El sabor y el arte se convierten en una experiencia de 7 platos | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 28 de Septiembre de 2016
Diana Zarate

Una casona antigua de fachada de ladrillos con luces blancas que refleja grandes arbustos, es la imagen de Villanos en Bermudas, un mundo de sabor que combina la alta cocina y el arte abstracto en un restaurante donde los comensales viven una cena llena de experiencias a través de los sentidos.

Con la degustación de siete deliciosos platos que son preparados simultáneamente por los chefs, y en frente del comensal, con productos frescos que abundan en el mercado actual, el público vivirá una experiencia diferente en el momento de sentarse en la mesa, pues este menú único de la noche, es un recorrido personal del degustador, dado que los sabores se convierten en el anfitrión del viaje de recuerdos que cada uno de los comensales hará cuando los alimentos toquen sus papilas gustativas.

Aunque las recetas son simples, las mezclas creativas de los chefs Sergio Meza (México) y Nicolás López (Argentina) tratan de llegar a lo más profundos de los comensales, dejando atrás la idea de que la buena comida se logra con muchos ingredientes y va directo al estómago, pues estos dos jóvenes emprendedores buscan llegar más allá de lo obvio, explorar en los sentimientos y cabeza de sus clientes, evocando en cada plato un recuerdo o deseo que los haga sentir plenos, tanto como un estimulante de la dopamina.

Este lugar se caracteriza por manejar dos cocinas; una en el segundo y otra en el primer nivel, cada una a cargo de alguno de los dos chefs. El menú cambia cada semana dependiendo de los ingredientes que haya disponibles. Puede que haya una variación entre el menú que se sirve abajo y arriba, es una experiencia siempre impredecible.

“Si tenemos una pata de cordero y alcanza para 20 personas, pues la servimos y al resto le damos algo igualmente delicioso. La modalidad es menú degustación de siete pasos, donde la prioridad es valorar el ingrediente. Trabajamos con lo que traen los productores en el día. No habrá carta definida. Es una cocina desnuda, con poco maquillaje”, comentaron los chefs.

Así mismo, la experiencia puede iniciar en el segundo piso del restaurante, donde un bar de macerados se toma la batuta de la experiencia. La intención es servir la coctelería clásica con el twist villano de darle el sabor de lo que se macera: caipirinha de té verde, margarita de chocolate, old fashioned de café, los cocteles que todos conocemos pero con un toque de sabor único y diferente que busca resaltar el toque natural que tiene cualquier trago, sin tener que adornar u ocultar su poderosa esencia, que por cierto, sirve como un abrebocas del viaje de siete pasos que se viene.

Villanos en Bermudas también tendrá ciclos de cocina con diferentes chefs tanto nacionales como extranjeros donde ofrecerá cenas pop up como pasa en otras partes del mundo, pues esta tendencia que consiste en que el espacio deja de ser fijo para convertirse en itinerante y temporal para ofrecer, casi siempre es una experiencia irrepetible.

Comprar en un autobús o cenar en un almacén abandonado son sólo algunas de las posibilidades que ofrecen determinadas marcas, una tendencia a la que se han sumado chefs de reconocido prestigio internacional. Envueltos de cierto aire de clandestinidad, los participantes en estos eventos disfrutan de un entorno sorprendente e impregnado de exclusividad. En el caso de Villanos en Bermudas, el lugar parece una galería de arte, pues la mayoría de sus paredes están decoradas con una pintura de creación original de uno de los chefs del lugar. Así mismo, el salón principal del primer nivel simula una carnicería, donde el cerdo, el pollo y la carne de res cuelgan tras una vitrina de vidrio que se roba la mirada de los comensales.