El balance | El Nuevo Siglo
Martes, 7 de Agosto de 2018

Hoy se despide de la Presidencia de la República Juan Manuel Santos Calderón que, sin ninguna duda, tiene un puesto asegurado en la historia grande del país, como un verdadero gran colombiano.

En el balance de su gestión brilla para la posteridad el proceso de paz con las Farc, único factor que realmente contará en los libros de historia. Juan Manuel Santos quedará en esos registros al mismo nivel de Alfonso López Pumarejo o de Alberto Lleras Camargo, dos grandes presidentes liberales que, como Santos, decidieron gastar su capital político en reformas trascendentes, pensadas para las próximas generaciones, no para las siguientes elecciones.

Como en cualquier gobierno hay luces y sombras. La luz del proceso de paz con las Farc es tan poderosa que alcanza para enjugar los múltiples errores y desaciertos que tuvo. Probablemente sus mayores sombras quedan en el tema de la corrupción. Es claro que ni al Presidente personalmente, ni a ningún miembro de la familia presidencial puede reclamársele que se enriqueció en o durante su mandato. Sus hijos prestaron servicio militar obligatorio o se dedicaron a estudiar. Tampoco la Institución presidencial sufrió mácula alguna. No se supo de mafiosos entrando a hurtadillas por el sótano de Palacio para armar componendas contra la Corte Suprema o de que en el bajo mundo se refirieran en clave al Palacio de Nariño o por sus alias a colaboradores cercanos del Presidente.

Pero, como dicen los abuelos “buen hijo no es el que no le pega a la mamá” y por tanto no basta no ser malo para ser bueno. Santos se va de la Presidencia sin explicarle al país su extraña relación con el procesado expresidente de la Corte Suprema de Justicia, José Leónidas Bustos. ¿Es cierto que fue la sentencia del Consejo de Estado la que nos salvó de que fuera su Fiscal General de la Nación con Gustavo Moreno como su fórmula en la vicefiscalía? Para prueba de esa nunca explicada cercanía queda el registro histórico de la terna en la que el Presidente Santos incluyó a la otrora autodenominada “primera dama de la Corte” y a una cercana familiar de Francisco Ricaurte como dos de sus candidatas a integrar la Comisión de Disciplina Judicial encargada de la supervisión ética de los abogados.

Tampoco hay una explicación clara sobre el tema Odebrecht. Es obvio que los senadores costeños detenidos no tenían ni el poder, ni los contactos para determinar decisiones de alta política como un Conpes o la acomodación de fechas contractuales, ni que Roberto Prieto fueran tan autónomo e independiente. Al Presidente Santos le quedó grande Cartagena. Tantos alcaldes encargados de cuenta suya y no acertó en ninguno. El Icbf y el Sena fueron sus otros grandes lunares. 8 años de continuismo y no pudo evitar que se robaran los dineros de la alimentación de los niños.

Pero su mayor lunar, que es una paradójica consecuencia de su mayor acierto, es el asesinato de los más de tres centenares de líderes sociales. Ni lo evitó, ni lo solucionó, para vergüenza suya y del país.

@Quinternatte