El Papa y los vulnerables ocultos | El Nuevo Siglo
Sábado, 9 de Septiembre de 2017

El Papa Francisco en Colombia no escatimó en insistir en la necesidad de contrarrestar la “cultura del residuo” como defensor de los “descartados”, los olvidados, los apartados. Más allá de señalar, la brecha entre pobres y ricos o de una sociedad no incluyente -que tampoco niega-, es una connotación superior, que pretende reconocer la vulnerabilidad de todo ser humano.

En Villavicencio indicó cómo momentos de desolación de muchos se terminan comparando con el destierro. Frase que coincide con anteriores intervenciones donde aduce cómo “la falta de salud y la discapacidad no son una buena razón para excluir, o peor aún, para quitar de en medio a una persona”.

Al regreso de la apoteósica Misa en el Parque Simón Bolívar en Bogotá -ante un millón trescientos mil asistentes-, el Papa encontró en la acogida con niños en situación de discapacidad intelectual en la Nunciatura, enviar, de manera especial, su mensaje frente a la necesidad de reconocer la vulnerabilidad que rodea a los demás. 

Lina María, la niña vocera de la Corporación Transición es Crecer, conmovida y en medio de su propia vivencia, a solicitud del Papa Francisco, volvía a leer  “Queremos un mundo en el que la vulnerabilidad sea reconocida como esencia de lo humano. Esa que lejos de debilitarnos nos fortalece y dignifica. Un lugar de encuentro común que nos humaniza”.

La respuesta del Papa fue entonces contundente: “todo esto es un gran mensaje. [Necesitamos] Un mundo en el que la vulnerabilidad sea considerada como la esencia de lo humano. Porque todos somos vulnerables…. en tantas cosas que no nos funcionan pero nadie las ve”.   

La alusión no sólo es para ser tomada en cuenta por antropólogos, filósofos o sacerdotes. Ni atañe sólo a las quienes se encuentran en condición de discapacidad. Esencialmente, el Papa como constructor de la Doctrina Social de la Iglesia, envía su mensaje a quienes orientan la economía de las naciones.

Así lo había dicho ante la Academia Pontificia para la Vida: “En nuestra sociedad existe la tiranía de una lógica económica que excluye y a veces mata, y de la que muchas personas hoy en día son víctimas, comenzando por las personas mayores“. 

Eso involucra entender que la vulnerabilidad es una situación o un estado. No sólo tiene que ver con vulnerables visibles: personas en situación de pobreza, desplazamiento, víctimas de la violencia, sobre quienes se vuelca la política de redistribución del ingreso y los subsidios.

También involucra a quienes están en riesgo de perder una situación favorable o han perdido. Quien es contratado por unos meses y mantiene incertidumbre de su futuro. Quien pierde sostenibilidad económica. El adulto mayor pensionado en soledad. El joven muy estudiado sin empleo. La familia que tiene vivienda propia y perdió la capacidad para pagar el impuesto predial, por ejemplo.

Son vulnerables ocultos que con una oportunidad pueden llegar a desarrollar sus capacidades. Se trata de observar permanentemente quienes pueden estar en riesgo de perder espacios de acción por factores externos y si existen medios para que los puedan recuperar o alcanzar.

 *Miembro Corporación Pensamiento Siglo XXI