Los hombres de confianza del técnico están rindiendo en sus respectivos clubes. Los juegos son el 5 y el 10 de octubre.
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El optimismo, que no puede traducirse en confianza desbordada, ronda a la Selección Colombia y especialmente a su técnico José Pekerman, porque como no ocurría hacía mucho tiempo, para la convocatoria de cara a los partidos ante Paraguay y Perú, tiene de dónde escoger, sus jugadores de confianza están actuando y pasando por sus mejores momentos.
Unido a ello, por la trascendencia de los juegos del 5 y del 10 de octubre en Barranquilla y Lima, respectivamente, es claro que en esta ocasión no hay lugar para sorpresas en la convocatoria que debe conocerse el viernes.
El posible llamado de Jerry Mina, que esta semana volvió a entrenamientos, no podría tomarse con asombro por varias razones, la principal es que es un jugador de confianza del técnico y la segunda, que siempre ha respondido con destacadas actuaciones cada vez que se ha enfundado la casaca nacional.
Si bien es cierto, Mina no tiene minutos, también lo es que tiene toda esta semana para trabajar, hacer fútbol y si Pekerman lo dispone, jugar con Dávinson Sánchez frente a Paraguay, por aquello de su fortaleza en el juego aéreo.
Colombia necesita ganar tres puntos para asegurarse su tique directo al Mundial de Rusia 2018 y, de ser posible los 6, lo que no es imposible, para buscar posicionarse mejor en el ranquin FIFA y buscar la posibilidad de ser cabeza de serie en el torneo.
Paraguay es un rival difícil, de esos que complica por su garra, por lo que pega y por su juego aéreo. Y a la hora de pensar en el partido, hay que tener en cuenta esos factores y no que como el partido es en Barranquilla, ya se ganó.
La confianza y la tranquilidad la deben dar el hecho de que el portero titular, David Ospina, ha tenido partidos con el Arsenal en la Copa de Liga inglesa y en la Champions y que su suplente, Leandro Castellanos, sigue en un alto nivel de rendimiento con Santa Fe. Tal vez lo que sí debería reconsiderar Pekerman es si lleva a Camilo Vargas, aunque de seguro lo hará porque es de su confianza y por cábala.
Pero si por esas cosas decide dar una sorpresa, que no debería hacerlo, bien podría darle la oportunidad de José Fernando Cuadrado quien, aunque su equipo, el Once Caldas no marcha bien, siempre es figura.
En la defensa, Santiago Arias ha venido alternando en el PSV, Cristian Zapata juega con el Milán, Fran Fabra con Boca Juniors y Dávinson Sánchez es el jugador de moda en el Tottenham de Inglaterra y en los partidos que ha disputado siempre ha salido figura por su precisión en los cierres, rapidez y fortaleza.
Y si no es Zapata, quedan Mina u Oscar Murillo. Y si de pronto decide llamar a Jeison Murillo -lo que no sería sorpresa porque salvo los últimos cuatro partidos ha sido habitual convocado-, pues tendría otra alternativa aunque no sería para titular.
Lo que sigue
En el sector medular también todo es tranquilidad. Carlos Sánchez no es titular en Fiorentina pero juega por ratos; Wilmar Barrios es el ídolo de los hinchas de Boca Juniors por su entrega; James ha tenido actuaciones sobresalientes con Bayern Múnich, lo mismo que Juan Guillermo Cuadrado con Juventus y ni qué decir de Falcao García, quien acaba de superar la barrera de los 200 goles marcados en su paso por las ligas de Europa.
¿Quién sería el jugador 11? Las posibilidades son variadas. Luis Fernando Muriel ya está tomando ritmo en el Sevilla, Carlos Bacca juega con el Villarreal; Edwin Cardona es titular en Boca Juniors; Teófilo Gutiérrez cada día luce mejor en Junior y Jimmy Chará mantiene ese nivel que le valió la convocatoria a los partidos contra Venezuela y Brasil.
El panorama a hoy pinta para que Pekerman reúna al plantel que es de su entera confianza y sin la necesidad de acudir a esas sorpresas que acostumbra a dar tanto cuando da a conocer el listado, como en las formaciones.
Lo que queda es rogar para que de acá a que se conozca la convocatoria no suceda nada extradeportivo, no se lesione ninguno de los titulares habituales y que el 5 de octubre a partir de las 6:30 de la tarde en el Metropolitano de Barranquilla Colombia presente lo mejor de lo mejor y sobre todo, con la certeza de que llegan en su mejor momento, con minutos acumulados y sobresaliendo en sus respectivos clubes.
Claro que a ello deberá añadirle el técnico Pekerman una pizca de trabajo mental por si de pronto hay algún jugador que antes de disputar el partido lo da por ganado y aterrizarlo. No es momento de pensar en que el empate sirve. No. Eso era frente a Brasil, pero a los guaraníes, que todavía guardan esperanza clasificar o por lo menos ir al repechaje, hay que bajarlos de la nube y vencerlos para así ir a jugar sin presiones a Lima.
La clasificación directa, sin drama, sin angustia, está en manos de los jugadores. Pekerman, si de algo ha dado muestras es de sentido común y seguramente lo aplicará para esta convocatoria habida cuenta que sus rivales no dan el brazo a torcer.
Optimismo para el cierre de la eliminatoria mundialista, sí pero sin excesos de confianza. Contar con la totalidad del plantel y en su mejor momento, desde luego que genera tranquilidad, pero no se puede traducir en relajamiento total.
La ventaja es que tanto el técnico Pekerman como los jugadores saben lo que quieren y que la forma de lograrlo es dejarlo todo en la cancha, salir desde el pitazo inicial a ponerle condiciones a Paraguay y cuando se logre el objetivo, es decir los tres puntos, empezar a pensar en Perú.
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