Firmas a diestra y siniestra | El Nuevo Siglo
Domingo, 27 de Agosto de 2017

*69 comités para avalar candidaturas y contando…

*¿Personas son conscientes del valor de su rúbrica?

En medio del grave desprestigio que arrastran los partidos políticos, este año hay un boom sin precedentes de campañas de recolección de firmas ciudadanas para respaldar distintos mecanismos de participación política. Por ejemplo, desde enero pasado hay decenas de comités promotores de campañas de revocatoria del mandato a gobernadores y alcaldes, varias de las cuales ya han llegado a las urnas sin  éxito alguno. Por igual, en muchos municipios se han promovido recolecciones masivas de respaldos de la ciudadanía con el fin de convocar consultas populares para que los habitantes decidan si restringen o incluso prohíben las actividades mineras y petroleras. También este año se recogieron más de 4,3 millones de firmas para respaldar una consulta popular anticorrupción. A ello se suma que hay distintas iniciativas para impulsar referendos a través de los cuales los colombianos se pronuncien a favor o en contra de asuntos como la cadena perpetua para culpables de delitos graves y atroces contra menores de edad…

Y como si lo anterior fuera poco, con el arranque de la campaña electoral para los comicios de Congreso y Presidencia de la República del próximo año, hay también un volumen alto de  contingentes de personas que recorren todos los rincones del país con el fin de recoger firmas para respaldar la creación de movimientos significativos de ciudadanos que avalen candidaturas al Congreso y la Casa de Nariño. Según un informe de la Registraduría Nacional la semana pasada, hasta el momento hay 69 comités inscritos ante las autoridades electorales para la recolección de firmas con destino al amparo de aspiraciones políticas. De estos, 19 tienen  por objetivo respaldar la inscripción de candidaturas presidenciales, 18 para viabilizar listas al Senado y los restantes 32 buscan abrir paso a quienes quieren llegar a la Cámara de Representantes.

Es claro que nunca antes se había presentado tal cantidad de intentos de formación de movimientos políticos coyunturales. Hasta el momento el análisis de este fenómeno se ha centrado en concluir que se trata de una consecuencia clara de la crisis de los partidos y movimientos políticos ya vigentes, que en medio de los escándalos de corrupción y el desprestigio de la dirigencia hoy no son capaces de derrotar la creciente desconfianza ciudadana y, por ende, han perdido credibilidad y capacidad de convocatoria pública. También se ha señalado que muchos de esos comités no cumplen con el espíritu inicial del mecanismo, ya que la gran mayoría de campañas tratan de abrirle camino no a alternativas nuevas en la política sino a dirigentes que provienen de las colectividades ya establecidas, de las cuales se han separado por circunstancias más de táctica política y electoral, que por razones programáticas fácil y lógicamente identificables.

Pero es necesario abordar el otro flanco de análisis, quizá más importante, sobre este alud de campañas para respaldar candidaturas a la Presidencia y el Congreso: el nivel de conciencia política que tiene o aplica cada persona cuando, en la calle, los recolectores de respaldos la interceptan en busca de su rúbrica. No pocos analistas han advertido que, lamentablemente, la mayor cantidad de ciudadanos no pareciera entender y valorar la importancia de firmar a favor de tal o cual causa o nombre. Incluso, en medio de este alud de comités que respaldan la convocatoria de mecanismos de participación ciudadana, está haciendo carrera la manida frase según la cual “… una firma no se le niega a nadie”. En otras palabras, que las personas firman estas planillas de afán, sin pedir mayor información sobre las causas y nombres a respaldar, o las propuestas específicas y diferenciables de los proyectados candidatos. De allí que sea fácil constatar que hay ciudadanos que firman para apoyar distintos aspirantes y no faltan quienes, así no lo admitan públicamente, ponen sus rúbricas en las planillas con el convencimiento de que al recolector de las mismas le pagan mejor en la medida en que más respaldos consiga en su esforzada labor callejera…

¿Cuál es el nivel de conciencia política entre los millones y millones de colombianos que han estampado sus firmas para respaldar distintas causas electorales en los últimos meses? ¿Hay algún tipo de nexo real entre los firmantes de las planillas y el sentido final de sus votos meses después? ¿Deberían regularse más las campañas para crear movimientos significativos de ciudadanos? ¿Hasta qué punto este mecanismo de apertura e inclusión democrática se desvió de su objetivo inicial y ahora es un instrumento de mera mecánica electoral?... Interrogantes estos que deben ser analizados y resueltos, más aún en medio de la recolección de firmas a diestra y siniestra en Colombia.

 

Síganos en nuestras redes sociales:

@Elnuevosiglo en Twitter

@diarionuevosiglo en Facebook

Periódico El Nuevo Siglo en Linkedin