Discursos coherentes | El Nuevo Siglo
Lunes, 13 de Agosto de 2018

“Macías señaló lo que no se debía repetir”

Con la posesión del Presidente Iván Duque Colombia dará paso a una reingeniería institucional, conceptual y política que responda a las exigencias de un Estado moderno al que aspiran los colombianos.  Así lo expresó  el Presidente Duque en su discurso de posesión, en el que señaló las políticas y los instrumentos para alcanzar esas metas ineludibles. Propuso una Pacto por Colombia, que recoge la iniciativa de Álvaro Gómez de un acuerdo sobre lo fundamental, que hoy responde a la voluntad mayoritaria de los colombianos demostrada fehacientemente en las pasadas elecciones. 

Se trata de edificar sobre principios comúnmente aceptados por las sociedades con regímenes democráticos. El imperio de la ley que se traduce en cultura de la legalidad en todos los ámbitos de las actividades ciudadanas y en todos los estamentos de las instituciones. El principio de moralidad que favorezca la ética en las actividades públicas y privadas. El principio de humanidad que garantice los derechos fundamentales de las personas, y sea patrimonio de cada uno de los seres humanos y no objeto de apropiación de ideologías o banderías  políticas para discriminar a sus contendores o absolver a sus correligionarios. El principio de solidaridad para empoderar la participación en la formulación de políticas públicas y en la definición del futuro de la sociedad. Constituyen elementos que se trastocaron en los últimos ocho años de gestión de Juan Manuel Santos generando una polarización que se mantuvo hasta el último día de su gobierno, desaciertos que quisieron ocultar con la difusión masiva de una versión rosa de un mal gobierno.  

El presidente del Senado, Ernesto Macías, realizó el necesario corte de cuentas en medio de la perversa intención de atribuir al gobierno que se posesiona los males que la administración anterior engendró y no supo conjurar. Llovieron rayos y centellas sobre el valeroso legislador que llenó su discurso de verdades irrefutables, sin que sus críticos repararan en que los defectos que le atribuyen son propios de quienes lo denuestan con pasión y grosería. No hubo incongruencia; Ernesto Macías señaló lo que no se debía repetir y el presidente Duque sentó las bases para la recuperación de un país esperanzado en su futuro. 

Nota: La administración Santos dejó dos regalos envenenados que confirman su talante perverso. El reconocimiento del Estado Palestino, intromisión indebida en la política exterior del nuevo gobierno, y la terminación de los subsidios de energía eléctrica y gas para los estratos 1 y 2 a partir del 31 de diciembre de 2018, establecidos en la ley 1117 de 2006, que prorrogó sucesivamente en el 2010 y 2014, y que hoy siembra como artefacto letal para las gentes más pobres de Colombia.  ¿Será el único artilugio en el camino del nuevo gobierno?