Manía tributaria | El Nuevo Siglo
Jueves, 2 de Agosto de 2018

El nuevo Gobierno agita lo que se presume como cadena de alzas e impuestos con dolor y heridas. No lo ha afirmado, pero se teme, tras bambalinas.

El Presidente Duque, en reuniones con empresarios y gremios, dejó entrever Reforma Tributaria inaplazable; despertó pérdida de esperanzas.

El país estaba confiado en que no traería flagelo. Es arma que mete miedo, crea ola de alzas en consumo ciudadano; si las hay, incita a la gente a cobrar hasta la risa.

Con dureza sacudiría a inversionistas, industriales, comerciantes, distribuidores, agricultores, compañías de servicios y trabajadores; y alejaría capitales e interés del exterior.

Es justo tributar en país ordenado; no aquí con población de pie en trampa y corrupción; un buen recaudo es válido si hay desarrollo, y eficientes servicios.

El vacío crudo se refleja en sistema de salud, sometido a ensayos en EPS. La otra cara está precisamente en Medimás, un - ´Globo de Cartón´, mal confeccionado desde el comienzo; Minsalud saliente, ni se dio cuenta.

Ahora, tendrá gabela de seis meses para que recupere afiliados y presupuesto. Ojalá no haya estallido nacional en salud.

La educación, con buena planeación y contenido, contrasta con el desgreño financiero para instituciones públicas; se enderezaría con lo decomisado a asaltantes y corruptos profesionales; salvaría a generaciones futuras con calidad humanitaria y preparación profesional.

Se espera que baje el IVA, (19%) de la reciente Reforma. Otra alza, disparará cierre de industrias y comercios; creará desempleo, y desembocará en apertura de bares, juegos de azar y microtráfico.

El afán por recaudar no puede gravar salarios mínimos, cada vez más mínimos para el trabajador; los aumentos anuales son caramelos de engaño.

Con equilibrio razonable es imperativo eliminar beneficios tributarios, que son regalos a capitalistas mañosos; además aumentan huecos en el erario, necesitando dineros para atención social urgente.

El trabajador del campo, requiere salario básico y salud: remueve tierras, siembra, riega, cuida plantas, recoge cosechas,  carga productos al camión, y a final de mes, queda sin pal´ tinto.

Lo decomisado al narcotráfico, y por lavado de activos, debe destinarse a Salud Pública; no hay dinero, hace cinco meses, médicos de hospitales regionales están sin sueldo; tampoco hay medicamentos. Sucede en 85% del país, según Asociación de entidades regionales.  

Centrales de Trabajadores y asociaciones comunitarias, reclaman que, “el comercio, debe recibir tarjetas de crédito; con las tarjetas, los comerciantes se obligan a pagar impuesto; con el efectivo, lo evaden”.

Los marginados viven de ayuda ciudadana e instituciones particulares en barrios y pueblos. Carecen de Centros de Protección para discapacitados, adultos mayores y, migrantes indígenas en calles.  

Una Reforma flagelante ahuyenta capitales productivos, crea desempleo y pobreza extrema, por culpa de la maña tributaria, en relevo de gobiernos.