El presidente de Fasecolda, Jorge Humberto Botero, se mostró de acuerdo con que en la reforma tributaria estructural que el Gobierno presentará ante el Congreso de la República se incluya un gravamen especial en materia de impuestos para las pensiones más onerosas del país.

De igual forma, señaló el dirigente gremial que se debería crear un gravamen especial para los colombianos que tengan sueldos millonarios, ya que ellos tienen mayores privilegios que el grueso de la población.

“Estoy de acuerdo con esta idea; las pensiones altas deberían gravarse. Como principio me parece que los pensionados que tienen mesadas relativamente altas deben tributar sobre esos montos“, señaló.

Asimismo indicó que quienes tienen salarios altos también deberían de tributar. “Uno de los hitos de esta reforma tributaria estructural es una mayor participación de las personas naturales en la tributación“, inquirió el dirigente gremial.

Esta idea de gravar las pensiones más onerosas la comparte el presidente de Asofondos, Santiago Montenegro, quien recientemente expresó, tras una reunión del Consejo Gremial, que este debería ser uno de los temas a debatirse en la reforma tributaria estructural.

Botero aseguró que es necesario empezar a revisar un posible aumento en las edades de jubilación de los trabajadores colombianos, en una eventual reforma pensional que propuso el Gobierno.

Botero precisó que la población está viviendo más años y por eso se hace necesaria una regulación en las edades para obtener una pensión.  “La longevidad está aumentando en Colombia y en el mundo entero, lo cual nos obliga a tener que revisar las edades en las que la gente se retira. Eso es impopular pero necesario“, dijo.

Indicó que “hace 100 años el promedio de vida era de los 45 o los 48 años y hoy la gente puede vivir 75 o 78 años y esas realidades demográficas deben ser reconocidas por los sistemas pensionales“.

El presidente de Fasecolda aseguró que una opción para ajustar dichas edades es “haciendo un ajuste inmediato que quizás deba ser de unos dos años y a partir de ahí, establecer una comisión técnica de altísimo nivel que con base en criterios demográficos, le haga unas recomendaciones al Gobierno digamos cada cinco años, para definir las edades“.

Botero aseguró que “no deberíamos tener unas edades predefinidas sino hacerlo con cierta regularidad“.

El presidente de Fasecolda insistió en la necesidad de que este Gobierno adelante dicha reforma pensional, ya que según ese gremio, las condiciones actuales en esa materia no reflejan la realidad de miles de empleados en el país.

“No estamos planteando nada nuevo, los problemas son suficientemente conocidos y no se han resuelto porque el esfuerzo político que implica afrontar una reforma pensional es muy grande“, expresó.

Añadió que “la altísima informalidad implica que un gran porcentaje de la población, llegará a su edad mayor, sin recursos para vivir y hay grandes lagunas en los procesos de cotización. Eso dificulta la construcción de la pensión“.