¿Escasez de arqueros en Colombia? | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Sábado, 1 de Octubre de 2016
Redacción Deportes

Desde la profesionalización del fútbol, el país se ha caracterizado por una tradición de grandes arqueros. Efraín Sánchez, Pedro Zape, James Mina Camacho, Óscar Córdoba, Faryd Mondragón, Miguel Calero y David Ospina, entre otros, son buenos ejemplos. No obstante, en los últimos años la liga local viene repartiendo sus porterías entre nacionales y extranjeros. Hoy por hoy, la mitad de los equipos de primera división dispone entre sus titulares guardametas uruguayos, argentinos e incluso guatemaltecos.

El país con mayor cuota de porteros extranjeros en Colombia es Uruguay, 7. Entre los grandes nombres figuran Nicolás Vikonis, guardameta de Millonarios, y Sebastián Viera, quien no sólo protege el arco del Junior de Barranquilla, sino que se ha convertido en un cobrador de tiros libres excepcional. La camada de porteros uruguayos también cuenta a Ernesto Hernández, del Deportivo Cali; Johnny da Silva, del Atlético Huila; Jorge Bava, del Atlético Bucaramanga; Juan Castillo, de Patriotas; y Leandro Gelpi, de La Equidad.

El segundo país en el ranquin de goleros extranjeros es Argentina, que aporta 4 en la liga colombiana. El nombre más llamativo, puesto que se ha ganado el rótulo de ídolo en su club, es Franco Armani, guardameta titular y campeón de Copa Libertadores con Atlético Nacional. A él se suman Jorge da Silva, del Deportivo Pasto; Pablo Torresagasti, de Rionegro Águilas; y Sebastián López, de Jaguares de Córdoba.

Finalmente, Guatemala y Paraguay son los otros países que aportan. El guatemalteco Ricardo Jerez protege la valla de Alianza Petrolera mientras que el paraguayo Joel Silva lucha por el puesto de titular en el arco del Deportes Tolima.

En total son 13 los equipos que tienen arqueros extranjeros en sus respectivos planteles, aunque no todos son titulares. En el caso del uruguayo Ernesto Hernández en el Deportivo Cali, su titularidad ya no es indiscutible a partir del regreso de Camilo Vargas al país. Pasa lo mismo con el uruguayo Juan Castillo, quien ha sido relevado en su puesto por el veterano Alejandro Otero en la portería de Patriotas.

Es precisamente esa competitividad en el puesto lo que atrae a los arqueros extranjeros a inmigrar en Colombia. Los porteros de hoy tienen poco derecho a tener una mala tarde, pues siempre hay un sucesor dispuesto a aprovechar la menor oportunidad. Esto es más evidente en equipos con compromisos internacionales, pues instauran sistemas de rotaciones para sobrellevar los apretados calendarios y es ahí donde los jugadores con papeles secundarios ganan minutos para mostrarse.

Si bien es cierto que la inmigración de porteros extranjeros habla bien del nivel de la liga colombiana, no parece una buena señal respecto al talento local en la actualidad. Sólo la mitad de los equipos de primera división confían su portería a guardametas nacionales. El dato es más preocupante si se mira el promedio de edad de los arqueros colombianos titulares en sus equipos ronda los 31 años.

Aunque el factor determinante en la posición siempre ha sido y será la experiencia, no es un dato menor la poca cantidad de arqueros juveniles, lo que llama la atención sobre el futuro del arco en Colombia. Además de ser escasos, los guardametas con proyección no gozan de buen ritmo competitivo. Para la muestra está Cristian Bonilla, titular de la selección sub23 de Colombia que ha sido relegado tercer arquero en su club, Atlético Nacional. El caso del portero suplente de la selección sub23, Luis Hurtado, es todavía más preocupante, pues fue cedido por el Deportivo Cali al Atlético Fútbol Club, equipo de la segunda división colombiana. La única señal de esperanza es Jefferson Martínez, quien con 23 años le ganó el pulso al veterano Bréiner Castillo en la portería del Envigado a punta de grandes actuaciones.

Así las cosas, el panorama a largo plazo del arco colombiano no es el más alentador. Los guardametas nacionales se debaten entre las pocas oportunidades que gozan y la alta competencia que imponen los arqueros extranjeros. Por suerte para la selección de mayores, David Ospina es titular con el Arsenal inglés en la Champions League, y con apenas 27 años, habrá arquero para rato.

El grave problema es que no hay un golero del nivel de Ospina para que lo supla en la Selección Colombia en caso de que por lesión o algún otro motivo no pueda ser de la partida.

Por ahora, el técnico José Pekerman ha acudido a David González, quien a sus 33 años es mayor que Ospina y no representa futuro porque por mucho le quedan dos años de competencia de alto nivel y el otro es Robinson Zapata del Santa Fe, cuyo presente no es el mejor.

Así las cosas solo quedan dos nombres para mirar, uno el de José Fernando Cuadrado, del Once Caldas y que viene al alza, o el de Camilo Vargas, que poco a poco va recuperando su nivel, luego de perder cerca de un año con su paso por Nacional y por el fútbol argentino.

La pregunta que surge es ¿no se trabaja en las divisiones inferiores para promover arqueros de nivel? Pero a la vez emerge otra ¿no les interesa a los chicos colombianos ser arqueros?

Todo tiende a indicar que es un conjunto de situaciones. Hay arqueros pero al menor error los relegan y les ponen por encima a un extranjero que en muy contados casos es de mayor nivel que el nacional, como ocurre en Equidad, por ejemplo, en donde Novoa fue al banco pero el uruguayo que le quitó la titularidad no ha demostrado ser mejor.

Lo otro, es que los técnicos no parecen confiar en el talento criollo y mucho menos los directivos. ¿Cómo es posible que en equipos en los que se invierte tanto dinero en las divisiones interiores no haya una promesa para el arco?

Triste realidad, pero si no es Ospina para la Selección y de pronto Vargas, no hay quien tome ese lugar. Preocupante, muy preocupante.