Santander, destino turístico de ensueño | El Nuevo Siglo
Foto El Nuevo Siglo - Gerald Lucero
Viernes, 17 de Agosto de 2018

Santander no tiene nada que envidiarle a otros sitios turísticos de Colombia. Logré recorrer algunas partes de este departamento y su majestuosidad cautivó mis sentidos.

Un pueblo libre
Socorro

Iglesia en El Socorro. Foto Gerald Lucero - El Nuevo Siglo.

Mi primera visita fue a El Socorro, un lugar que emana un olor de libertad. Lo primero que percibí fue un calor que me recordó a la ciudad que me vio nacer y crecer: Caracas, en Venezuela, compartiendo además la eventual brisa que refresca los cuerpos de los transeúntes.

Su imponente iglesia y estructuras coloniales evocan la gran influencia que tuvo hace décadas –recordemos que allí se firmó la primera Acta de Independencia de Colombia–; pero también nos permiten dar un vistazo al pasado, a esa época de la que proviene la calidez que su gente aún mantiene. ¿Será que la exposición al sol nos hace más felices? Lo ignoro, pero los habitantes de El Socorro hacen sentir al visitante como si estuviera en casa.

 

La técnica ancestral que levantó a un pueblo
Barichara.

Barichara. Foto Gerald Lucero - El Nuevo Siglo.

Otro de los sitios a conocer fue Barichara. Este municipio aún conserva su arquitectura original y fue declarado patrimonio histórico por una sencilla razón: al menos el 90 % de sus construcciones están hechas con tierra. Esta técnica ancestral es conocida como “tapia pisada”, utilizada también en algunas viviendas de La Candelaria, en Bogotá, y la cual nos enseñaron a realizar.

Nos explicaba Santiago Rivero, uno de los guías, que las casas al estar hechas de esta forma, conservan parte de la energía de quienes ayudaron a levantarlas. Y sí que la mantienen: son espacios llenos de un cariño indescriptible, como si alguien te recibiera con un abrazo; la “vibra”, como la llamamos algunos, es muy humana e infunda tranquilidad a sus habitantes, ¡dichosos quienes puedan experimentarla! Un dato curioso es que el estimado de vida de estas estructuras es de al menos 13.500 años.

La tranquilidad de Barichara hace olvidar el ajetreo diario de una metrópolis como Bogotá y esto tiene su razón de ser. Muchos de sus habitantes comparten la ideología que vivir con menos no necesariamente los hace infelices, ya que por el contrario, eso los libera de ciertas nimiedades y les permite conectarse más con su tierra.

Y hablando de tierra, una de las expresiones artísticas del pueblo es precisamente la pintura con este elemento. Rivero nos proporcionó de varios tipos del mismo para que compusiéramos un cuadro a partir de nuestra imaginación, dejándonos ese recuerdo de tan maravilloso lugar.

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Cañón del Chicamocha
Cañón.

Cañón del Chicamocha. Foto Gerald Lucero - El Nuevo Siglo.

Al día siguiente nos llevaron al Cañón del Chicamocha; jamás en mi vida había visto un lugar que me dejara sin palabras para describirlo. La vista no alcanza para admirar toda la belleza de este sitio, que va mucho más allá de lo que nuestros ojos pueden ver, mostrándonos sobre nuestras cabezas un cielo azul marino resaltado por los rayos de un sol brillante.

La inmensidad del paisaje también deja apreciar la zona por la que pasan y se unen los ríos Fonce y Suárez, dando un espectáculo que hace suspirar. Es en ese momento en el que se olvida el temor a estar en un sitio muy alto, ya que se siente que la misma tierra da la bienvenida y el permiso de ver su esplendor. Sin duda alguna, se convirtió en uno de mis lugares favoritos de Colombia.

 

Adiós a las malas energías
Gallienral.

'Matrimonio feliz'. El Gallineral. Foto Gerald Lucero - El Nuevo Siglo.

Recuperaba el aliento mientras bajábamos del Cañón del Chicamocha para ir a un sitio más tranquilo, pero no por eso menos impactante: el parque El Gallineral. En este lugar se nos presenta una naturaleza espectacular que maravilla los ojos de quienes pueden contemplar y transitar sus zonas.

El nombre de este parque se debe al musgo que crece en los árboles, el cual les da un aspecto particular. También hay variedad de ellos, como uno llamado ‘El matrimonio feliz’ por la curiosa forma que tienen, pareciendo estar abrazados, el cual podemos ver sobre estas líneas.

En El Gallineral hay algunos llamados Ceiba, los cuales, según nos explicó la guía, pueden ser abrazados por los humanos para que absorban nuestras malas energías, nos limpien y las purifiquen una vez canalizadas en la tierra. ¡Y vaya que sirvió!

Pero esto último no es lo único para deshacernos de ellas. El parque cuenta con la quebrada Curití y un puente sobre la misma; desde él se acostumbra pasar las manos por el cuello con la punta de los dedos y arrojar a las aguas todo aquello negativo que nos puede suponer esas cargas que hemos sostenido durante mucho tiempo.

 

Guadalupe: calor humano
Guadalupe.

Parte de Guadalupe. Foto Gerald Lucero - El Nuevo Siglo.

El pueblo de Guadalupe es la sede del Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe, lo que lo hace ser un importante centro religioso. Es una zona acogedora y con estructuras que recuerdan a la época colonial; además, resulta indescriptible la amabilidad que tiene su gente a pesar del calor inclemente que hace allí: se refugian bajo sus sombreros y sombras de las estructuras para contar historias, hablar sobre sus familias, amigos… Vivir una vida con más interacción social, algo que parece mermar con el paso de los días.

En Guadalupe dan ganas de abrazar a todos, ya que reciben a los turistas con el mayor cariño del mundo, pareciera que todos formaron una gran familia y están dispuestos a que quienes los visiten, se sientan parte de ella.

 

Piscinas naturales
Gachas.

Las Gachas. Foto Gerald Lucero - El Nuevo Siglo.

Nuestro viaje por Santander culminó en la Quebrada Las Gachas. Se trata de una enorme roca alargada de un tono rojizo que poco se puede ver en otros sitios, en el que se formaron agujeros de diferentes diámetros y profundidades. Estos últimos se llenan de agua y forman especies de piscinas naturales; curiosamente, mientras más bajábamos, más caliente era el agua.

A lo lejos se alcanzan a ver las montañas, las cuales se pueden apreciar mientras se tiene casi todo el cuerpo sumergido. Las personas se divierten deslizándose por la roca y cayendo en los agujeros, invitando a los más aventureros a seguir su ejemplo y unirse a la fiesta.

Prácticamente, cada municipio de Santander tiene un destino turístico para visitar, ofreciendo distintos tipos de actividades: deportes extremos, conocimiento de la historia, aprendizaje sobre su cultura… Pero lo más importante, ¡poco a poco se vuelve un sitio obligatorio al cual ir!