportar al bienestar de quienes conviven”.

Cada uno de los actores responsables de la educación, en el marco de un proyecto educativo democrático e incluyente, tienen la tarea de activar comunicación permanente con la familia a fin de lograr consensos u orientaciones sobre cómo lograr objetivos comunes en la educación de niños y adolescentes. 

A la luz de las pautas de crianza, esto significa, entre otros aspectos, que las prácticas de aula, también deben atender a las necesidades socioemocionales de desarrollo de los niños, a partir de la escucha, la comunicación respetuosa, el establecimiento de límites en los momentos necesarios, la construcción de acuerdos a partir del diálogo, entre otros.