¿Listas multipartidistas al Congreso? | El Nuevo Siglo
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Viernes, 22 de Septiembre de 2017
  • Sinceramiento de la política colombiana
  • Escenario inédito para las colectividades

Hemos reiterado que en la actual campaña lo que más interesa, por el momento, es el resultado electoral en el Congreso de la República. Con la coalición de Unidad Nacional hecha trizas desde la legislatura anterior, resulta a todas luces evidente que la composición del Parlamento colombiano cambiará de manera contundente.

Por estos días avanza en el Parlamento una norma que permitiría asociar varias personerías jurídicas en una sola lista para el Senado de la República. El asunto es, por descontado, completamente nuevo. Con ello una alianza electoral podría conseguir múltiples curules si se logra una composición efectiva multipartidista en la plancha de candidatos.

Esas condiciones podrían caer como anillo al dedo para la coalición de los presidenciables Fajardo-Robledo-López que, según han dicho, pretenderían también asociarse en una sola lista al Congreso. No se sabe si eso tenga viabilidad alguna, es decir, que el Polo Democrático y la Alianza Verde, así como representantes de Compromiso Ciudadano, puedan aliarse no solo para conseguir superar el umbral electoral, sino para lograr una mayor representatividad y fuerza política. En todo caso, con apenas diez senadores en la actualidad, sumados polistas y verdes, no se sabe si ir en listas separadas o aglutinados en una sola les daría una mayor cantidad de escaños.

Lo cierto parecería, sin embargo, que esta clase de fórmulas contribuiría a difuminar las características y la ideología de los partidos y movimientos políticos. Muchos han criticado, ciertamente, que la gran mayoría de candidatos presidenciales estén presentando sus aspiraciones por firmas y no por la colectividad a la que tradicionalmente han pertenecido. Las listas unificadas de partidos y movimientos al Congreso colaborarían, igualmente, en desdibujar la razón de ser de estos y, en ese caso, más bien valdría liquidarlos para crear unos más grandes.

Pero, de otra parte, también es cierto que esta novedad electoral podría ayudar a sincerar el espectro político en la centro-derecha y la centro-izquierda en que realmente se divide. No sería extraño, de concretarse la posibilidad de alianzas, que un partido como el Centro Democrático pudiera alinderarse con Cambio Radical, por ejemplo, y producir una lista con al menos 40 senadores posiblemente electos. A ello incluso podría sumarse el partido Conservador y sectores disidentes del partido de La U que, ciertamente, no están cómodos con lo sucedido con el proceso de paz y la calamitosa desaceleración económica.

Fuere lo que sea, resulta que, bien anticipada o posteriormente, lo que se avizora son coaliciones de partidos en el próximo cuatrienio legislativo. Si ello se produjera después será, justamente, a través de las bancadas parlamentarias, una vez se sepa el resultado de las elecciones congresionales de 2018. Como están las cosas, parecería que el Centro Democrático y Cambio Radical podrán ser los partidos más votados. En la ocasión anterior, el primero obtuvo alrededor de dos millones cien mil votos para 20 curules senatoriales. Si sube 500 mil votos o llega al millón de sufragios adicionales, ese partido podría conseguir entre 25 y 30 escaños. Por igual, Cambio Radical podría duplicar su votación, jalonado por un candidato presidencial como Germán Vargas Lleras, que suele ocupar el primer lugar en las encuestas.

La elaboración de listas mancomunadas entre distintos bloques de colectividades es un nuevo y repentino aditamento de la política colombiana. Sin embargo, no se sabe si ello tendrá meros efectos mecanicistas, como está ocurriendo con la política en todos los niveles, o si será el acicate para la recuperación de los debilitados partidos. Puede ser, a su vez, un punto de inflexión hacia el futuro y, ante todo, en caso de verificarse el experimento, un sinceramiento efectivo del espectro político colombiano en la representación parlamentaria.

 

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