Argentina: Macri volvió al control de cambios | El Nuevo Siglo
AFP
Lunes, 2 de Septiembre de 2019
Redacción internacional

El Presidente anunció el domingo que limita la compra mensual de divisas de los ahorradores a $10.000 y obliga a los exportadores a “liquidar sus ingresos en moneda extranjera”, una fórmula usada por el kirchnerismo conocida como “cepo”

 

DICEN, algunos, que la historia es cíclica. La evidencia, irrefutable por la periodicidad de sus crisis, es Argentina. A pocos meses de las elecciones presidenciales (octubre), varios analistas han dicho que el país está repitiendo el mismo cóctel de hace unos años: depreciación del peso, alta inflación, necesidad de dólares y falta de crecimiento. Y, default, o falta de capacidad para pagar las deudas.

Para contrarrestar el sombrío panorama económico, que ha afectado su intención reeleccionistas, Mauricio Macri firmó un decreto este domingo que, en resumen, busca lo mismo que hizo Cristina Fernández de Kirchner durante sus dos periodos en el gobierno: el control de cambios.

No es un nuevo “corralito”. Esa fórmula, que, desesperado por la herencia de Carlos Menem, usó Fernando de la Rúa para controlar el acceso a los dólares, y que no duró mucho, ya que el Presidente reculó, ante las masivas protestas sociales.

Macri, ahora, ha impuesto el control de cambios, que, al final de cuentas, ha sido habitual en las últimas administraciones en Buenos Aires. Es una manera de enfrentar un complejo panorama, pero usando una fórmula conocida. Tan conocida que en Argentina tienen nombre, “cepo”, y el mismo Presidente se refirió a ella en 2015 para ponerle fin.

Lea más: La clase media argentina está en crisis y al borde la quiebra

“Levantamos el cepo y todas las restricciones cambiarias sin que ocurriese ninguna de las desgracias pronosticadas”, declaró en diciembre 10 de ese año, en la ceremonia de posesión en la Casa Rosada.

Tras la apertura financiera total, el endeudamiento en aumento y, sobre todo, la desregulación del mercado cambiario, Macri le mostró al mundo que Argentina estaba preparada para la llegada de inversionistas y el impulso de la economía nacional. Respaldado por los organismos multilaterales, logró el mayor préstamo de la historia del Fondo Monetario Internacional (FMI) estimado en US$56.000 millones y así  le dio un parte de tranquilidad a los mercados.

Pero, con la poca capacidad de cumplir los pagos y un impacto negativos de sus políticas económicas a nivel social, Macri se ha vencido y ha preferido subir el salario mínimo de manera exponencial (medida tomada hace 15 días) y anuncia ahora el control de cambios.  “La emergencia ha podido más que los principios”, ha escrito el corresponsal de El País en Buenos Aires, Enric González.

El “Cepo” en vigor

La emergencia, ante un cóctel que reúne todos los males económicos, llevó al Gobierno de Cambiemos a limitar la compra mensual de divisas de los ahorradores a $10.000 dólares y obligar a los exportadores a “liquidar sus ingresos en moneda extranjera”.

Estas medidas son tomadas dos semanas después de que el candidato peronista, Alberto Fernández, lograra una holgada victoria frente a Macri en las primarias, una victoria que tuvo un mal recibo en los mercados y generó un movimiento masivo de los inversores hacia el dólar, golpeando el valor del peso argentino. La divisa llegó a representar 62 pesos argentinos por 1 dólar la semana pasada.

Las explicaciones de este fenómeno van desde la falta de producción de dólares, “restricción externa”, hasta la falta de pagos de las deudas contraídas con el FMI. Para algunos analistas, el país no tiene la capacidad de producir los suficientes dólares que demanda para operaciones provinciales, nacionales y externas a nivel estado, para las multinacionales y para los ahorradores.

Argentina tiene una economía dolarizada en todos los frentes, que no permite que la divisa nacional tenga la capacidad de servir como moneda para efectuar transacciones. Los argentinos no confían en el peso, un mal que viene desde la dictadura militar (73-80) y que ha significado el fin de gobiernos como el de Raúl Alfonsín y de la Rúa, quienes le apostaron a fórmulas similares a las de Macri para hacerle frente a las cíclicas crisis económicas.

También: Argentina, “virtualmente” en default: Fernández

Al apostarle al dólar, enfrenta nuevamente una escasez relativa de divisas (dólar) porque es con esta con la que se mueve la economía. La demanda es tan alta que, como explica La Nación, de Buenos Aires, “no hay dólares para todos”.

Para hacerle frente a esta situación, el Banco Central, al mismo tiempo en que el Gobierno anunció el control de cambios, fijó que todas las compañías tendrán que “pedir autorizaciones a la entidad monetaria para girar dinero al exterior” y decretó que los exportadores deberán “liquidad las divisas de sus ventas en el país”. La semana pasada el Gobierno le había ordenado a los bancos solicitar permiso para enviar dinero a sus casas matrices.

Las campañas

Las elecciones presidenciales, previstas para finales de octubre, también se han visto golpeadas por el panorama económico, rompiendo el acuerdo de no agresión al que habían llegado Mauricio Macri y Alberto Fernández, días después de las primarias.

A mediados de agosto, Macri le propuso a su contraparte Fernández una “tregua” en la que el peronista “se comprometió a colaborar en medio de la incertidumbre”. Pasados 15 días, el Ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, anunció el “reperfilamiento” del pago de la deuda y otras medidas que llevaron al rompimiento entre los dos candidatos a la Casa Rosada.

Aprovechando el crítico momento, Fernández se ha dedicado a culpar a Macri de todos los males de la economía argentina, en una estrategia que le puede servir en un país donde la clase media se ha vuelto estrecha y la pobreza ha aumentado, con un 10% que sufre de problemas alimentarios.

Lea más: Mercados en Argentina desconfían de Fernández

El Presidente le apostó al gradualismo, un modelo que buscó cortar la mayoría de los subsidios decretados por Cristina Fernández de Kirchner, enemistándose con parte importante del electorado, al mismo tiempo en que sus políticas no reactivaron la economía argentina.

Pero él no es el único culpable. Los anteriores gobiernos aumentaron la impagable deuda. Argentina necesita un pacto económico de Estado, no de Gobierno, han dicho algunos analistas. Mientras, ¿Macri, con estas medidas, logrará reeelegirse?