No hay plazo que no se cumpla | El Nuevo Siglo
Sábado, 4 de Agosto de 2018

No hay plazo que no se venza ni deuda que no se pague, dice la sabiduría popular. Ahora lo estamos viviendo en carne propia colectiva. El próximo siete de agosto se vence el plazo que la democracia le ha impuesto, a través de la voluntad de los colombianos, en este caso el presidente Santos, para que dé por terminadas sus tareas como director de las faenas de dirigir la marcha del país. Es necesario reconocer que su actividad ha sido controvertida por una oposición que bien puede calificarse como feroz, pero que goza del análisis crítico de un sector importante de la opinión pública.

Es necesario reconocer que se ha hecho una buena tarea y que Santos pasará con una buena y satisfactoria calificación. Claro que como toda tarea realizada por humanos, está llena de absurdos que es necesario analizar con mentalidad positiva y optimista. Es evidente también que no todos los gobernados están obligados a serlo pero hay que fijar la atención en las realizaciones. Han sido ocho años que a algunos les han parecido interminables y que se solazan porque al fin hayan terminado, en los cuales hemos vivido tranquilos los colombianos, mirando y siendo protagonistas de hecho importantes para la vida nacional.

El proceso por medio del cual se ha pactado la paz con algunos que optaron por la violencia en vez del diálogo civilizado, se logró superar y se consiguió un convenio que tiene tanto de ancho como de largo. La paz, aún con todas las controversias que han surgido, es uno de los activos que hay que abonarle. Medio siglo de controversias que no se pudieron arreglar por vía de la sana e inteligente confrontación a la cual le dedicaron sus esfuerzos buena parte sus antecesores y que desde luego fueron elementos de juicio y consideración en las conversaciones. El grupo de compatriotas que con carácter patriota, hay que reconocerlo, realizaron con los violentos las largas conversaciones en La Habana son dignos de reconocimiento, admiración y agradecimiento. Así tiene que ser.

El pasado miércoles primero de agosto, con el patrocinio de la Sociedad Colombiana de Ingenieros tuvo lugar una reunión durante la cual el presidente Santos nos presentó un libro en el cual recoge en forma objetiva parece que incontrovertible por la información gráfica contenida así como por las cifras allegadas, de todo lo que se ha hecho en materia de obras públicas en sus ocho años. “La revolución de la infraestructura, Colombia más cerca” nos recuerda a los ingenieros los progresos conseguidos en vía, aeropuertos, puertos y obras complementarias que nos llena de orgullo y satisfacción. Como se trata de mostrar lo positivo lo que ha contribuido a que el país sea competitivo, mal podría mencionarse lo que ha contribuido a que esto no suceda. Lo que sí es cierto es que entre los medios de transporte, el ferroviario lamentablemente no formó parte de las preocupaciones gubernamentales.