Candelaria y Víctor Hugo, cuando el amor es como el vino | El Nuevo Siglo
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Martes, 14 de Agosto de 2018

UN POEMA de amor profundo y eterno que se desarrolla a ritmo de son cubano y enmarcada en los más bellos lugares de esa isla, en la que desafortunadamente o se verá, es Candelaria, la tercera película del director chocoano, Jhonny Hendrix, que está próxima a debutar en la cartelera colombiana.

Los también actores cubanos, Verónica Lynn y Alden Knight, encarnan a Candelaria y Víctor Hugo, una pareja que lleva varios lustros de matrimonio, sin hijos y carcomidos por la monotonía: el mismo trabajo, la misma rutina diaria y una pasión solo presente en sus recuerdos. Son los años 90’s en Cuba, donde la isla vive entre bloqueos, hambre, tabaco y ron.

Pero esa rutina cambia cuando Candelaria descubre accidentalmente una cámara de video con la que ambos empiezan a redescubrir su vida en pareja, su sexualidad y a escribir un capítulo atrevido en su historia de amor, pero ahora a los 70 años. Hasta aquí todo es normal, maravilloso y romántico, pero la historia tiene un viraje hacia la tragicomedia cuando sus filmaciones íntimas son robadas y llegan a manos de un hombre sin escrúpulos, conocido como “El Alemán”, quien negocia con la miseria, o en este caso, con la ‘pornomiseria’.

El director chocoano, Hendrix, precedido de otras dos películas que tuvieron buena crítica y gran acogida como fueron ‘Chocó’ y ‘Saudó, laberinto de almas’ se refiere así a esta nueva producción:

Cuba, amor, música, pasión… ¿a los 70 años?

JHONNY HENDRIX. Cuando yo decido hacer una película sobre un par de adultos mayores es por varias razones, la primera es que no le temo a las arrugas, las arrugas son lo más bello porque hablan de ti, dicen lo que has vivido. Dos, porque solamente ese amor que dura hasta esos años puede ser puro, no le creo a ningún otro y tres porque es un homenaje a ese amor que ha existido en mi vida y que de una u otra forma he soñado que sea así de bien.

Entre la concepción de la idea y el rodaje pasaron dos años ¿qué pasó en ese tiempo?

JH.- Creo mucho en la mística y la magia de las cosas, todo ocurre porque tiene que ocurrir y cuando tiene que ocurrir, a veces parezco terco, pero espero a que pasen las cosas, y fue en ese momento cuando todo se dio. Inicié rodaje cuatro meses después de estrenar Saudó. Aquí vale contar una anécdota, el reguetón está muy pegado en Cuba y la gente lo escucha a un volumen muy alto, lo que representaba una dificultad. El primer día del rodaje murió Fidel Castro y el gobierno decretó nueve días de silencio y eso nos permitió rodar a nuestras anchas. Obviamente no faltó el miedo a que todo escaseara y, además, nuestra pareja protagónica estaba muy afectada, pero hasta los discursos que se escuchaban en la radio y la televisión en homenaje a Fidel sirvieron para incluirlos en las escenas, algo que no estaba planeado. 

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En Colombia no los conocemos, pero en la isla Verónica Lynn y Alden Knight son supremamente destacados en el mundo de la actuación. ¿Cómo llegaron a la película?

JH.- Convocamos a un casting y llegaron muchas personas, pero realmente lo que hago para encontrar a los protagonistas son entrevistas. El personaje de Candelaria estaba planeado en el guion que fuera una mulata, pero la primera que entrevisté era una mujer blanca de cabello canoso a la que le hice dos preguntas solamente:¿Te has desnudado frente a una cámara? No, pero siempre hay una primera vez. ¿Sabes cantar? No, pero lo intento. Con eso tuve para decirle a las demás “gracias, ya tenemos a Candelaria”.  

Con el personaje de Víctor Hugo todo fue más complejo. Empezamos a hacer entrevistas por todo el mundo porque yo tenía muchas dudas. Llegó un actor cubano de nombre Jesús Therry y me encariñé profundamente con él, era muy activo, bailaba tap y tenía una sonrisa increíble. Un día, durante los ensayos, enfermó del estómago y tuvo que ser hospitalizado. Una semana después murió, nunca había protagonizado una película y estaba tan obsesionado con el personaje, que encontraron el guion debajo de su cama en el hospital.

 ¿Otra vez la magia de la que habla? Seguramente el personaje era para Alden Knight.

JH.- Sí, a pesar de todo. Era un actor que me estaban negando hacía rato, incluso me habían dicho que en Cuba no habían más actores negros de esa edad. Cuando los forcé a llevarme a otros, me presentaron a Alden, quien además resultó ser el mejor amigo de Jesús Therry, el actor fallecido. Hicimos click de inmediato, aunque tuve una charla sincera con él, porque me habían dicho que era muy problemático. Me dijo que no le pagara con tal de interpretar a Víctor Hugo y tenía sus razones: el guion le encantó, quería callarle la boca a todo el mundo y porque la película mostraba una problemática de la que no se habla, el racismo, y una relación mixta entre una mujer blanca y un hombre negro, es muy mal vista en Cuba.

 ¿Y cómo le fue con él? ¿Qué tan cierta era su fama?

JH.- Él es un Martin Luther King, cree en la libertad y que hay que luchar por ella. Era muy amigo de Fidel Castro, lloró mucho el día en que murió, tanto él como Verónica entraron en depresión absoluta. Nos hicimos muy amigos, él dice que encontró a un hijo y yo digo que encontré a un papá, coincidimos mucho constantemente.

¿Cómo fue con Verónica? no debe resultar fácil desnudarse a los más de 80 años que tiene esta reconocida actriz.

JH.- Fue muy bonito con los dos actores, aunque ellos habían trabajado juntos eran muy distantes el uno del otro. Verónica había accedido a desnudarse pero cuando íbamos a grabar la primera escena le dijo al maquillador y al vestuarista que no lo haría y ellos me contaron. Le expliqué que era muy sencillo y lo que tenía que hacer ¡y lo hizo!, es la confianza que hay entre el actor y el director, en el que saben hasta donde pueden llegar aunque al resto del equipo se la monten.

¿Por qué asegura que en lo personal Candelaria también es su historia de amor?

JH.- Esta es la película más sincera que he hecho, cada palabra que está en la película fue pensada, fue sentida, fue dicha, fue llorada, fue un dolor vomitado digámoslo así, fue un renacer de las cenizas. Yo creo que cuando amo, amo de verdad independiente de todo, lo que pasa es que somos estúpidos y cometemos torpezas, pero nada tiene que ver con el amor, tiene que ver con que somos tercos, egocéntricos y nos dejamos llevar.