Los cambios que vendrán | El Nuevo Siglo
Sábado, 27 de Agosto de 2016

Enorme expectativa, algo de júbilo y mucha preocupación generó la noticia del cierre de los acuerdos de La Habana. La gente se pregunta legítimamente qué cambios se van a dar a partir de ahora. Las respuestas son diversas y acá empiezan las mías.

Va a cambiar enormemente el ordenamiento jurídico. Aparecerán infinidad de leyes provenientes del congresito así como las expedidas unilateralmente por el señor Presidente. Cambiará la manera de interpretar la ley, de aplicarla y de hacerla valer, con ello cambiará la manera de vivir y de entendernos. Y como quiera que los acuerdos harán parte de la Constitución Política, toda lectura, implementación y elaboración legal dependerá de ellos. Cambiará el Estado de Derecho porque cambió nuestra Constitución Política.

Va a cambiar la visión de nuestra historia y con ella la ética colectiva. Se enseñará la nueva versión de los hechos sociales, económicos y políticos provenientes de la partidaria comisión Histórica y Comisión de “la verdad” y se construirá un nuevo y diferente ideario fundacional. Si los históricamente malos no lo son tanto y la comunidad claudicó, significa que su causa fue justa, sus pretensiones eran válidas y sus métodos legítimos.  

La forma de hacer política cambiará: Las Farc se tomarán el poder local, no solamente a través de las instancias tradicionales como las JAL, los concejos y las asambleas, sino por vía de los comités de participación ciudadana. El agro y sus empresarios; el sector minero energético y el mundo de los hidrocarburos, fuentes naturales de nuestro progreso, quedarán en jaque y plegados al favor de una acción popular, de tutela, de cumplimiento o cualquiera otra acción que le permita a juez cualquiera aplicar la Constitución creada a espaldas del pueblo (Poder Constituyente primario) en las hermosas playas cubanas. La política nacional, salvo las curules especiales etc., no serán preocupación revolucionaria por ahora puesto que el poder subnacional se convertirá en el verdadero y cierto poder comunitario.

Lo que desafortunada y tristemente no cambiará es el estado de zozobra e inseguridad, de intranquilidad y de desgano, pues mientras subsistan las bacrim y el ELN no alcanzaremos nunca la tan anhelada Paz. Lo grave es que estos acuerdos le cierran injusta e inentendiblemente la posibilidad de diálogo a cualquiera otra organización que como los otrora terroristas estén dispuestos a deponer sus armas a cambio de una negociación política.

Twitter: @rpombocajiao

*Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI.