La Paz Perpetua: el dilema de cómo enfrentar el terrorismo | El Nuevo Siglo
Foto cortesìa Academia de Artes Guerrero
Viernes, 18 de Agosto de 2017

Cuatro perros a los cuales se ha dotado de características humanas y la capacidad de razonar presentan sus visiones sobre la guerra y la paz, así como sus fórmulas para cesar definitivamente la violencia, algunas de las cuáles sobrepasan los cánones de la vida en sociedad, es la historia de La Paz Perpetua, que la compañía Quinta Picota presenta en la Academia de Artes Guerrero hasta el 26 de este mes.

Esta es una obra del reconocido dramaturgo español Juan Mayorga que tiene  la dirección del mexicano Iván Olivares, con las actuaciones de Alexis Rojas, Iván Carvajal, Alejandro Buitrago y los actores invitados Wilson Forero y Julián Díaz. Su corta temporada en el mencionado escenario es el preámbulo de la participación del grupo artístico en la octava edición del Festival Internacional de Teatro de Mont – Laurier en Quebec – Canadá y El Festival de Teatro Brújula al Sur en Cali, que se realizará en septiembre.

La Paz Perpetua significó un gran reto para los actores, por la alta exigencia física en el escenario y la complejidad del texto, que es muy pertinente por la situación política y social que atraviesa nuestro país. Una pieza que invita a reflexionar sobre la violencia y las políticas de estado relacionadas con la estrategia para combatir al crimen; La paz y la guerra vistas a través de los ojos de cuatro perros a los cuales el autor ha dotado de características humanas y la capacidad de razonar.

Un pastor alemán, un cruce de varias razas y un rottweiler impuro compiten por ingresar en un cuerpo de élite antiterrorista y quedarse con el 'collar” del K9; pero estos perros a la vez simbolizan, paradigmáticos y diferentes perfiles humanos: Odín, (Alexis Rojas) es un perro de la calle, brillante por su olfato, pero escéptico; John-John (Alejandro Buitrago) es fiero pero artificial y Emmanuel (Iván Carvajal), es reflexivo y filósofo. Las pruebas a las que se someten son dirigidas por un cuarto perro, un labrador viejo y mutilado, Casius, (Wilson Forero) que es ayudado por un quinto personaje que representa a toda la humanidad, (Julián Díaz).

Las pruebas a las que se someten tienen como objetivo evaluarlos a nivel físico y mental, como la pregunta: ¿Si usted tiene que salvar a una sola persona en una situación de terrorismo, ¿quién sería?, ¿el más débil, el más joven, o el de mayor peso simbólico? “Cada personaje responde a una tendencia de cómo abordar el tema de la seguridad frente a cualquier situación que atente contra la integridad, pero al final también los hace cuestionarse respecto a cómo comportarse frente a una situación de terrorismo”, asegura el actor Iván Carvajal.

En la obra de Mayorga está presente la idea de que el fin no justifica los medios y la búsqueda de la paz no puede rebasar los derechos de las personas, pero a la vez pone de manifiesto que sin trasgredir las reglas de la sociedad es difícil poner fin a la guerra y garantizar la vida de los ciudadanos. La Paz Perpetua no habla tanto del terrorismo sino de los dilemas que plantea la lucha contra este, para lo cual plantea tres escenarios: la justicia por mano propia, la defensa organizada por los dirigentes y la razón que desvirtúa la violencia contra la violencia, pero es el espectador quien tendrá a su alcance las razones de cada posición teniendo la oportunidad de tomar partido.